¿Cómo describirían a la persona que buscan?

¿Cómo describirían a la persona que buscan?
25 marzo, 2020 por Redacción La tinta

Por Lourdes Leblebidjian para La tinta

Si tuvieran que pegar un cartel de búsqueda con la cara de la persona que cada familiar perdió en la dictadura Argentina, ¿como harían?

¿Cómo hacen si no tienen foto o si la foto está borrosa? Si la foto es demasiado vieja y la persona cambió mucho. Qué pasa si la única foto que les queda de la persona que buscan sale junto a un grupo grande de amigos, riéndose, y él o ella está atrás al medio de la gente y casi no se ve.

¿Qué descripción ponen de su cuerpo? Si probablemente lo que saben se los contó algún conocido hace mucho tiempo atrás, y no les dio su estatura ni tampoco el peso, y tienen que deducir su color de pelo por las fotos.

Ven sus ojos que brillan cuando sonríe. Sus ojos, que no se identifican el color, en la foto miran para otro lado. No miran a la cámara, sonríen y esos ojos parecen escaparse. Parecen tener miedo. O miran al costado viendo a su compañero/a que los abraza fuerte, y después que sacan la foto le da un beso y no dice nada, porque lo saben todo entre ellos.

Cuando les pidan el nombre, podrán poner su nombre completo, su Dni y los datos que salen en los documentos que guardan. Pero ¿cómo le gustaría que le pongan a las personas que buscan, a su mamá, a su papá, a sus abuelos, a sus nietos? ¿Cuál es su sobrenombre, su apodo que le hubiera gustado que pusieran? Ese apodo que salió en una comida familiar o en el cumpleaños mientras comían sándwiches de miga en el patio y alguno de los más chiquitos le pidió que le sirviera Coca, se confundió y dijo mal su nombre. Todos se rieron y quedo así para siempre. El apodo que los amigos le gritan cuando lo ven en el barrio o cuando pasan con el auto y lo/la veían desde lo lejos.

¿Dónde pegan el cartel de búsqueda? Sino saben por dónde estuvo la última vez. Si su casa queda muy lejos del lugar que saben que los llevaron. Si los rastros que investigan y estudian son un laberinto que los encuentra en el mismo lugar.

Cómo ponen en el cartel que no hay recompensa que alcance para quien ayude a construir nuestra memoria, para aquella persona que ayude con una pista para salir del laberinto. Que indique en qué zona pegar los carteles para no perderse en la ciudad.

No alcanza lo que tenemos para dar si ayudamos a que sus ojos descansen de la neblina que produce la incertidumbre y puedan caminar seguros. Por el barrio, por la facultad, por el colegio, sin dudar si alguna de esas personas al lado es su mamá, su papá, su nieta, nieto, abuelo, abuela desaparecido.

Más de 30.000 carteles necesitamos para seguir con la búsqueda de las personas desaparecidas durante la dictadura argentina. La recompensa es el encuentro, el abrazo, la tranquilidad, la certeza. Conocer y saber que lo que buscaban ya está con ellos.

Sigamos luchando y exigiendo: memoria, justicia y verdad. Por cada persona que perdió, que busca, que lucha y que sigue buscando.

* Por Lourdes Leblebidjian para La tinta / Foto: La tinta.

Palabras claves: 24 de Marzo, Dictadura Cívico-Militar

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