Bolivia: el revanchismo como política de Estado

Bolivia: el revanchismo como política de Estado
3 diciembre, 2019 por Gonzalo Fiore Viani

El gobierno de facto inició un acelerado proceso de reversión de las políticas sociales, económicas y diplomáticas que caracterizaron a la gestión de Evo Morales.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

El actual gobierno de facto boliviano, a pesar de las promesas, aún no convocó a elecciones. El Ejecutivo, conducido por Jeanine Añez, continuó con la dura represión iniciada al momento del golpe, especialmente en la zona de El Alto, donde se concentra la mayor cantidad de seguidores de Evo Morales. Mientras el país se encuentra al borde de una guerra civil, el gobierno autoproclamado aprovecha la vuelta al poder de las élites, tras 15 años del Movimiento Al Socialismo (MAS), para implementar un revanchismo que, en la historia del país, se puede comparar con lo sucedido tras el golpe de Estado de 1964, luego de las presidencias revolucionarias del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) en la década de 1950. O el golpe encabezado por Hugo Banzer en 1971 contra el militar nacionalista Juan José Torres, luego asesinado en Argentina en el marco del Plan Cóndor.

El gobierno de facto puso nuevamente en el centro de la escena las tensiones raciales y sociales históricas de Bolivia. Exacerbando el odio a los indígenas, las élites -que habían pasado a un segundo plano durante los gobiernos del MAS- han vuelto decididas a recuperar el protagonismo político, social y cultural, barriendo con la estructura que dejó el gobierno anterior.

La política exterior del Estado boliviano ha virado radicalmente tras la llegada de Añez al Palacio Quemado. Ha reconocido como presidente de la República Bolivariana de Venezuela a Juan Guaidó, al mismo tiempo que ha estrechado relaciones con Estados Unidos y el Brasil de Jair Bolsonaro. A su vez, enfrió las relaciones con Cuba de tal manera que cientos de médicos cubanos que se encontraban en Bolivia regresaron a la isla. Añez también retiró al país de la Alianza Bolivariana para los pueblos de las Américas (ALBA), impulsada por Hugo Chávez en 2004. Por ahora, los gobiernos de México y Uruguay no reconocen al gobierno de Añez, mientras que sí lo hacen Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Colombia, Brasil y Rusia. El aval de la cancillería rusa fue toda una sorpresa, pero el país de Vladimir Putin tiene grandes intereses en los hidrocarburos bolivianos, por lo que necesita autoridades constituidas para negociar. A esto se debe que, más allá de haber sido un gobierno aliado de Morales, Rusia haya reconocido casi inmediatamente a Añez como “presidenta interina”. En medio de todo esto, el gobierno autproclamado comenzó a nombrar nuevos embajadores y cónsules en distintos países, por ejemplo, en Estados Unidos.

Bolivia Jeanine Añez biblia casa de gobierno la-tinta

La mandataria de facto le ha dado vía libre a las fuerzas armadas bolivianas para la represión de la protesta social, renovando a la cúpula militar que había sido nombrada por Evo Morales. Además, emitió un decreto donde libera de cualquier tipo de responsabilidad a los integrantes de las fuerzas armadas en los casos de represión por “legítima defensa” o “estado de necesidad”. Según Naciones Unidas, la mayoría de los muertos en las protestas en Bolivia derivan del “uso de la fuerza excesiva” por parte de las fuerzas de seguridad. Si bien Añez asegura que su intención es la de “pacificar el país”, sus medidas no parecen ir en ese sentido, sino todo lo contrario.


Quien tiene una actitud responsable en ese sentido es Evo Morales y sus partidarios. Incluso, el embajador de la UE, León de la Torre, declaró que “la pacificación se debe en buena medida a la disposición del MAS”. Para sostenerse en el poder, Añez ha optado por la represión y por la fuerza en lugar de los tan mentados “consensos” que esgrimía cuando se encontraba en la oposición contra el supuesto autoritarismo de Morales.


Fernando Camacho decidió renunciar a la presidencia del Comité Cívico de Santa Cruz para firmar un pre-acuerdo electoral con el MNR, que llegó a ser el partido hegemónico boliviano, pero viene de cosechar magros resultados electorales durante los últimos 15 años. De cara a las próximas elecciones, aún sin fecha, el dirigente de Santa Cruz se perfila como uno de los grandes candidatos para quedarse con el poder. Si bien aún no está claro cómo va a actuar el MAS, ya hay figuras del partido que se preparan para competir por la presidencia. Entre ellas, se encuentran la senadora Adriana Salvatierra y el ex canciller David Choquenhuanca. También suena fuerte Andronico Rodríguez, un joven líder cocalero de 30 años, considerado por muchos como heredero del ex mandatario exiliado en México. Igualmente, todavía resta por conocer cuál será el rol que desempeñe Evo Morales en la campaña. El ex presidente aspira a regresar al país para apoyar a su candidato cuando se normalice la situación. Lo cual, por ahora, parece lejano.

Por el lado de la oposición, Carlos Mesa anunció que volverá a ser candidato, al igual que el pastor evangélico surcoreano Chi Yung Chang. Todo indica que, si las elecciones fueran hoy, se produciría una segunda vuelta entre Mesa y el candidato que se postule por el MAS.

Bolivia Añez Alto Mando Militar la-tinta

Por lo pronto, el gobierno de facto, surgido tras el golpe cívico, militar y policial contra Evo Morales, se ha preocupado más por desmantelar la política del MAS que por normalizar la situación y convocar a nuevos comicios. En redes sociales, Añez comenzó a mostrarse “presidencial”, con imágenes de mascotas o posteos sumamente cuidados por su equipo comunicacional. No se sabe exactamente cuáles son sus intenciones a futuro y si buscará ser candidata. Ya aclaró, al menos, que “el MAS tiene todo el derecho de participar en las próximas elecciones”, pero “que vayan buscando candidato, Evo y Álvaro no están habilitados para un cuarto mandato”.

Lo cierto es que la situación en el país es extremadamente compleja. Sólo queda esperar que, como le preocupa a Morales, no se produzca una guerra civil. Para ello, el MAS está llevando adelante todos los esfuerzos necesarios, no así quienes deberían mostrar más responsabilidad, ya que detentan el monopolio del poder represivo del Estado.

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

Palabras claves: Bolivia, Evo Morales, golpe de Estado

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