El fútbol como pandemia: 1. Arquero

El fútbol como pandemia: 1. Arquero
27 marzo, 2020 por Redacción La tinta

René Higuita va y viene en el eterno viaje de héroe a villano por aquel error en Italia 90. «Si te dicen que no salgas, no salgas», dice el hombre del «talento expansionista». En tiempos de aislamiento y lucha por la igualdad salarial, Hope Solo, la mejor arquera de la historia, interpela a Estados Unidos: «Pasaré mi tiempo de aislamiento social pensando preguntas de fútbol». Delfina Corti y Roberto Parrottino asumen el desafio de hablar de fútbol y armar un plantel en tiempos de cuarentena.

Por Delfina Corti y Roberto Parrottino

«Después de Dios, somos todos pecadores. Para mí, no existen los rótulos», contestó René Higuita en el 90 cuando le preguntaron acerca de su relación con el narcotraficante Pablo Escobar. Los rótulos son pasajeros: un día sos un héroe y al otro, un villano. A eso se refería cuando, en aquella oportunidad, defendía a su amigo.

Lo que no sabía era que aquella respuesta le valdría en unos meses también para él.

Carismático, héroe, revolucionario. Rótulos que se debieron a que su juego como arquero se desarrolló más cerca del arco rival que del propio: 44 goles metió en su carrera. Incluso hay quienes afirman que en 1992 la FIFA cambió el reglamento -la imposibilidad de que los arqueros agarren la pelota con sus manos tras el pase de un compañero- por culpa de René.

«Ni Pelé ni Maradona, ni hoy Messi o Ronaldo, han hecho cambiar las reglas. Pero llegó Higuita y así lo hizo. Puso a pensar a la FIFA y logró que los arqueros jugaran más con los pies, porque así se agilizaba todo. Sin un jugador como René, a nadie se le habría ocurrido el cambio», respondió en una entrevista Hugo Gallego, exayudante del técnico colombiano Pacho Maturana.

Sin embargo, los rótulos son pasajeros. Dado que el arco le quedaba pequeño a su «talento expansionista» -tal como definió Jorge Valdano-, su juego arriesgado lo llevó también a ser considerado ridículo, exhibicionista e irresponsable.

Precisamente, a las pocas semanas de haber declarado que salvo Dios «todos somos de carne y hueso», René pecó. En el partido Camerún-Colombia, en octavos de final de Italia 90, en tiempo suplementario, pasó de ser héroe a villano de la selección colombiana. De Dios a pecador.

Una vez más, Higuita había salido del área, había controlado un pase de su compañero Luis Carlos Perea con su pierna derecha y, tras intentar gambetear a Roger Milla, el delantero camerunés le robó la pelota. La jugada terminó en gol. Colombia quedó afuera del Mundial.

«Él me vino al cuerpo, casi con mala intención, y me ganó el balón. Después, ¿cómo hacía para parar a ese animal en carrera?», dijo tras la derrota de su selección.

Sin embargo, los rótulos son pasajeros. Casi 30 años después, René trae su jugada para concientizar sobre el coronavirus. «Si te dicen que no salgas, no salgas», dice la frase que acompaña la jugada en la que pierde la pelota con Milla. Y, ahora, el villano volvió a ser héroe.

Por Delfina Corti

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«Lo único que me mantuvo viva fue el fútbol», dice Hope Solo, cuando ya es la mejor arquera del mundo, y millones de personas la ven por la televisión en los Estados Unidos. Cuenta que fue concebida en la cárcel, cuando su padre, un excombatiente en la guerra de Vietnam, había caído preso por estafa. Que su madre, alcohólica, la golpeaba a ella y a su hermano durante la infancia en Richland. Y que todo se desbarrancó cuando tenía seis años, y su padre simuló unas vacaciones que serían un secuestro. «A pesar de todo -se detiene-, le debo mi amor por el fútbol».

Hope Solo ya no juega. Arquera de la selección de Estados Unidos entre 2000 y 2016, campeona en el Mundial de Canadá 2015 y oro olímpico en Pekín 2008 y Londres 2012, Solo pelea por la igualdad salarial de las futbolistas. Y, de tanto en tanto, apoyada en sus estudios de Comunicación en la Universidad de Washington, pone en cuestión el sentido común (el menos común). Lo hizo en 2017, cuando denunció que el expresidente de la FIFA Joseph Blatter la había acosado en la entrega del Balón de Oro 2013. «Blatter -dijo- me tocó la cola».

«Pasaré mi tiempo de aislamiento social pensando preguntas de fútbol al azar. ¡Así que es justo que todos hagan lo mismo en este tiempo difícil! Quiero escuchar tu opinión acerca del mejor equipo #USWNT y/o el mejor 11 de todos los tiempos», tira, ahora, en tiempos de redes sociales y coronavirus. Y sí: en todas las formaciones del United States women’s national soccer team (USWNT), la GK (goalkeeper) es Solo. «You», le pone uno, directamente. En 2003, una exjugadora de la selección -Brandi Chastain- había elegido a Julie Foudy como la mejor arquera. «Creo -le respondió Solo- que te confundiste. No era nombrar a tus mejores once amigas». No jodía.

Durante los Juegos de Río 2016, Solo recibió silbidos en todas las canchas. Había compartido una foto, mitad en broma, mitad en serio, de montones de repelentes: «Si alguien en la Villa necesita, que venga a verme». Se había expandido el virus zika en Brasil. «¡Ziiikaaa!», le gritaban cuando sacaba del arco. Pidió disculpas. Aclaró que no quiso ofender a nadie. «Son una banda de cobardes», dijo acerca de la selección de Suecia tras la eliminación, por su juego ultradefensivo. La federación la suspendió seis meses. Fue su despedida de la USWNT. En 2020, la federación no quiere que se siente en la mesa como representante de las jugadoras en la lucha salarial. Mientras, se hace preguntas.

Por Roberto Parrottino

*Publicado originalmente en el blog Pisahuevo

Palabras claves: Fútbol Femenino

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