Cayetana Álvarez: la argentina que sacude la política española
La líder conservadora se posiciona como una “nueva cara” en la política de España, reforzando un discurso antifeminista y liberal.
Por Lucas Gatica, desde España, para La tinta
Cayetana Álvarez de Toledo, argentina, francesa y española, marquesa de Casa Fuerte, 46 años. Estudió en la Universidad de Oxford, de profesión historiadora y periodista. Rubia, de mirada fría y altiva. Esta política, hija de padre francés y madre argentina, se ha convertido en la apuesta del Partido Popular (PP) para luchar contra el independentismo y tener peso en un territorio esquivo para ese partido, Cataluña. Es una férrea defensora de la unidad española y tiene una especial cualidad para que sus declaraciones, de voz pausada y porteña, se viralicen.
Sacudió a la política española este último año. Con su relativo corto recorrido en la política, ya se erige como una de las principales piezas del tradicional PP. Da la sensación de que le ha quitado protagonismo al propio presidente del partido, Pablo Casado, tanto por su carácter y personalidad, como por la superficialidad e insulsez de Casado.
Nació en Madrid pero se crió en Argentina. Dirigió el Área Internacional de FAES, un think tank conducido por el ex presidente José María Aznar, con quien tiene una relación cercana. En su transcurso dentro de la arena política, siempre ha sido un azote para los gobiernos socialistas por sus firmes enunciados en asuntos como la lucha contra ETA. También han levantado polémica sus críticas hacia el feminismo. Se enfrentó en más de una vez con portavoces de otros partidos por discrepancias acerca de los delitos de violación, y publicó un artículo de opinión el día 8 de marzo en contra de las reivindicaciones feministas. Lo que afirma Álvarez de Toledo es que el enfoque feminista dogmático está conduciendo a un enfrentamiento de los géneros, y con esa provocación lo que intenta es aproximarse a la incorreción política tipo Donald Trump y robarle votos a Voz, el partido de la extrema derecha española.
Sin embargo, es una mujer que exhala carácter, no titubea al defender el Estado laico y la unidad europeísta, al mismo tiempo que deplora los nacionalismos y populismos. Por momentos, parece una mezcla de la pedagogía de Pablo Iglesias (Podemos) combinada con la testosterona de Santiago Abascal (Vox).
No es casualidad que el PP haya apostado por una figura como Cayetana Álvarez de Toledo en Cataluña, ya que es una españolista que se presenta en esa Comunidad Autónoma sin hablar catalán, algo que puede leerse como un rechazo a posicionas nacionalistas. Estrategia que le sirve para tensar los extremos y ganar votos del lado derecho. Del referéndum catalán del 1 de octubre de 2017 dijo que fue un golpe de Estado, comparándolo con lo ocurrido el 23 de febrero de 1981, cuando mandos militares intentaron dar un golpe de Estado, con el episodio central de Antonio Tejero disparando en el pleno del Palacio de las Cortes. “Si un señor entra pegando tiros, es más fácil de neutralizar que cuando salen muchas personas en una supuesta y legítima votación en la que dicen que la democracia es votar”, señaló la marquesa.
En 2008, desembarcó por primera vez en el Congreso, siendo diputada en la IX y X Legislatura. Se mostró muy crítica con el gobierno de Mariano Rajoy, llegando incluso a abandonar el escenario político en 2015 y volver a su trabajo periodístico. Tuvo sus acercamientos con el partido Ciudadanos pero, finalmente, regresó al lugar del cual salió, el Partido Popular, y seguramente tendrá un camino todavía largo allí y en la política ibérica.
Además de los Álvarez de Toledo, Cayetana pertenece a los Peralta Ramos, una familia patricia de Argentina, cuyo origen se remonta a principios del siglo XIX, cuando el país daba sus primeros pasos de la independencia del Reino de España. Entre esos familiares hay desde empresarios y terratenientes a coleccionistas de arte, sociólogos, escritores y pintores. El patriarca de los Peralta Ramos fue un comerciante afín a Juan Manuel de Rosas. La lista de familiares excéntricos y relevantes es larga.
De la madre de Cayetana, Patricia Peralta Ramos, el escritor Tomás Eloy Martínez cuenta una historia bizarra. En una columna en el diario La Nación, Martínez narra una reunión en la Buenos Aires de la década de 1970. En esa fiesta estaba el autor de Cien años de soledad, Gabriel García Márquez. Además de Martínez y García Márquez estaba la joven y bella Patricia Peralta Ramos. Patricia desentonaba con los otros asistentes: estaba sola en un rincón, meditabunda. Para entender qué le pasaba, García Márquez se acercó a ella, le susurró unas palabras al oído y, según escribe Martínez, la Peralta Ramos “quedó instantáneamente bañada en lágrimas”. “¿Por qué la hiciste llorar? ¿Qué le dijiste?”, le preguntó Tomás Eloy Martínez a García Márquez, que le respondió: “Nada. Le pregunté por qué se sentía tan sola”. “¿Cómo supiste que estaba sola?”, le replicó Martínez. “¿Acaso has conocido a una mujer de veras que no se sienta sola?”, concluyó el escritor que, en ese momento, no sabía que le iban a entregar el Premio Nobel de Literatura unos años más tarde.
*Por Lucas Gatica para La tinta
