Audiovisual feminista: mujeres se encuentran en Pueblo Alberdi para crear desde la presencia
La Red de Mujeres en Territorio de Pueblo Alberdi junto a Diverses Audiovisuales Córdoba (DivAC) iniciaron un proyecto colectivo que se enfrenta a los tiempos que corren. En medio de la velocidad, la inmediatez y la virtualidad, llevan meses trabajando juntas para conocerse y construir colectivamente un producto audiovisual donde sus voces y sus vidas sean las protagonistas.
Por Antonella Madarieta para Revista Un Rato
Los tiempos que corren, fugaces, efímeros, dificultan vivenciar la esencia del encuentro con otrxs. Sin embargo, entre tanto apuro y desconcierto, hay quienes se animan a interrumpir la inmediatez para dar lugar a otras historias, tejer vínculos y examinar la potencialidad del hacer lento. Esa es la apuesta de la Red de Mujeres en Territorio de Pueblo Alberdi junto a Diverses Audiovisuales Córdoba (DivAC), que desde agosto de este año trabajan en la realización de un audiovisual para reflejar qué ocurre y ocurrió en el territorio con las mujeres, sus roles y prácticas. Una propuesta a crear desde el encuentro y la presencia a la que se sumaron estudiantes, egresadxs y docentes de la Facultad de Artes de la UNC. Desde la revista UN RATO también nos acercamos a conocer y participar en la experiencia, para contar algunas de las vivencias que surgen de esta apuesta.
Esta idea nació a partir de una necesidad impostergable de visibilizar a las mujeres que conforman una red de trabajo territorial impulsada por los centros vecinales de Alberdi y Villa Páez, en articulación con organizaciones civiles, vecinxs, instituciones y la Universidad Nacional de Córdoba. En ese marco, las Mujeres del Territorio de Pueblo Alberdi recurrieron a la Facultad de Artes y en conjunto realizaron una convocatoria para la producción de un material audiovisual. A esta propuesta se sumó DivAC, un grupo de realizadorxs y trabajadorxs de medios audiovisuales que desde 2017 trabajan para visibilizar los derechos laborales y de igualdad de género de mujeres e identidades disidentes en ese ámbito y modificar los relatos hegemónicos y machistas.
Así se puso en marcha una práctica artística basada en estrategias creativas y colectivas que surgen de tiempos en pausa. Momentos que se nutren del encuentro, de la presencia, del contacto. Esto impulsó un trabajo colaborativo que posibilitó que durante los procesos creativos de producción, realización y exhibición todxs lxs actorxs involucradxs participen constantemente. Pero este proyecto va aún más allá. Sus impulsorxs se resisten también a crear según la lógica hegemónica y las formas de organización patriarcales que les enseñaron. Pretenden hacer y plasmar en la pieza audiovisual, con formato aún a definir, su auténtica y propia forma de ser con una misma y con las otras.
Este es el proyecto audiovisual de mujeres de Pueblo Alberdi que irrumpe en la historia de la lucha contra el patriarcado y el machismo. Son espacio colectivo de discusión, demostración de fuerza, expresión política y artística. Proponen vivenciar, en tiempos de resistencias, instancias de cambios y reclamos. Hoy, juntas son poderosas, porque se tiene y se tendrán. Porque ahora, son protagonistas.
Edición video: Julia Barnes Gomaz
Luz, cámara, acción…
En un gran rincón de la Ciudad de Córdoba resuena con fuerza el grito de mujeres que hicieron y continúan haciendo historia, de mujeres que resisten cuando las realidades asustan. Muchas veces arrinconadas por la urgencia de sobrevivir, se abrieron paso entre las adversidades, miedos y deseos para pisar fuerte sus territorios. En Alberdi, Alto Alberdi, Marechal y Villa Páez impulsan día a día una lucha fundamental que exige igualdad y libertad.
Las protagonistas son las Mujeres Unidas en Territorio, una red conformada por vecinas, trabajadoras, colaboradoras, madres, ciudadanas, jubiladas, migrantes, adolescentes, estudiantes que buscan visibilizar y poner en el centro de la escena a todas y cada una de ellas, históricamente silenciadas y relegadas de los espacios de poder y acción.
La Red de Mujeres en Territorio de Pueblo Alberdi junto a DivAC idean una pieza audiovisual que haga temblar la tierra. Planean hacer de la propia experiencia una intervención política potente y sumamente necesaria. Por ello, para la realización audiovisual se planteó como fundamental el habitar los espacios y conocer el territorio mediante encuentros semanales o mensuales, visitando los espacios significativos o propios de la labor de las mujeres protagonistas. Desde agosto de este año mantienen reuniones que habilitan el diálogo, el intercambio y el paso a paso del audiovisual. +
Edición video: Julia Barnes Gomaz
Ampliar límites, abrir fronteras
Corrían los primeros días de agosto y el frío húmedo se sentía en todo el cuerpo. La reunión estaba prevista para ese jueves a las seis de la tarde en el Pabellón México de Ciudad Universitaria. Minutos antes de las seis, dispersas por el edificio, las mujeres de Pueblo Alberdi recorrían los rincones en búsqueda de la Sala del Consejo de la Facultad de Artes. En el primer piso, pisando el último escalón de la escalera, un grupo de estudiantes que regalaban melodías al azar les señalaron el camino: “Es esa puerta a la derecha”.
Y allí estaban, en esa primera reunión, desconocidas, ansiosas, y con dudas, pero juntas. De eso se trató aquel encuentro: de conocerse, hacer memoria, repensar las prácticas, reconocer la historia. Buscar las pistas y reconstruir la lucha feminista en el territorio de Pueblo Alberdi. Conversar sobre feminismo y resistencia entre el ayer y el hoy. Encontrar las continuidades de esta marea que todo lo puede. Una de ellas estalló, levantó los ojos y dijo: “Y ahora, nosotras, ¿qué?”. Una intensidad y una vitalidad desconocidas sacudieron el lugar.
Ese día se dio el primer acercamiento del gran equipo audiovisual y organizaron cómo seguir. Revisaron sus agendas, miraron el calendario y decidieron el próximo lugar de encuentro: Centro Vecinal de Villa Páez.
Ser productoras de mensajes: qué y cómo contar en la pantalla
Era martes por la tarde y el olorcito nos llevó hasta la cocina del Centro Vecinal de Villa Páez donde funciona el merendero. El olfato no falló: en una gran olla al fuego burbujeaba con ganas el tuco para los fideos. Y allí estaban algunas de las mujeres de Pueblo Alberdi en plena militancia y sororidad. Reunidas en la cocina, cada una asumió un rol: a veces de escucha, otras de exposición, otras de ejecución, y así fue variando. Poco a poco hicieron de ese espacio un lugar para honrar el instante y compartir las claves para resistir en los territorios más postergados.
Ese martes de agosto oscurecía con calma y DivAC propuso conocer los diferentes ángulos y planos de cine que les servirían para el audiovisual. Con un celular, porque a veces la cámara asusta, iniciaron la prueba. Algunas valientes se ofrecieron para estar frente al lente, otras oficiaron de camarógrafas y las demás observaron con atención. Construyeron entre todas distintos ángulos y planos para descubrir las posibilidades de decir lo mismo, pero de diferentes formas.
En este encuentro las mujeres reivindicaron, a través del trabajo colectivo, su derecho a cambiar, crecer, transformarse y crear nuevas y diferentes lógicas de ser y estar. Este proyecto, artístico y político, da cuenta de un feminismo emergente que viene a construir oportunidades y nuevos escenarios de acción en el territorio, un desafío que incluye la riqueza y la complejidad de encontrarse en la diversidad. “Hay muchas mujeres que no se animan a participar por el miedo de la etiqueta de ser feminista ya que es un miedo social, pero la idea es que nos ayudemos juntas porque es algo que nos incluye a todas”, cuenta Flor, colaboradora del Centro Vecinal de Alberdi, en este sentido.
Descubriendo tesoros de mi querido Alberdi…
Comenzó septiembre y todas tenían agendado el nuevo encuentro, que esta vez sucedió entre máquinas de coser, telas, hilos y agujas, en el taller textil que hace tiempo trabaja por impulsar una economía alternativa desde el Centro Vecinal de Alberdi. A pasos de la avenida Colón, en el pasaje Cristóbal Aguilar, fueron llegando las mujeres y entre saludos y bienvenidas corrieron las mesas, juntaron sillas y acondicionaron el espacio lo más cómodo posible.
Una vez en ronda, inició el diálogo y el intercambio. Surgieron emociones, alternativas y enfoques posibles para hacerle frente a las consecuencias del viejo patriarcado. Pero ese día una palabra resonó con fuerza: deconstrucción. Una a una, con insistencia, fueron señalando la incomodidad de la estructura, el fastidio del modelo único de ser mujer. Con sonrisas y la voz un poco quebrada pero firme coincidieron en que ya es momento de vivir de otro modo, sin reglas, sin mandatos, simplemente libres.
Estas ideas revolucionaron las lógicas del registro audiovisual. Decidieron grabar los reclamos que esa tarde cada una identificó como urgente, pero esta vez de una manera propia, auténtica y propuesta por ellas mismas. Las palabras que circularon ese día mostraron que en cada una de ellas vive la resistencia ambiental por una seguridad y soberanía alimentaria, el pedido de justicia por la igualdad de género, la erradicación de la pobreza impulsando la economía popular, la demanda por una educación de calidad para todxs y la defensa del derecho humano a la salud. En el encuadre, detrás de ellas, dejaron ver la máquina de coser con las bobinas de los hilos listos para entrelazar las telas, así como las palabras de cada una entrelazaron deseos, ideas y luchas comunes.
Alguna cosa se nos va a ocurrir… delineando nuevos modos de producción
Era sábado, la temperatura en Córdoba superaba los 30 grados. El sol quemaba y la siesta se tornó intensa en Alberdi. El encuentro se realizó una vez más en el centro vecinal del barrio y a medida que todas llegaban se sumaban a la ronda de sillas, mates y charlas. En un momento, una coordinadora que apenas guió el diálogo, interpeló al grupo: “¿Qué imaginarios se construyen en el barrio?”. Repartió pequeñas cartulinas de colores y desplegó un afiche grande en la pared para construir en conjunto el territorio que las atraviesa.
Una a una expresaron las categorías que eligieron. Las palabras sonaban con fuerza, se combinaban, se repetían: cultura, alegría, revolución, memoria, resistencia, diversidad, mística, identidad, lucha. Pero para muchas el hallazgo en el territorio fue la unión femenina. Fue el encuentro con las vecinas, trabajadoras, colaboradoras, madres, ciudadanas, jubiladas, migrantes, adolescentes, estudiantes.
También, durante la charla se repensó la importancia del trabajo en conjunto de la Red de Mujeres en Territorio de Pueblo Alberdi y DivAC. Paula, del centro vecinal del barrio, rescató esta posibilidad de unir lo académico con el territorio, compartir saberes y crear colectivamente. Una posibilidad que este proyecto intenta hacer realidad: “DIVAC se acerca a nuestros espacios de trabajo en el territorio, nos conocen y se interiorizar en el laburo que cada una hace. Y a su vez nosotras vamos conociendo sus herramientas para crear materiales audiovisuales”, reflexionó.
Ese día, el Centro Vecinal Alberdi se convirtió en un improvisado estudio de grabación. Algunas jóvenes prepararon y encendieron las cámaras. Otras mostraban cómo hacer foco. También buscaron el mejor lugar, el fondo justo, la pared que más hablaba. Después, como por arte de magia, desplegaron un círculo plateado, para iluminar los rostros, dijeron. En otro rincón, desplegaron una caña, desenredaron cables y probaron sonido. Para muchas fue la primera vez que se encontraron entre esos objetos, en ese mundo. Y entre explicaciones, muestras y pruebas inició el rodaje. ¿Cámara? Graba. ¿Sonido? Graba. Mujeres Pueblo Alberdi, escena uno, plano uno, toma uno. La claqueta sonó fuerte y determinante. Acción.
*Por Antonella Madarieta para Revista Un Rato. Imagen de portada: Julia Barnes Gomaz. Coordinación imagen: Micaela Conti. Imágenes y videos: gentileza Mujeres Pueblo Alberdi y DiVAC.