Barrios populares, los respiradores de nuestro país

Barrios populares, los respiradores de nuestro país
14 abril, 2020 por Redacción La tinta

Por La Garganta Poderosa

Ahora, exactamente ahora, mientras algún noticiero explica cómo tendrías que fabricar esos mismos barbijos que no debías utilizar, mientras algún funcionario de las especulaciones sale a manosear las raciones, mientras algún médico diagnostica como puede al último infectado de covid-19, el pueblo villero está poniendo su propio cuero; una vecina sin honorarios cocina para las familias de los barrios y un pibito de la plaza está cuidando a su abuelito en la casa. Pues prácticamente todo entró en estado de excepcionalidad, todo menos nuestra realidad, que nunca caló tan profundo y que todavía no se ve, porque mucho no cambió el mundo, se sigue mirando por la TV.

Ahora, ¿qué pasa detrás de bambalinas? Otras Argentinas, otras Américas Latinas que nos arrancan un grito, que nos extirpan el gol, que nos erizan la piel, ¡que nunca en la vida vieron un tarrito de alcohol en gel! Y que hoy también consideran indispensable lavarse las manos, tanto como el agua potable, tanto como los Derechos Humanos. Por debajo de las costillas, la cuarentena de las villas no tiene tal delivery ni tal bufet, ¿vale un tutorial de planillas, cuando no tenés internet?

Falta empleo y sobra trabajo, acá, bien pero bien abajo, donde los comedores siguen conectados como respiradores para la comunidad organizada, que ya entendió todo, pero no puede nada. Y que no sólo tiene protestas, tiene propuestas que nacen de su histórica supervivencia en la más indignante adversidad, ese legado ignorado por cierta opulencia carente de sensibilidad, cuando parecía menos complicado jugar al mareado y desentenderse de todos los demás, ¡van a tener que mirar para abajo y van a tener que mirar para atrás! Porque ningún universo se reforma, si no se transforma el verso del periodismo, si no corre su propio velo, si no rompe su matriz, si no atendemos ya mismo al subsuelo de nuestro país, que nos enseña en pleno tormento sus estrategias de financiamiento y sus quehaceres para sobrevivir.

La villa tiene saberes. Y los sabe compartir, ahora que mordemos la lona porque un enemigo ataca, en esta guerra contra el corona y contra tu propio ego, ¡desde La Quiaca hasta Tierra del Fuego!

Jujuy

El piberío kolla de Juella recibe por whatsapp tareas escolares inaplicables, ideas tan realizables como las recetas gourmet, básicamente porque ninguno tiene Internet. Y sí, hoy la propia asamblea se ocupa de distribuirlas, porque nuestro centro vecinal puede imprimirlas, pero en muchísimos pueblos queda muy lejos la vara y la única opción es viajar largos kilómetros hasta Tilcara, donde hay locutorios y mejor conexión, siempre que tengas un vehículo a disposición, porque el taxi que antes costaba 160 para llevar o traer alimentos, ¡está empinando su curva y ya va por los 200! De modo que tampoco se consiguen medicamentos, ni alcohol, ni paracetamol, ni el calciferol que necesita urgente la abuela de nuestra referente, aunque después llamen «desgracia» a eso que pasa cuando cierran la farmacia, que abre dos días a la semana y solamente por la mañana, porque total el gobernador ya se ocupó de pedir por favor que no le cuenten nada a ningún medio nacional. Cinco siglos igual.

Salta

A toda nuestra asamblea de La Forestal le falta comida, pero toda la comida, toda esa comida que ya una y mil veces como se imaginarán hemos pedido, ¡un barrio entero viviendo a pan y mate cocido! Por el mundillo de aportantes o por el bolsillo de nuestros laburantes, hoy sobreviven muchas cabezas de hogar que ya están endeudadas a nombre del Ingreso Familiar de Emergencia, aunque no lo pudieron cobrar, porque se les agotó la paciencia y esa esperanza que no llena la panza se viene escurriendo hace rato, mientras los wichís toman agua en bidones de glifosato. Faltan frescos, la mercadería de cada día, garrafas, luz, ropa. ¿Y Urtubey? Y Urtubey en Europa.

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(Imagen: La garganta poderosa)

Formosa

A la curiosisisiiiiisima ausencia de casos o de información, esa que también vuelve dudosos los índices de nutrición, hoy se suma la curiosa protección de la propagación en la región, de frente a un dato más comprobable: la comunidad del Colorado no tiene acceso al agua potable, ni elementos de higiene a disposición para cumplir con el protocolo de prevención que según esa estadística «un poco loca» viene blindando a la provincia como si fuera un fuerte… Debe ser la mandioca, o la buena suerte.

Chaco

A las sombras de casi todo el periodismo nacional, la Policía del Chaco embistió en Tartagal contra el domicilio del cacique wichí Mariano González, sin absolutamente ningún fundamento, ni mucho menos una orden de allanamiento, irrumpiendo a los gritos, maltratando pibitos, ahorcando a una mujer y ostentando el poder que les confiere la custodia del aislamiento. Siempre son la parca y nunca son la placa de último momento, por más que todo un regimiento desate la fiesta de su cuarentena, ¡para que baile la ciudad al ritmo de la sirena! Pues lejos de primar algún tipo de escarmiento, como catarsis del hostigamiento, el colectivo «Ni Una Menos» provincial abrió una convocatoria nacional, transversal y necesaria, para que ninguna «Emergencia Sanitaria» pueda sumarles poder a ésos que nadie jamás nunca supo contener.

Ante tal trastorno de ansiedad, si de verdad están exultantes por salir a buscar maleantes, desde el barrio San José Obrero les proponemos con toda la garganta poderosa que vayan a tocar timbre a la casa de Mario Sosa, condenado por tormentos y crímenes de lesa humanidad, hace pocas horas confinado en la impunidad.

Tucumán

El dengue no cayó al barrio 11 de Enero como cae un misil, el dengue está viviendo ahí hace mil, en la mismísima «zona roja» según Defensa Civil, que sigue sumando infectados, no sólo policías: hay 6 nuevos confirmados, en los últimos 15 días. Ni olvido, ni perdón, ni fumigación. Desde el humilde Centro de Atención Primaria de Salud que nunca se vuelve tendencia para los cretinos, ni concentra las sarasas de ningún troll, les sugirieron a los vecinos «que se vuelvan a sus casas y tomen paracetamol». Todos, todos los medicamentos que deberían distribuirle a la gente, han desaparecido mágicamente, mientras el propio Sistema Provincial de Salud reconoce que se interrumpieron las fumigaciones que hasta ayer consideraban urgentes, «porque se acabó el stock de repelentes». Sus propios empleados deben gestionarse sus barbijos y aportar para comprar lavandina, porque sin higiene, no hay medicina. Y porque no soportan los arrebatos que nos tiran para atrás: los obligan a falsear datos, o no cargarlos más. Y sí, por supuesto ya denunciamos esta impotencia en la Defensoría, pero la supervivencia es ahora, a esta hora, en este día.

Santiago del Estero

Desde todas las provincias del NOA, noaceptamosloquenosquierenvender, porque aún estamos en nuestros cabales y porque seguimos intentando por todos los canales restablecer las comunicaciones elementales con los ministerios provinciales, pero siempre queda pagando algún compañero, salvo en Santiago del Estero, donde alguien por fin pudo atender los gritos: nos mandaron pan y fiambre, ¡para hacer sanguchitos! La cara dura. Y la mano dura también, porque aquí sí que la gorra la sigue pasando bien: todos los días debemos denunciar la violencia y volvemos a registrar casos de prepotencia desde nuestro Control Popular. Ni «desmesura», ni «misterio», ni «abuso de autoridad», ya están al tanto el Comité contra la Tortura y el Ministerio de Seguridad.

Pero ustedes también lo deben saber, acá va un picadito para que puedan entender: el 4 de abril, 8 policías y un móvil llegaron a nuestro comedor e ingresaron gritando que todos debían desalojar el lugar. El 5 de abril, detuvieron a Jorge Peralta por intentar revolver la basura para comer. Le secuestraron el carro, lo llevaron a la Escuela de Policía y lo incomunicaron hasta el final del día. El 6 de abril, en el barrio Belén apresaron también a nuestra compañera Elisabeth Ibáñez, cuando se dirigía al cajero para cobrar su bono, dejándola incomunicada de sus tres hijitos, que la llamaban a los gritos, pero no podían comunicarse, ¡porque la estaban obligando a desnudarse! Pues en medio de tal pandemia represiva de la cana, Zamora ya comunicó que la próxima semana piensa condenar con una sanción muy dura a toda esa gente que lo provoca: ya nadie revolverá basura, sin su tapaboca.

Catamarca

Sobre la realidad que padece cada comarca, en las penurias de una oscurísima Catamarca, podríamos llorar o vomitar millones de renglones, pero así esgrimiéramos los mejores argumentos para evitar cualquier embrollo, no valdrían la pena: solicitamos alimentos al Ministerio de Desarrollo y respondieron «cuando termine la cuarentena».

La Rioja

Como antes del aislamiento obligatorio nacional ya se había implementado la medida a nivel provincial, hubo tiempo para transformar un polideportivo en hospital, pero también el dengue aceleró más que otras veces: van 3.000 casos, en sólo 3 meses. Y si bien se prepararon hasta clínicas privadas para intensificar el tratamiento de los nuevos pacientes, sólo nuestra asamblea presenta 4 casos recientes, libres de repelentes y libres de alcohol. ¿Usted tiene síntomas? «Tome paracetamol».

Amén de las cuarentenas hechas, las deshechas y las que todavía no tengan fechas, poco a poco se van activando las changas en las cosechas y los habitantes del Virgen Desatanudos deben encastrar en embudos permanentemente, colectivos repletos de gente que se mueve en todos los horarios, desde los barrios San Antonio, 11 de Junio, La Banderita… Laburantes sin guantes ni guita, explotados por las fincas que todavía no entendieron el mensaje rotundo que acaba de dinamitar al mundo, fincas que hace meses despiertan a la luz de la luna, porque la vida vale dos nueces o una aceituna, cuando nadie te ve, ¡pero qué aburrido informe para la TV! Seguro sea noticia la especulación en la malaria, cuando nos cueste la circulación comunitaria que muchos prefieren mirar desde lejos, porque total pueden aislar a sus viejos…

San Juan

Aserrín, aserrán, ¡los merenderos de San Juan! Del otro lado del muro, a orillas de las costillas que siempre ponen las compañeras, entre los gritos y los chorritos de cianuro que derraman las mineras, en los barrios Malvinas II, Villa Marini y Punta del Agua, los precios de la realidad vienen sufriendo la terrible enfermedad del agigantamiento de los pies a la cabeza, desde el más esencial alimento hasta el último artículo de limpieza. Porque sí, el coronavirus todavía parece controlado, pero el marcador de las góndolas ya está infectado, como en tantos rincones de la Argentina, donde ahora una lavandina cuesta 100 pesos, al igual que los barbijos que parecen de papel. Y si ponés 600 pesos, tenés un litro de alcohol en gel… Piden pan, no les dan. Piden precio, les dan eso, ¡y se les atora en el pescuezo!

San Luis

Tanto en el barrio República, como en 1° de Mayo, hay asambleas colmadas de guerreras, muchísimas madres solteras con dificultades para cumplir la cuarentena, para subsistir o para servir la cena, porque no pueden salir a trabajar, ni dibujar lo que van a cocinar, ni dejar a un hijo congelado. Pero no existe ninguna respuesta del Estado para paliar esta situación, ni para garantizar los productos que facilitan la protección en estos momentos, protección del virus y de los violentos…

Mendoza

Absolutamente toda, pero toda, pero toda la nutrición de los pibes que hoy morfan en el barrio Constitución, se desprende de nuestra campaña de donación que viene matizando este infierno, mientras nos eriza la piel, ¡pero ojalá done diez mangos, el Gobierno de San Rafael! Y si no lo hace, porque quizá seamos muy malos, podemos negociar que nos paren de cagar a palos, porque la Policía no se deja de joder y porque recién volvió a detener al hijo de una compañera abnegada por haber acompañado a su abuela discapacitada, que necesitaba ir al baño. Ojalá fuera mentira, ¡ojalá fuera extraño! Ojalá fuera eso: «La próxima ves que te vemos, te metemos preso».

Misiones

Para gritar las necesidades, con todos los puntos sobre las íes, hoy será necesario integrar a las comunidades guaraníes, hermanas y hermanos, 14 mil seres humanos que todavía no tienen información para la prevención, ni mercadería, ni abordaje, ni folletería en su propio lenguaje, ni cobertura alimentaria, ni infraestructura sanitaria. Aisladas todavía con cierto grado de autonomía, algunas familias en la selva lo sobrellevan mejor, pero muchas están cercadas por ciudades alrededor y dependen de las changas, porque sólo eso ha podido garantizar su subsistencia, sin doctora, ni computadora, ¡ni Ingreso Familiar de Emergencia! Ahí nomás, atrincheradas, las asambleas poderosas en las barriadas de Posadas tampoco tienen los insumos mínimos de limpieza. Y así se hace difícil, no tocarse la cabeza.

Corrientes

Con 26 casos confirmados y 893 correntinos aislados de forma preventiva, se auguran en perspectiva otros 30 estudios que volverán del Malbrán, pero el último parte epidemiológico arroja otro dato con rating menor, que por acá nos causa mayor estupor: 6 nuevos casos de dengue, sólo en el último desayuno, para completar una lista de 721 que hoy rodean a las asambleas poderosas, donde la cooperativa textil Manos Laboriosas sigue mirando más allá, para que todo el barrio Río Paraná pueda seguir cuidando a sus hijos, sin tener que salir a buscar esos barbijos que nunca lograríamos encontrar, sobre las góndolas y los precios que ninguno podría escalar.

Entre Ríos

Toda esa seguridad informal que reivindica nuestra organización social, se potencia en la inasistencia perfecta de las clases, cuando los chicos quedan en manos de las bases, alimentados por vecinas y cocinas que nunca tuvieron alambre, que le pusieron la jeta al hambre y que siempre fueron pioneras en derribar todo tipo de fronteras. Semejante fuerza poderosa hoy se retroalimenta por la generosa respuesta que nos dan, quienes nos leen, quienes nos creen y quienes van entendiendo que la economía del barrio debe acompañar un programa sanitario popular, con bases de datos que permitan individualizar en este preciso momento a quienes no pueden llamarse al aislamiento, porque la vejez precisa salud, pero antes debe sobrevivir a la juventud. Y entonces paremos acá: nos faltan productos de higiene en todos los barrios de Paraná, donde seguimos usando leña para amainar las temperaturas invernales, ¡porque necesitamos un plan de garrafas sociales!

Santa Fe

Agitando como en todo el país, el reclamo por el acceso a Internet, en el mismo barrio Chalet que padeció las inundaciones en 2003, hoy agitamos el «Día de la Memoria del Pueblo Inundado», porque Reutemann impune sigue siendo presente, no pasado. Ahora, la impotencia frente a la nueva emergencia requiere una respuesta real, pero todavía no se mueve el fondo de la Empresa Social que se aprobó en 2019. Y sí, ya tuvimos una persona con síntomas del corona, cuando el Centro de Salud vecinal activó el protocolo oficial, pero la dejaron esperando en línea y nunca le realizaron el estudio correspondiente: «Tome paracetamol, urgente».

No tan urgentemente llegan las respuestas al barrio Los Pumitas de Rosario, donde el fondo alimentario estaba «seguro», pero todavía no llegó ni un pan duro.

Paciencia total. Y violencia institucional: el 28 de marzo, Alejandro Gómez y Franco López fueron detenidos en la Comisaría 12, donde los desnudaron y los golpearon. El 1 de abril, Nahuel Aguirre fue arrastrado y depositado en esa misma comisaría, los dejaron en el patio, ¡porque llovía! También ese mismo día, interceptaron a Rodrigo y Alan, en el cruce de Génova y Chaco, barrio Empalme, donde les apuntaron, los ahorcaron, los pusieron de rodillas y los cagaron a patadas en las costillas, para velar por la seguridad humanitaria, «aunque veamos algunos excesos»: les robaron el celular, la Tarjeta Alimentaria y sus 30 pesos.

Qué le vamos a hacer, detrás del vendaval, jugando un ratito a las escondidas, el Poder Judicial sigue librando domiciliarias para genocidas: el 27 de marzo, Walter Salvador Pagano, personal civil de inteligencia durante la última dictadura, recibió una sorpresita: llegó el coronavirus y lo mandó para casita.

Córdoba

El Ministerio de Desarrollo provincial debe todavía el pago bimestral de marzo y abril, pero si pudiera ser más gentil y compañero, ¡ya podría bajar lo que debe de febrero! Y ojalá fuera sólo un problema con ciertas opiniones, pues en tal caso no les deberían a tantas otras organizaciones que vienen gritando en conjunto, para ver si resuelven un asunto tan menor como la comida que sostiene a cada comedor libre de noticieros, ¿o cómo piensan que servimos la leche en Los Cortaderos? La Casita del barrio y esta solidaridad sin horario que contagia salú, ¡hoy alimentan al Bajo Yapeyú! Nos mantienen vivos; no tenemos otros incentivos para garantizar el morfi y los anticonceptivos que seguimos entregando cada día, aun cuando nuestra coope de Villa María perdió todas las Meremeladas Poderosas de su producción, regaladas como rosas para que no mueran en un cajón.

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(Imagen: La tinta)

Ay, ay, ay, culeao, ¡cómo se les escurre tanta primicia! 6 muertes más por dengue, ¡cómo aburre la noticia!

Y para completar la «presencia» estatal, cuándo no, el Código de Convivencia provincial gatillando una razzia, esta vez en Alta Gracia, donde un video permitió visualizar a la Policía violando un domicilio particular, para completar otra jaula llena de perseguidos a nombre de la cuarentena: golpearon al padre y a la madre, ambos adultos mayores, por el imperdonable delito de ser trabajadores.

Buenos Aires

A las 1024 personas en situación de calle que se registran sólo entre Lomas y Lanús, se suma la situación dramática del barrio Tongui, que multiplicó la demanda del comedor al momento en un 409%: donde comían 55, hoy comen 255. Y si estás en el reducido grupo que todavía puede ir a comprar, tené mucho cuidado al caminar, porque dos vecinos fueron detenidos por la Policía, cuando iban a la carnicería; decidieron retenerlos y trasladarlos. Cuadras después, les pidieron plata para liberarlos.

Ni para bollos, ni para rosca circense, la salita del barrio platense Los Hornos carece de los insumos requeridos para poder resguardar a los grupos más comprometidos y son esos mismos trabajadores de salud que aplaudimos desde los balcones quienes salen a limpiar todos los zanjones, porque no hay dengue que se resista al cacharreo que sobra cuando faltan el empleo y la recolección, donde ya no existe la fumigación. Y si no, péguense un llamadito a los Altos de San Lorenzo, que sigue siendo zona liberada, porque la circulación del agua continúa estancada en las canaletas, entre caretas que revelan la sorpresa para ninguno: en el Centro de Salud 41, faltan vacunas, ibuprofeno, amoxicilina, barbijos, guantes, camisolines y productos de higiene esencial. Falta todo eso y falta personal.

La Secretaría de Desarrollo Social de La Matanza asegura que no tienen frescos, ni carne para responder a la desesperación, aunque los intendentes recibieron 300 millones de Nación para la emergencia sanitaria, más 10 millones de guita extraordinaria que bajó especialmente para responder a la urgencia, mediante un «Comité de emergencia», pero las viandas del Ejército no llegan a todos lados y los pocos puntos de distribución no están bien promocionados. Villa Palito, San Alberto, 17 de Marzo, San Petersburgo, 12 de Enero y Puerta de Hierro están cubiertos por los Curas Villeros, que le vienen salvando la vida a muchísimos compañeros, pero apenas pueden distribuir 9000 raciones acotadas para sólo 6 barriadas. Por lo demás, en Los Álamos, ya no se puede más. No hay comida, ni luz, ni gas, ni aceitados conocimientos de computación, para resolver tantos trámites trabados porque necesitan orientación. ¿Qué hacés? Rogamos camiones del ANSES. Y el decreto 311 que todo el mundo halaga y también aquí hemos elogiado, no cubre todavía la luz prepaga, ni el gas envasado. ¿Cómo funciona la cocina? Por la leña que tala una vecina.

A estas horas, en Cuartel Segundo de Junín, muchísimas familias están hirviendo agua para tomar, mientras el municipio reconoce que debe sumar lavandina y botellones, pero sin demasiadas explicaciones: «No hay plata». Y en el barrio Alto Camet de Mar del Plata, hay enfermedades, pero no hay asistencia: la salita que comprende 4 comunidades, sólo atiende casos de emergencia. Todo pasa, como en Bahía Blanca, porque no pasa nada: este 29 de marzo, en una vivienda abandonada, 4 cuidacoches fueron desalojados de manera brutal, en otra saga de la incansable persecución policial que ya no irrita, que aún convence. La Maldita Bonaerense.

CABA

Tras los reclamos persistentes de todos los gremios docentes y cada comunidad educativa, esta semana se activó la «Caja escolar nutritiva», que debería contener alimento para 15 días de aprovisionamiento, ¡pero qué inocencia! Toda esta impotencia que hoy sentimos sería universal, si no existiera la prepotencia de la pauta oficial que monopoliza la información y nunca falla: parece televisión, pero es un fondo de pantalla. Mirá, sentí, llamá, compartí…

En la Escuela 19 de Soldati, debieron haber entrado 1400 leches, a razón de 2 por pibe que no desayuna. ¿Saben cuántas bajaron? Ninguna. Pero bueno, errar es humano: en todo el polo educativo de Lugano, el mismo gobierno que tira la mierda y esconde la mano, mantuvo durante horas una espera en caravana, una fila que llegó a dar la vuelta manzana. ¿No te preguntás por qué ningún medio te lo mostraría? La comida que debía estar al mediodía, por obra y falacia de algún cobarde, ¡llegó recién a las 3 de la tarde! Y no, ninguna caja llegó completa, porque toda esa plata se va en la pauta que paga Rodríguez Larreta, para que vos nunca termines escuchando que detrás de todas esas permutas con sus distintos programitas, ¡nos están mandando 3 frutas y 50 galletitas!

El lunes de la última semana, la Secretaría de Integración Social y Urbana aumentó en «15 raciones» las provisiones del comedor Gustavo Cortiñas. O sea, bajaban 250 y empezaron a bajar «265», ahí donde la demanda había crecido un 296%, ahí donde al día siguiente comían 400. ¿Y entonces? Y entonces ahí van, las topadoras del qué dirán, bajando los cielos, ¡manos cooperadoras que amasan pan para los abuelos!

Aun así, entre tanto barullo, para orgullo de impropios y extraños, batimos el récord del dengue en los últimos 4 años: último registro oficial, 2134 casos solo en la Capital Federal. Y por supuesto la zona Sur, tuvo su mejor performance otra vez: entre las comunas 7, 8 y 4, sumaron 473. Para que tengan idea, sólo una asamblea tuvo diez casos nuevos y cuando pedimos descacharreo en la salita, una señorita nos dijo al oído: «A esta altura, ya no tiene sentido». ¿Respuestas urgentes? Ninguna, ¡bajen repelentes!

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(Imagen: La garganta poderosa)

Todo tan genial, que reapareció María Eugenia Vidal y la violencia policial sin freno, ahora también en la Rodrigo Bueno… El 28 de marzo, 6 efectivos sin identificación ingresaron a nuestro comedor diciendo que debíamos cerrarlo, aunque tuviéramos autorización, «porque acá es corta». Les mostramos la autorización del IVC, «pero el IVC no pincha ni corta». El 30 de marzo, un pibe caminaba directo a la panadería, lo interceptó un policía, lo agarró del cuello y le metió un empujón, para que aprenda la lección. El 2 de abril, un menor y otro mayor se dirigían a comprar pañales y otro agente los interpeló, un capo, «para qué quieren pañales, métanle un trapo».

Todo mal, siguen sin entender. Y cuando el recibo es informal, ¡también pagás el alquiler! Aun así, a pesar de sus canales y sus discursos oficiales, la cooperativa Juana Azurduy sigue produciendo 800 barbijos semanales, para maximizar la prevención en los espacios sociocomunitarios de todos los barrios. Y en plan de la misma iniciativa, la fotocooperativa Paulo Freire sigue garantizando las impresiones que dejaron de ser un privilegio, ¡para que puedan avanzar las tareas del colegio!

La Pampa

La Pampa tenía el Ombú, ¿se acuerdan? Hubo líos, los pastizales fueron copados por sembradíos, entre pastoreo, desempleo, voces acalladas y hectáreas alambradas que han modificado por completo la esencia de su hábitat natural, abriéndole paso también a la violencia policial. Y este último 24 de marzo, como efeméride de tormentos, el barrio 12 de Agosto pudo recordar viejos momentos, cuando Francisco salió a la puerta de su casa con su hermano: un policía provincial le tendió su mano y corrió a su encuentro, pidiéndole no tan cordialmente que se metieran adentro. Así fue, cumplieron inmediatamente, pero no resultó suficiente y entonces los extirparon a golpes rompiendo todo registro protocolar, ¡los sacaron a las trompadas, desde adentro de su propio hogar! Y para que la enseñanza sea buena, también les dieron preventiva por violar la cuarentena, porque total no existe condena para la cacería. Tres días después, llamaron desde la comisaría, para informar que Francisco estaba «mal» y que debían trasladarlo al hospital por «lesiones», sin más explicaciones, ni mayor certeza que una infinidad de golpes en la cabeza. Inconsciente y esposado, lo dejaron tirado como una cosa e internado en Santa Rosa, con algún signo vital y sin informe de ningún perito: por suerte ya nos avisó el fiscal, que se lastimó solito.

Neuquén

Hoy todas las barriadas populares, en San Martín de los Andes y otros paisajes espectaculares, están verdaderamente aisladas, porque han quedado desconectadas en su mayoría del campus virtual, de modo que se complican las tareas del día a día en lenguaje digital, salvo las de historia, ¡gracias a la memoria! Porque justo esta semana emerge la entrañable transparencia de su querida presencia, que resiste, sueña y salva, eternamente, ¡Fuentealba, presente! Ahí está, en las maestras, en los maestros, en todos nuestros hijos, para gritar que no hay alcohol y que faltan los barbijos. Pues aunque siguen combatiendo nuestras luchadoras, hoy están sufriendo las familias horticultoras, que deben continuar produciendo y muchas veces terminan asediadas en el camino, por algún cretino uniformado que siempre se confunde de lado. Nada está fácil con el turismo parado, pero todavía por allá se escucha encendida esa garganta que se planta contra el viento, ¡fue la lucha, tu vida y tu elemento!

Río Negro

A los compañeros de Fiske Menuco no les vienen coincidiendo los números, ni el inventario de la nutrición con las recetas que proponen por televisión; algo anda mal en eso, quizá deberían darlas en horario de protección al menor ingreso. Y no, tampoco les vienen coincidiendo los números del barrio con los insumos del Centro Comunitario, que por suerte consiguió esas vacunas tan, pero tan, pero tan importantes: ya nos mandaron 12, para 3000 habitantes.

Chubut

Puerto Pirámides debe ser tal vez el único puerto sin agua. Y sí, preocupa mucho el corona, pero más el suministro que no funciona, porque las familias quedan acuarteladas en la sequedad impublicable, mendigando un poquito de humedad potable, como espejismo del cinismo que habita su propio estanque mezquino, mientras cargamos un tanque en la camioneta de un vecino. Pobre intendente, debe tener los oídos inundados, porque no puede atender llamados y nos da muchísima pena. Pero no tanta como esa detenida por violar la cuarentena, que fue trasladada hasta la Comisaría 3°, otra madriguera de alcantarillas, donde la obligaron a desnudarse y hacer sentadillas. ¿Tás ahí, periodismo? Fijate bien, que a otra mujer le pasó lo mismo, en la misma mentirería, ¿quién lo diría? Tienen la denuncia en la Fiscalía.

Una vecina del barrio quedó sin salario y sin el Ingreso Familiar de Emergencia que hoy viene a estirar una mano, porque no registraron la baja en su laburo del verano. Y a los históricos problemas del agua, se sumaron las viviendas que van quedando sin conexión y que resisten gracias al camión solidario que se mueve para salvar al barrio, no todos los días, no en todos lados. ¿Y entonces quién salva al pueblo? El pueblo, que viene sembrando acelga con un programa del INTA desde mucho antes de la pandemia que azota a la humanidad: hoy se contagian atados de acelga, como epidemia de solidaridad.

Santa Cruz

A las ollas populares que sosteníamos miércoles y sábados en distintos lugares, sumamos 300 platos diarios, pero siguen muy atrasados los módulos necesarios a nivel provincial: apenas 15 bolsones nutricionales para 600 familias de comensales, que sólo funcionan como enmiendas para los 50 kits de meriendas, que se van y no queda nada, porque está totalmente paralizado el trabajo por jornada. Y la demanda está colapsada. Cada vivienda consume cerca de 6 garrafas mensuales, pero sin los ingresos habituales se hacen imposibles de solventar, de modo que muchos empiezan a utilizar leña o carbón para calefaccionar su hogar, mientras crece cada semana esa calidez humana que todo Río Gallegos sabe valorar, porque el barrio Madres a la Lucha puede hacerse escuchar, pero también abre la puerta para salir a sumar, tal como lo viene haciendo nuestra coopera textil, que todo este mes de abril estará tejiendo barbijos y cofias para los abuelos que lo necesiten, porque sí, ¡queremos que griten!

Tierra del fuego
Antártida e Islas del Atlántico Sur

De las 57 familias relevadas en el barrio Mirador, 43 no habían recibido todavía el módulo nutricional que administra el gobierno provincial y, si por las noches la soledad desespera, imagínense todos estos días de espera…

En las Islas Malvinas, una niña de 4 años presentó fiebre y algunas dificultades respiratorias, de modo que se tomaron todas las medidas precautorias y, según nos avisan compañeros latinos migrantes, se suspendieron las clases en ese jardín de infantes. Aunque no lo reporte casi ningún informativo, ya se hicieron 28 pruebas y todas dieron negativas. Pues por allá, donde hace tanto se ha propagado la Corona, el corona no ha llegado todavía y es una inmensa alegría, porque no habrá guerra, ni virus sobre la tierra, que nos pueda corromper el corazón: hoy como ayer, Inglaterra, #StayHome

Ni siniestros, ni santificados, si nuestros merenderos no están cerrados, ni vaporizados en cada una de las regiones, se lo debemos al amor y a las donaciones de todos ustedes, que se hicieron eco en las redes para contagiarnos solidaridad y para darnos visibilidad, porque ni siquiera bajan la leche desde las escuelas de la Ciudad, donde aun el cinismo del macrismo digita el distrito más rico de la Argentina. Y sí, ya los conocemos, sabemos que van por todo en América Latina, pero si el contrapoder demanda mayor unidad, no podemos esconder la realidad, ni aceptar ningún tipo de especulación: desde Desarrollo de Nación, nos deben 30 de las 50 toneladas que recibimos para febrero y marzo, ¡regularmente! Sobre una pandemia inclemente, sin contabilizar los refuerzos que tampoco llegaron, seguimos esperando la mitad de la comida que correspondía por los dos meses que pasaron. Y no, nadie quiere que la derecha saque tajada, pero en los barrios populares no está la gilada, estamos quienes venimos bancando la parada. Porque acá nadie se come el cinismo de los noticieros, ni se morfa el oportunismo de los caceroleros, pero si no reparamos ya el sistema alimentario, mañana será un tema sanitario. Y entonces no podemos mirar hacia el costado, ni esperar que pase la hora: para mejorar al Estado, ¡hay que gritar ahora!

*Por La Garganta Poderosa / Imagen de portada: La garganta poderosa. 

Palabras claves: cuarentena, Desigualdad, villas

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