El caso de Ramona Medina, referenta de La Poderosa en la Villa 31, que murió de coronavirus

El caso de Ramona Medina, referenta de La Poderosa en la Villa 31, que murió de coronavirus
18 mayo, 2020 por Redacción La tinta

Ramona estuvo necesariamente activa durante los más de 10 días que los barrios vulnerados de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires estuvieron sin agua: denunció, mostró en videos cómo la situación seguía siendo crítica a pesar de que, desde el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, se decía que se había solucionado, puso su cuerpo para cambiar las cosas.

Por Laura Litvinoff para Página 12

“Soy parte del grupo de riesgo y hace doce días que estoy sin agua en mi casa”, le decía la semana pasada a Las12 y con una voz estremecida por la angustia, Ramona Medina, vecina de la villa 31 y referenta del área de salud de la Casa de las Mujeres y las Disidencias de la Asamblea de La Poderosa.

“No tengo plata para comprar bidones, tengo que reciclar agua para todo; desde el Gobierno, se la pasan diciendo que este virus se combate higienizándose, ¿pero cómo podemos hacer para higienizarnos si no tenemos ni una gota de agua?«, se preguntaba también Ramona mientras se las seguía ingeniando como podía para pasar una cuarentena imposible en una vivienda junto a seis integrantes más de su familia y, además, cuidar a su hijita, que está en silla de ruedas por padecer una enfermedad que prácticamente no le permite hacer nada por su propia cuenta.

Ramona también llegó a filmar un video que enseguida se volvió viral, en donde insistía en su reclamo por el agua y contaba las condiciones inhumanas en las que ella y su familia estaban viviendo. Pero nada de eso fue suficiente, porque, a comienzos de esta semana, tuvo que ser trasladada de urgencia hacia el hospital por un cuadro de neumonía y ahí mismo le dieron la peor de las noticias: le diagnosticaron Covid-19 y eso la llevó a tener que quedarse internada, intubada, sedada y conectada a un respirador.


“Ramona se tuvo que exponer ella primero y, después, tuvo que exponer su cuerpo porque, al final, siempre terminamos siendo nosotras, las mujeres, quienes no solamente sostenemos las ollas populares, los comedores y un montón de otras cosas más, sino también quienes terminamos poniendo el cuerpo y exponiendo nuestra salud para poder garantizar derechos básicos que no son garantizados, y fue por todo eso también que ahora Ramona se vio expuesta al contagio”, denuncia Lilian Andrade, compañera de militancia de Ramona, vecina y comunicadora de la Asamblea de La Poderosa en la villa 31.


Como si todo esto fuera poco, mientras la curva de contagios se disparó y está creciendo de manera brutal en todos los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, las dos hijas de Ramona, su sobrina y sus cuñados también dieron positivo al examen de coronavirus.

“Lo que le pasó a Ramona y a su familia hubiera sido un poco más evitable, o hubiera sido transitado de una manera mejor, si ellxs hubieran tenido una vivienda digna, algo que, de hecho, el Gobierno les venía diciendo que se lo iba a garantizar, porque fue algo por lo cual Ramona tuvo que pelear un montón”, agrega Tamara Noga, vecina de la villa 21.24, referenta del espacio de Salud de la Asamblea de la Poderosa y también compañera de Ramona.

En esta entrevista, Tamara y Lilian nos cuentan sobre su compañera y sobre la complejísima situación que se está viviendo en los barrios más vulnerados de la ciudad, en donde no solo sus habitantes están siendo afectadxs por la pandemia, sino también, y tal vez principalmente, por la desidia y el abandono absoluto de parte de un Gobierno y de una sociedad que, a pesar de todo, sigue eligiendo mirar para otro lado.

—¿Quién se está ocupando de la familia de Ramona? ¿Hay alguna respuesta por parte del Gobierno de la Ciudad o del Estado?

—Tamara Noga: No, prácticamente no hubo ninguna respuesta. Antes de entrar en estado crítico, Ramona se comunicó con la Asamblea de La Poderosa porque sabe perfectamente, como lo sabemos todxs quienes vivimos en los barrios, que cuando pedimos información, recaudos o medidas al Estado, nunca hay respuesta. Por eso, ella nos contactó a nosotrxs, para ver cómo podíamos ayudarla, para que le hagamos un seguimiento a su familia, igual que como estamos haciendo con muchos vecinos y vecinas de la 31, pero realmente la situación general del barrio es muy preocupante.

—L.A.: Una vez más, nosotras y lxs vecinxs del barrio nos estamos ocupando de todo. El Gobierno no le garantizó el hisopado a la familia de Ramona, entonces, nosotras tuvimos que hacer el acompañamiento al hospital para que se lo hagan. Tampoco les llevaron productos de limpieza, el miércoles dijeron que lo iban a hacer, pero eso todavía no sucedió, por eso, tuvimos que volver a exigir que se los lleven ¿y sabés que nos contestaron? Que eso ellos no podían garantizarlo, así que veamos la manera de conseguirlo nosotras. O sea, el Gobierno nos está diciendo directamente que somos los vecinos y las vecinas quienes les tenemos que conseguir alcohol, lavandina y cosas básicas de higiene a las familias de lxs contagiadxs. Además de todo esto, en la familia de Ramona, hay más personas en situación de riesgo, porque la hija tiene síndrome de West y síndrome de Aicardi, lo cual la hace tener convulsiones refractarias, entonces, la situación es todavía mucho más grave y nos resulta muy indignante que el Gobierno no les pueda garantizar ni siquiera las cosas mínimas de higiene a estas familias.

—Ramona fue una de las tantas vecinas de la 31 que estuvo más de 12 días sin agua y eso resultó ser un agravante fundamental para su salud, pero, a la vez, creer que ella se enfermó solamente por la falta de agua es simplificar la situación que se está viviendo en todos los barrios populares de la ciudad…

—L.A.: Claro, el tema del agua fue muy importante, porque la casa de Ramona es una de las que siguieron estando sin agua, incluso después de que supuestamente se había restablecido el servicio en varios lugares del barrio. Ahora, algunos días tiene y otros, no, el servicio todavía es intermitente. Y durante todos esos días, ella tuvo que reciclar agua para todo. Nosotrxs también le estuvimos alcanzando bidones, pero a ella no le alcanzaba porque obviamente con un bidón no podés sostener a toda una familia, además de que no se pueden lavar las manos y eso implica no poder tomar las medidas necesarias para prevenir el virus. Pero no tener agua no fue lo único, porque, en la casa de Ramona, también falta comida, productos de limpieza, faltan un montón de cosas y, desde el Estado, nadie fue capaz de hacerse cargo.

—T.N.: Es una cuestión de pobreza estructural. Lo que le pasó a Ramona y a su familia hubiera sido un poco más evitable, o hubiera sido transitado de una manera mejor, si ellxs hubieran tenido una vivienda digna, que, de hecho, era algo que el Gobierno le venía diciendo a Ramona que se lo iba a garantizar, porque fue algo por lo cual ella tuvo que pelear un montón y también peleó para poder tener los espacios que necesitaba, porque, en esa vivienda que le iban a dar, no entraba, por ejemplo, la silla de ruedas que usa su hija. Entonces, justamente ese accionar lento del Estado también fue clave a la hora de que haya tantos contagios y, ahora, a eso se le sumó todo lo del agua y otros factores de riesgo que tienen que ver con cuestiones de salud que tenemos todas las personas que vivimos en el barrio como el hacinamiento, la humedad, las lluvias, las inundaciones, el rebalse de la cloaca, etcétera. Son todas cosas que también nos hacen estar mucho más expuestxs a correr diferentes riesgos, entonces, ninguno de todos esos factores contribuyeron a que se evite el contagio de Ramona.

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(Imagen: Ignacio Blanco/Los Andes)

—Ramona fue, además, la vecina que salió en muchos medios de comunicación para denunciar al Gobierno por la falta de respuestas.

—L.A.: Sí, cuando salían en todos los medios a decir que ya había agua en la 31, que estaba todo normalizado, Ramona salió a denunciar que invitaba a todos los políticos a que vayan a su casa y que convivan ahí, porque ella todavía seguía sin agua. O sea, Ramona se tuvo que exponer ella primero y, después, tuvo que exponer su cuerpo porque, al final, siempre terminamos siendo nosotras, las mujeres, quienes no solamente sostenemos las ollas populares, los comedores y un montón de otras cosas más, sino también quienes terminamos poniendo el cuerpo y exponiendo nuestra salud para poder garantizar derechos básicos que no son garantizados, y fue por todo eso también que ahora Ramona se vio expuesta al contagio.

—¿Cómo se sienten ustedes después de enterarse de lo que le pasó?

—L.A.: Estamos muy enojadas, muy indignadas, porque es algo que venimos denunciando muchísimo desde el comienzo de la cuarentena, y es increíble que no nos hayan dado pelota, que no hayan respondido a ninguna de las denuncias que veníamos diciendo, a ninguna de las propuestas que veníamos sugiriendo. Sabemos muy bien todo lo que Ramona la peleó, todo lo que puso para poder denunciar y visibilizar su situación, y nos da muchísima bronca y dolor que, aún así, no haya sido suficiente.

—T.N.: La vez seguimos peleando, porque no queremos más llorar a ningún vecino ni a ninguna vecina, no queremos poner más los cuerpos, no queremos ser más lxs que vivimos en los barrios quienes ponemos a lxs enfermxs, porque siempre somos nosotrxs quienes salimos más perjudicadxs y, además, sin ningún tipo de respuesta.

—¿Cuáles son las necesidades urgentes que el Gobierno de la Ciudad o el Estado tienen que atender para evitar que se sigan expandiendo los contagios en los barrios?

—T.N.: Lo que habría que hacer es, en realidad, lo que debería haberse hecho hace muchos años, que es una urbanización pensada en conjunto con los vecinos y vecinas de los barrios, y que, de una vez por todas, nos entiendan como actores fundamentales en la construcción de propuestas o soluciones para todas las problemáticas que nos atraviesan. También es importante que el Gobierno responda en tiempo y forma cada vez que se confirma un caso sospechoso o que hay demanda por alguna falta de los servicios básicos para que se puedan garantizar las medidas preventivas en cada uno de los barrios. O que se pueda relocalizar a las personas o a las familias que viven hacinadas sin romper la estructura familiar. Todo eso es responsabilidad del Estado también y no lo está haciendo. Como que haya una respuesta rápida y acertada del Ministerio de Desarrollo a la hora de poder garantizar los elementos que las familias necesitan para pasar esta pandemia. Y por otro lado, el seguimiento de cuestiones de salud tiene que ser muy cuidado, porque sabemos que, si bien las personas que tienen mayor riesgo son los adultos mayores, también hay muchas personas jóvenes en nuestros barrios que, por la mala alimentación y un montón de otras cuestiones, tienen factores de riesgo y eso hace que aumenten mucho más los contagios.

—L.A.: Hoy, el “Detectar” (el programa que empezó a realizar el Gobierno para tomarle la fiebre a vecinos y vecinas con casos estrechos o familiares de casos confirmados) se está llevando a cabo solamente en la villa 31 y en la 1-11-14, o sea, en otras villas ya hay confirmados, pero no se están tomando las medidas y necesitamos que se empiecen a tomar ya, porque, si no, lo que está pasando en la 31 va a seguir en todos los demás barrios. O, por ejemplo, en la villa 21-24, está pasando una cosa gravísima también, que es que el agua está contaminada, entonces, el 70% de la población de ahí tiene plomo en sangre por consumir ese agua. O lo que pasa también con las ambulancias, que los fines de semana no entran a nuestros barrios. Nosotrxs propusimos soluciones a toda esas cosas, pero no tuvimos ningún tipo de respuesta. Hay muchísimo para hacer, pero lo que falta son ganas, lo que falta es que vengan y hagan lo que tienen que hacer, y que si el Gobierno de la Ciudad no toma cartas en el asunto, que lo haga el Estado. Porque lo que está pasando es que se están tirando la pelota de quién es el responsable, pero acá son vidas humanas, son nuestras vidas las que están en juego y necesitamos que esto que está pasando deje de suceder ya, que se comience a nombrar realmente a los responsables de esta situación. A Horacio Rodríguez Larreta, que hace una conferencia de prensa y en ningún momento menciona el tema del agua, o a Diego Santilli, que salió el otro día en televisión diciendo que si ahora hay más contagios en los barrios es porque ellos se están ocupando, o sea, son unos sinvergüenzas y siguen sin hacerse cargo de toda esta situación que generaron, porque ellos tienen todos los recursos para solucionar los problemas que tenemos en los barrios, pero la realidad es que siguen sin ponerlos en acción.

*Por Laura Litvinoff para Página 12 / Imagen de portada: Jose Nico.

Palabras claves: coronavirus, cuarentena, Desigualdad, villas

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