Nuestros sueños no caben en sus talles únicos: ¿y la Ley de Talles en Córdoba? 

Nuestros sueños no caben en sus talles únicos: ¿y la Ley de Talles en Córdoba? 
19 junio, 2020 por Redacción La tinta

Desde noviembre del 2019, existe en Argentina la tan esperada Ley de Talles, fruto de la lucha del activismo gorde y, en nuestra provincia, contamos con una legislación al respecto hace 5 años, que aún no se reglamentan. ¿Alcanza con una nueva tabla de talles? Conversamos con experiencias autogestivas de diseño y creación de ropa para corporalidades diversas en Córdoba. 

Por Redacción La tinta

“Estoy cansada que me digan: ‘No hay tu talle, pero te lo puedo hacer a pedido’. ¡No! Quiero ir a un local, como hace el resto de la gente, probarme algo que me guste y llevármelo en el momento. Si sos gorda, tenés que prever, con un mes, un vestido a tu medida”. (Eri)  

No es novedad  que vivimos en una sociedad gordoodiante y que, en la cuarentena, se incrementaron exponencialmente esos discursos odiantes. El temor a subir de peso, las burlas, memes y comentarios inundaron las redes y las conversaciones cotidianas. Los patrones culturales sobre el cuerpo deseable está en cada une, en la familia, en el entorno cercano y en el que no conocemos: adentro y afuera, hay una mirada policial que regula nuestras corporalidades. 

¿Por qué necesitamos la efectiva implementación de una ley que regule talles? ¿Qué hay detrás de esa demanda sobre los talles que definen modelos de cuerpos? ¿Cuáles son las experiencias para las corporalidades que no se ajustan a los patrones y estándares de belleza hegemónica que regula el mercado de la ropa? ¿Dónde encontrar ropa en nuestra ciudad? 

Los activismos gordes vienen trabajando en distintas direcciones para desestabilizar el discurso social, instalar nuevos sentidos y desarmar la patologización de la gordura. Aun con las dos legislaciones que vienen a regular el diseño y la comercialización de indumentaria para todas las corporalidades, mucho nos falta por recorrer. La marea de los feminismos ha ampliado los debates, era una deuda pendiente preguntarnos: ¿Cuáles son los cuerpos del feminismo? Recién hace tres Encuentros Plurinacionales de mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales y no binaries que están los talleres de activismo gorde. 

Este 8 y 9 de marzo, las jornadas de lucha terminaron, como cada año, con la lectura del documento y les gordes estuvieron presentes: “Nosotres, gordes reagrupades, denunciamos a viva voz las atrocidades y la patologización sistemática que hemos sufrido a lo largo de nuestras vidas. Venimos a denunciar y repudiar a la sociedad fogonera de la humillación y el gordoodio, que, en conjunto con un Estado capacitista y clasista, vulnera nuestros derechos de forma constante, vanagloriando el sistema médico hegemónico de la mano de la industria de la dieta y las farmacéuticas. Evidenciamos un sistema capitalista gordoodiante que nos deshumaniza, excluye y nos niega derechos básicos. Exigimos abandonar la estigmatización porque somos cuerpes deseantes y deseades. A la vergüenza no volvemos nunca más, a los dolores los convertimos en motor de transformación revolucionaria”.

Desde La tinta, conversamos con una de las activistas e integrantes del espacio de la Feria Feministas Trabajando y conversamos con las diseñadoras de EVIL y Tomas & Anouk, dos marcas cordobesas inclusivas y autogestivas.

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(Imagen: EVIL)

Vestirnos no puede ser un privilegio: los talles no son sólo hasta el XL 

“No fui a fiestas por no tener ropa linda como el resto, o iba con una incomodidad tan gorda como todo mi cuerpo, porque me puse la única remera que me entraba, era naranja y no tiene nada que ver conmigo. La ropa para nosotras, siempre, siempre es más cara, no tenes opciones, no hay variedad, pero te cobran más”. (Caro)

En noviembre de 2019, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la Ley de Talles, que ya el Senado había dado media sanción en marzo de ese mismo año. La Ley N° 27521 ordena un sistema único de talles que se llama SUNITI -Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria– con medidas corporales estándares para confeccionar, comercializar e importar ropa para les argentines desde los 12 años. Medidas que se tienen que desprender de estudios antropométricos desarrollados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). 

La ley, además, establece que todos los comercios deben exhibir la tabla de medidas corporales normalizadas, así como garantizar condiciones de atención y buen trato. Sin embargo, la ley aún no está reglamentada, lo que impide la efectiva implementación que pondría en marcha toda la cadena de investigación, creación y regulación del artículo 4° que dispuso que “el primer estudio antropométrico debe estar finalizado dentro del período de un (1) año de sancionada la presente ley”.

Por su parte, Córdoba sancionó la Ley Provincial N° 10.302 en septiembre de 2015 que, en teoría, obliga a las empresas y comerciantes -de vestimenta y calzado- a contar con indumentaria acorde a las medidas antropométricas de acuerdo al género y rangos etarios, teniendo “por objeto evitar situaciones de discriminación y promover la salud de la población”. Cinco años después, no se efectiviza dicha normativa. florencia-virovoy-talles-lenceria-activismo-gorde-placer-3

(Imagen: Florencia Virovoy)

¿Quién define los talles cuando existimos en múltiples formas corporales?

Carla Ferreyra, de Feministas Trabajando Córdoba y activista por la diversidad corporal, habló con La tinta. Ella es integrante de la potente experiencia que nace en 2017 como un grupo en Facebook y que tenía por intención generar una bolsa de trabajo feminista. De allí, surgió la Feria Feministas Trabajando en la Plaza Seca de Ciudad Universitaria, que dinamizó todo un mercado de autogestión, libre de la cultura machista, en pleno marco macrista. En el contexto de pandemia, crearon un sitio web, donde manifiestan el pilar donde hacen pie: “Es una apuesta permanente a los nuevos paradigmas que nos permitan vincularnos desde el respeto, la inclusión y el movimiento permanente de la deconstrucción”. 

Cuando le preguntamos sobre cómo llegaron a pensar en una tabla de talles para las diversas corporalidades, Carla nos cuenta: “Entre les gordes que habitamos, principalmente, la Feria Feminista, ya veníamos hablando de lo que pasaba a la hora de querer comprar ropa o accesorios, tanto en la feria como en la grupa. Comenzó a ser cada vez más fuerte el malestar y creo que eso tiene que ver con el activismo gorde, las personas gordas empezamos a ocupar los espacios posicionándonos desde la diversidad corporal, exigiendo inclusión y también, la mayoría de las veces, creándola, hay muchas marcas con talles grandes creadas por personas gordas. Entre debates en asambleas pre-feria, decidimos llevar adelante encuentros para pensar una tabla de talles donde nadie quede afuera, aprender sobre moldería para todas las corporalidades y compras mayoristas de materiales. Actualmente, estamos creando la tabla con varies compañeres de la grupa, donde se aporta desde lo que se sabe, ese trabajo colectivo es a lo que queríamos llegar y se está logrando, por videollamada y mucha voluntad. Creemos que es urgente poder cambiar la realidad de la grupa y las ferias en relación al gordoodio y todo lo que se esconde detrás de eso. Es por eso que también, actualmente, se aprueban publicaciones que contengan talles grandes y una tabla donde indique las medidas de las prendas”, cuenta la activista. 

Para elles, la reflexión principal tiene que ver con la claridad de las lógicas que quieren en el espacio que construyen: un espacio feminista no puede excluir cuerpos gordes. “Para cambiar esa realidad, había que pensar en la violencia sistemática y completamente invisibilizada que vivimos les cuerpes gordes. Si bien los espacios que propiciamos son de venta, compra, trueque, hay algo que se antepone que es la manera de llevar adelante esas acciones, la perspectiva tiene que ser feminista porque, si no, estaríamos repitiendo prácticas capitalistas y patriarcales donde están por demás de vulnerados los derechos para las personas gordas en relación al acceso a la vestimenta y en muchos aspectos más”, afirman.

Sobre la Ley de Talles, nos dice que le parece una herramienta interesante, reconoce un derecho, amplía la mirada. “También es interesante pensar que, si bien está genial que exista una ley que regule, es necesario acompañar esa ley con acciones concretas. Digamos, no es la ley el último objetivo, sino, quizás, una herramienta para la militancia del activismo gorde que viene ocupando lugares de militancia que ojalá se repliquen por todos lados”, concluyó.

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(Imagen: EVIL)

EVIL: disfrutar la sensualidad es un acto político

Ana Becerra tiene 30 años y nos cuenta que empezó su marca de lencería a partir de una necesidad propia, la de no conformarse con indumentaria que no le entraba o no le gustaba, o que no comunicaba quién era. Esa experiencia era la de muchas personas más. “Terminás comprando lo que te entra porque no tenés otra opción. Mi propuesta es trabajar la amplitud de talles, trabajo desde el 85 hasta el 150 cm, enfocada en una estética de un público mas alternativo, ligeramente gótico y feminista sobre todo”, nos explica. La marca existe hace 3 años y nos dice que EVIL es ella siendo diseñadora, fotógrafa, community manager, ilustradora, costurera: ella hace todos los procesos que requiere la marca. 

Para Ana, su marca es una herramienta de militancia del activismo gorde, comunicar desde la diversidad y el amor: “Dar luz a cuestiones que se nos han negado por gordes, reivindicarlas para poder sentirnos en nuestra propia piel. Es más allá de comunicar para vender, no es que me interesa ser rica con mi emprendimiento, lo importante es que hayan gordas vestida en lencería sintiéndose unas bombas y ropas que les queden divinas y que puedan disfrutar libremente de su sensualidad”, expresa.

“Cómo puede ser que esta gorda horrenda se haga la sexy”: lo político de la marca tiene que ver con resignificar la visión patriarcal que se tiene de la lencería como una prenda que existe para el disfrute del varón. Nos cuenta que muchas clientas se prueban algo y le dicen que no tienen quien lo vea. Ella cambia el punto de vista con su propuesta y que lo enfoca hacia el disfrute personal.

“Para la creación de la ropa, me parece importante tener en cuenta que, en todo el ciclo de producción de la marca, tiene que ver con el Slow Fashion y de que todes les involucrades tengan una buena paga, que no se les regatee ningún precio por sus laburos, son cuestiones ideológicas que se tienen que ir cumpliendo, yo trabajo con talleres de mujeres y disidencias para las cosas que yo no puedo coser, y eso ha sido algo esencial, dar el espacio para que mujeres y disidencias puedan trabajar libremente”, nos cuenta la creadora de EVIL. 

Otra de las cuestiones que considera central es la moldería: son hechas y probadas en cuerpas disidentes, en tamaños, formas y ajustada a las necesidades. “Los moldes deben contemplar esas dimensiones corporales, porque no es que el mismo molde luego se ajusta a todos los cuerpos como un estándar. Es un compromiso con la persona que te está comprando, más allá de si existen 5 o 9 talles en la marca, tiene que cumplir con la necesidad que existe. Resolver desde el diseño problemas que existen en la sociedad. Todes les diseñadores tienen la posibilidad de trabajar con cuerpos y talles, pero a eso no se lo elige por cuestiones sociales: por discriminación, por la patologización de los cuerpos. Porque no quieren que se asocie su marca con una gorda y con lo que representa, y porque la gorda no merece vestirse como nosotras nos vestimos las divinas, no merece ser parte del mercado del deseo y la moda es básicamente eso, deseo, entonces, se deja afuera, las gordas y las formas diversas”, nos explica. 

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(Imagen: EVIL)

Ella realizó su propio estudio antropométrico, dos años antes de comenzar con la marca: medía a todas las personas que iban a su casa, no conseguía tabla de talles en las que se pudiera apoyar. Para Ana, la Ley de Talles es una batalla ganada del activismo gorde en tanto, en un sistema gordoodiante como el que tiene Argentina, se reconozca la existencia invisibilizada durante años de personas gordas. Ella cree que será un proceso largo la efectiva implementación, sobre todo, porque tienen que luchar con transformaciones de patrones culturales, afirma con convicción: “La guerra va a estar ganada cuando cada persona pueda ir a un perchero en el local que quiera y consiga ropa para vestirse”. 

“Siempre tenés que conformarte con lo que hay o con lo que medianamente te entra más, porque, por ahí, te comprás cosas que supuestamente son oversize y te quedan súper ajustadas. Y no pasa por quererte a ti misma y ya está. Es un proceso de lucha con cuestiones sociales, yo también tuve que luchar contra mi propia gordofobia, porque todos estamos inmersos en este sistema gordoodiante. Nuestros cuerpos merecen ser vestidos con ropa que te guste y sentirte sexy, como el resto de las personas que han entrado en el molde socialmente legitimado y hegemónico”, concluye.

Tomas & Anouk: vestirse es un derecho

“Nuestra propuesta principal es que todas las personas que se acerquen puedan ir o venir a comprar ropa y encuentren lo que les gusta, más allá del tamaño y las formas que tengan sus cuerpos”, empieza contando Carolina Goldberg, de Tomas & Anouk. La diseñadora amplía su respuesta y afirma que el valor con el que se rige la marca es que vestirse es un derecho, y parten de esa base para intentar crear una experiencia de compra tanto online como en el local que no sea una experiencia traumática: “Porque la gente que está fuera de la hegemonía, de los talles que propone la industria, tiene experiencias que realmente golpean muy fuerte

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(Imagen: Tomas y Anouk)

su autoestima y todo eso desencadena en un montón de problemas de autopercepción, de alimentación, de no aceptación, de no amor propio. Lo principal para nosotros es que nuestras clientes entren sintiéndose tranquilas y relajadas de que hay ropa para ellas y que van a encontrar lo que les gusta y no necesariamente tenga que llevarse lo que les entre”, acentúa Carolina. En cuanto a la creación de ropa, desde Tomas & Anouk, dicen que los valores son los mismos. Intentar tener una tabla de talles lo más inclusiva posible y pensar que a la ropa la usarán un montón de personas con diferentes corporalidades son las premisas para empezar a diseñar.

Al abordar la Ley de Talles, la conversación va hacia donde ya sabemos y compartimos: la implementación de dicha legislación es una urgencia a abordar y, a pesar de que la ley está aprobada, todavía no tiene una tabla de talles que represente el cuerpo de les argentines. “Entonces, hoy en día, nadie puede aplicar la Ley de Talles porque no existe la tabla, no hay una referencia de qué medida tiene que tener cada talle o de cuántos talles hay. Y esto es un problema muy grande porque queda todo a medio camino porque hay mucha desinformación; la gente cree que, porque se aprobó la ley de talles, las marcas la tienen que implementar, pero lo que no saben es que todavía no existe la tabla de talles y que el INTI no terminó de hacer el estudio en donde se escanean las diferentes corporalidades para determinar una tabla de talles que nos represente. Entonces, las marcas hacen lo que quieren, lo que pueden, lo que tienen ganas y la verdad es que es una situación que complica mucho a la hora de comprar. Los talles no dicen lo que son, en una marca sos un talle, en otra sos otro talle y, al final, comprar ropa termina siendo un dolor de cabeza y una experiencia que se vuelve muy traumática”. 

En relación a esto, la diseñadora nos comparte otra preocupación que se desprende de la situación: ¿Cómo será el control sobre la implementación de los talles? “Si las marcas no implementan la Ley de Talles y nadie controla eso, vamos a seguir en la misma. Pero sospecho que los mismos consumidores van a estar muy al tanto de si las marcas respetan o no, porque, aunque apenas está empezando este camino, me parece que la inclusión es algo que resuena mucho, sobre todo, en la moda hoy y que va a ir en aumento”, refiere Carolina.

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(Imagen: Tomas y Anouk)

Tomas & Anouk tiene en redes una vida muy activa. Carolina dice que lo que quieren comunicar ante todo es que todas las corporalidades son válidas, con todas sus formas, sus colores, sus tamaños, sus marcas, sus cicatrices. Además, también acompañan y apoyan luchas como las de los feminismos, el activismo gorde y el colectivo LGBTIQ+.

“Tratamos de promover, sobre todo, la libertad que tenemos de existir como más nos guste y transitar esta vida como más deseamos, tratando de derribar con los estereotipos y mostrar las corporalidades que tiene la mayoría de la gente que nos sigue, la mayoría de las personas que existen, porque esa es la realidad. Son muy pocas las personas que intentan alcanzar la hegemonía y que lo logran con felicidad”.

Por último, Carolina relata que las devoluciones de las personas que se acercan a sus espacios siempre son positivas: “La gente viene sin miedo a comprar, se siente libre, se siente tranquila de que va a encontrar ropa que le gusta, que tiene variedad de talles para elegir, que, si un pantalón le queda chico, puede pedir un talle más. Y, después, tienen la tranquilidad de que no van a ser maltratadas por el tamaño y por la forma de su cuerpo. Estamos realmente acostumbrados a que la gente gorda no encuentre ropa y que es así y punto”, sostiene.

Diseñar y producir ropa para todes es cambiar las lógicas de un mundo que nos excluye a les que quedamos por fuera de las corporalidades hegemónicas. Ir a comprarnos ropa y conseguir lo que nos gusta, sin sentirnos mal en el camino, es un frente más de nuestra batalla. Es allí donde le exigiremos no sólo a las marcas de indumentaria y calzado, sino también al Estado, para que esté atento y presente en cada local o en cada galería, garantizando la no discriminación.

*Por Redacción La tinta. Ilustraciones: Florencia Virovoy. Fotos: EVIL y Tomas & Anouk. 

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