Cuidados en tiempo de pandemia

Cuidados en tiempo de pandemia
20 marzo, 2020 por Redacción La tinta

El coronavirus es de las palabras más leídas y pronunciadas en estos últimos días. Las medidas avanzan minuto a minuto y las dimensiones que abarca son múltiples. Intentaremos, aquí, abordar algunos debates que se están dando entorno a esto y cómo nos impacta en nuestra cotidianidad y en los vínculos familiares.

Por Redacción La tinta

El domingo, nos fuimos a dormir con la novedad de que las clases se suspendían hasta el 31 de marzo. Esto generó gran revuelo en las casas, poder organizarse ante este nuevo panorama. ¿Quién se queda con lxs chicxs? La abuela no puede porque es factor de riesgo, el padre sale a trabajar como siempre y no se pone en duda, en parte, porque está precarizado y es impensado que no sea así. ¿Y entonces? la respuesta resulta obvia, ella es quien se queda al cuidado de lxs niñxs. Esto se hace más difícil en caso de que haya que afrontar una doble o triple jornada laboral, sumado a la cuarentena de lxs pequeñxs. Quienes nos encargamos del cuidado asumimos el estrés, trabajo emocional que implica la tarea afectiva con la manada, incluido familias ampliadas, y cuidar lo emocional, en momentos de crisis, se vuelve agotador.

Esto llevó a grandes reflexiones. ¿Nuevamente, el cuidado recae sobre nosotres, en qué condiciones? Sin ser reconocido el laburo. El lunes, anunciaron licencias para cuidados de niñxs. Esto trajo tranquilidad para algunes, pero, para la mayoría de las personas que no cuentan con trabajo en blanco ni derechos laborales, no puede ser efectivo.

Esto, nuevamente, generó caos. El PAICOR continuó entregando alimentos en las escuelas, sin embargo, con muy bajita participación, por un lado, por desinformación y también por la paranoia que se ha desatado por la pandemia del coronavirus.

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(Imagen: Eloisa Molina para La tinta)

Con los días, se anunciaron medidas que surgieron bajo la presión de distintos sectores, que fueron calmando las aguas. Aumentos excepcionales en la asignación universal por hijx, en las jubilaciones, en el salario social complementario, entre otras.

Sin embargo, nos debemos una gran discusión respecto de los cuidados, quiénes los asumimos, desde dónde, cuán acordados son. Por un lado, se supone una tarea destinada a las no masculinidades. Por “amor” y paciencia interior que, al parecer, viene aparejada de una cuestión “biológica”. Mmmm… es raro, ¿no? Por otro lado, que las masculinidades asuman roles de cuidados nos genera miedo al ser un rol que históricamente hemos asumido otres y supone, en muchas situaciones, riesgo de abusos y violencias con las infancias y juventudes, como, lamentablemente, nos toca vivir de tíos, padres, abuelos. Y esto tampoco nos deja tranquilxs.


A la masculinidad hegemónica le han enseñado a ser fuertes, inmunes al parecer, no respetar normas. “¿Decirme a mí que me lave las manos? ¿que no vaya a trabajar? ¿que no juegue al fútbol?”. Es difícil que se adapten, como siempre, al contexto que vivimos. En estos días, hemos visto circular en redes expresiones como «lavarse las manos es de putos», «eso del coronavirus es para flojitos», «no puedo ser tan puto que me mate una gripe». Paradójicamente, las estadísticas han demostrado que quienes más contraen el virus y mueren son varones. Obviamente, esto no es generalizado, hay varones que se acoplan a los cuidados haciendo grandes esfuerzos de correrse de los mandatos masculinos históricos.


Estamos enfrentando una crisis que intensifica la precarización, las violencias patriarcales y racistas, además de la crisis global ecológica y de cuidados. Las medidas que fueron tomando, en gran parte, lo hacen en referencia a lo que ha funcionado en otros países. La cuarentena, es decir, el encierro en las viviendas y el cierre del comercio informal, trae consigo una agudización de la pobreza y la precariedad de la vida de quienes ya sufren todo tipo de violencia y de opresiones.

No poder realizar las actividades laborales habituales, quienes viven de ese ingreso diario va a ir incrementando la mala situación económica, que un bono no puede paliar. Ni hablar de las violencias que vivimos día a día. Permanecer encerradxs contra la voluntad acrecienta el odio y aumenta también la vulnerabilidad de estar aislades. En algunos lugares en China, se han registrado aumentos de hasta 3 veces de denuncias de violencias. Desde las organizaciones feministas, se han dado estrategias para hacerle frente. Aunque no pueden salir de las casas, se han hecho campañas por redes sociales para difundir experiencias, datos de contacto y para hacer denuncias, líneas de acompañamiento psicológico. Las líneas se colapsaron. Llamaron mujeres de todo el país; se recibieron denuncias de personas de todas las edades, derrumbadas por el estrés de la situación y las violencias vividas.

También es curioso el aumento de divorcios en China. Hay algunas hipótesis que tienen que ver con aumentos estacionales por la época del año, otras con tener tiempo para charlar cosas no resueltas en la pareja, la sensación de fin del mundo y el atreverse a tomar esta decisión, ya que todo está perdido y/o también otras hipótesis se animan a decir que esta crisis sanitaria deja en evidencia, en el orden relacional, los problemas que atraviesa el orden monogámico. Las personas agresivas no se relajan en entornos cerrados. Todo lo contrario.

Ante esto, es sumamente importante estar alertas. El aislamiento no es un impedimento para sostener la solidaridad y el apoyo mutuo. Es necesario conocer a nuestrxs vecinxs y sus realidades. Poder difundir lugares de resguardo y líneas de denuncia ante situaciones de violencias. Sabemos que el Estado, en general, no posee respuesta a la realidad de violencia y mucho menos en contexto de crisis sanitaria. Podemos organizar comunitariamente cuidados de niñxs, por ejemplo. Tenemos que encontrarle una salida colectiva en este contexto de extrema introspección. Hay una gran tarea por delante.

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: La tinta.

Palabras claves: coronavirus, cuidado, organización social del cuidado, trabajo de cuidados

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