Juan Monserrat: «Es el peor momento para decidir el regreso a las escuelas»

Juan Monserrat: «Es el peor momento para decidir el regreso a las escuelas»
23 julio, 2020 por Redacción La tinta

La tinta entrevistó a Juan Monserrat, secretario general de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC), para consultar cuáles son las condiciones de higiene en las escuelas y las particularidades de las condiciones laborales docentes en este contexto. Además, la falta de reconocimiento del trabajo docente realizado en casa, la conectividad a internet para garantizar el derecho a la educación y el derecho a huelga en la virtualidad.

Por Candela Molina para La tinta

Al poco tiempo que comenzaba el ciclo lectivo, la asistencia a clases se vio interrumpida por la pandemia de la COVID-19. Desde entonces, les docentes siguieron trabajando, pero tuvieron que hacerlo exclusivamente desde sus hogares. A principios de julio, el Consejo Federal de Educación aprobó un protocolo nacional para el retorno gradual y escalonado de la vuelta a clases presenciales, sin embargo, esto dependerá de las realidades epidemiológicas de cada una de las provincias.

En este marco, hablamos con Juan Monserrat, titular del sindicato docente cordobés, para saber qué pasará con el retorno a las clases en la provincia de Córdoba y le consultamos por preocupaciones y malestares que incumben a la labor docente en el contexto actual.

—Hay un protocolo a nivel nacional para el regreso a las clases presenciales. En Córdoba, ¿habrá reglamentaciones propias?

—Sí, obviamente. Está el protocolo nacional con muchísimas recomendaciones establecidas por el Consejo Federal de Ministros de Educación de todo el país. Es bastante extenso, con todas las prioridades y condiciones que tienen que tener las escuelas para volver a las clases. Pero, por cómo está evolucionando la pandemia y el aumento de casos en todo el país, seguramente, todo lo que uno pueda decir hoy no va a estar ajustado a las realidades, al menos hasta que los indicadores sanitarios den cuenta de las posibilidades de retornar a la presencialidad.


Es muy difícil saber exactamente cuáles van a ser las condiciones sanitarias y, fundamentalmente, las sociales para volver a las clases. Estamos en el peor de los momentos para decidir, todo lo que podamos decir hoy, acerca de los protocolos, vamos a quedar cortos porque la realidad nos va a superar por todos lados. Hay dos cosas más: más allá de lo que digan las disposiciones sanitarias, provinciales o nacionales, por un lado, lo que van a decir los papás y, por otro lado, la situación está condicionada a cómo esté el transporte. Dos elementos que, si bien no son específicos de la escuela, son determinantes. Si los papás no quieren enviar sus hijos a la escuela, no te los van a mandar.


—En ese sentido, ¿cómo se van a garantizar las condiciones materiales para la seguridad e higiene en cada escuela?

—De lo que salga de los protocolos sanitarios elaborados por los Comité, nosotros vamos a ir verificando en las escuelas si las condiciones imprescindibles se cumplen efectivamente. Si no se cumplen, lo vamos a comunicar a las autoridades sanitarias de aplicación para que procedan a lo que deban hacer: intimar o cerrar. Pero, insisto, eso lo va a determinar cada comité sanitario de la Provincia y de Nación que vienen actuando bastante bien con infectólogos y especialistas en el tema. A nosotros, como docentes, nos excede opinar sobre lo particular del tema, sabemos del cuidado de los chicos, pero no de la enfermedad.

—En cuanto a la organización escolar y pedagógica, el reanudamiento se plantea de manera progresiva y escalonada, es decir, un sistema mixto entre lo presencial y el trabajo en casa. Teniendo en cuenta que el salario docente es por horas cátedra en el aula, desde el sindicato: ¿Qué discusiones están dando sobre las condiciones laborales docentes?

—Hasta ahora, nadie ha dicho nada. El salario sigue siendo el salario, se está pagando con algunas demoras, pero se está pagando. Sin dudas, el formato dual que plantea el Gobierno tiene bastantes dificultades y la principal es la conectividad. En segundo lugar, las herramientas que necesitás para dar clase como es el espacio físico para que puedas trabajar desde tu casa. Después, la disponibilidad de los chicos que no tienen teléfonos o computadoras, no hay plataformas para el dictado de clases y el trabajo docente se incrementa muchísimo. La escuela está pensada para la presencialidad y no para la virtualidad. Por ello, cambiar de un formato a otro no es una cosa sencilla y está todo en modo experimental. Incluso, lo que se está haciendo para que los chicos no pierdan el año o para mantener cierto apego a la conducta de ir a la escuela porque la habitualidad de ir es un imperativo social, que, además, está incorporado en las vivencias familiares. Si te acostumbrás a no ir a la escuela, cuando tengas que ir, no van a querer y va a ser un problema. El derecho a la educación, por el que tanto hemos luchado, no se va a cumplir por la falta de voluntad de los pibes de concurrir.

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(Imagen: Ministerio de Educación)

—Hay un malestar ligado a la sobrecarga del trabajo docente en los hogares sumado a las tareas del cuidado. Nuestro trabajo se caracteriza por la paga de horas cátedra frente al aula, y el trabajo docente realizado en el hogar no es reconocido en el salario, y ahora se incrementa.

—Sí, es cierto, pero formaba parte de lo que uno hacía. No está pagado, pero, tácitamente, sí, porque uno lo aceptaba de esa manera. En ningún estatuto docente ha estado el trabajo docente realizado en la casa, ni en ningún salario especificado como tal, pero uno sabía que debía trabajar horas previas en la casa para poder dar clase. Estaba en el ADN del ser docente y no está ajeno a la función.

—Les docentes pudimos ver en este primer cuatrimestre que muches estudiantes no tienen garantizadas las condiciones materiales como internet o dispositivos tecnológicos para estudiar. ¿Qué acciones podría activar el Ministerio de Educación de la Provincia para brindar una solución?

—Hay que hacer una inversión muy grande en conectividad reorientando todos los presupuestos para que todos y todas estén conectadas. No es sólo un problema de la escuela, sino de toda la sociedad. Los cambios son muy grandes y no se van a resolver en el corto plazo, y la marca que va a quedar en la sociedad después de la pandemia va a ser muy grande, importante y significativa.

—En algunas escuelas, se había empezado a conectar internet a través del Plan Conectividad Córdoba: ¿Cómo está la conectividad de internet en las escuelas de la provincia?

—No tengo ni idea de cómo está la conectividad en las escuelas porque no tengo un reporte técnico de cómo está el avance de la conectividad por comunidades, pero sí te aclaro que no todas las escuelas están conectadas a internet. Acordate que la gran mayoría de las escuelas públicas de Córdoba son rurales y ahí se complica aún más.

—Hubo un apagón virtual por parte de les docentes de Córdoba en rechazo a la reforma jubilatoria: ¿Qué posicionamiento tiene la UEPC sobre el derecho a huelga en tiempos de virtualidad, considerando que se controló al personal docente que adhirió?


—El derecho a huelga siempre está y la huelga en la virtualidad es la desconexión. No hay otra posibilidad. Entiendo que los compañeros, para que no les descuenten el día, dijeron que estuvieron conectados. Es una estupidez que los inspectores controlen a los docentes en sus casas para ver si estaban conectados o no, a sabiendas de que no podían salir de sus domicilios. La pretensión de descontar los días por paros en la virtualidad me parece un exabrupto innecesario.


Además, no todos los docentes trabajan todos los días ni todos lo pueden hacer. Pensar que todo sigue normal es un engaño a las autoridades. De ninguna manera hay posibilidad de que sean normales los vínculos con los alumnos.

—¿Algo que quieras agregar?

—No, por ahora, está bien así…

Para acceder al protocolo marco y lineamientos federales para el retorno a clases presenciales en la educación obligatoria y en los institutos superiores, clic aquí.

* Por Candela Molina para La tinta

Palabras claves: cuarentena, educación, UEPC

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