Caer en occidente

Caer en occidente
21 noviembre, 2019 por Redacción La tinta

La mirada hacia abajo pone en evidencia la concentración en las acciones que está realizando, saltar y deshacerse del fusil. Al que vemos congelado en ese salto estilizado es a Conrad Schumann soldado del Ejército Popular Nacional de la República Democrática Alemana. El 15 de agosto de 1961 a las 4 de la tarde, el soldado se decidió a saltar el insipiente enjambre de alambres de púas que era la primera versión del muro que separaría a Berlín en dos territorios. Esta línea divisoria se había concretizado hacia tan solo dos días y era un símbolo de la guerra fría. Schumann, que en ese momento tenía tan solo 19 años, decidió pasar de oriente a occidente en tan solo un salto y darle un vuelco a su vida. Del otro lado se encontraba atento a lo que sucediera el fotógrafo Peter Leibing, que trabajaba para la agencia Conty Press de Hamburgo, que registró el momento preciso del salto.

Por Fernando Bordón para La tinta

Schumann era originario de la zona rural de Zschochau y su familia se dedicaba a la cría de ovejas. Su militancia le valió que los oficiales lo consideraran un hombre de confianza y lo pusieran a participar del “Operation Rose” que fue como se llamó al operativo de creación del muro.

Desde el minuto cero el soldado estuvo como centinela, lo que le dio la posibilidad de estudiar todos los movimientos de ambos lados, se dice que la mañana del escape se lo vio en una actitud rara, como si estuviese midiendo las distancia del alambrado. En el lado Este un grupo de personas y policías seguían atentamente lo que hacía, ya que se mostraba intranquilo moviéndose de un lado para el otro y fumando.

Cuando se descubrió casi sin vigilancia de su lado, tomo carrera, salto y estando en el aire se deshizo de su arma para caer del otro lado desarmado. Donde inmediatamente fue tomado por la policía y llevado a un establecimiento policial donde fue intensamente interrogado.

Fue enviado a Baviera, lo mas lejos posible de la frontera para resguardarlo, allí se estableció y junto a su compañera formo una familia. Trabajó en diferentes actividades como enfermero, albañil y empleado de la fábrica de Audi. Pero siempre sintió mucha angustia y miedo por lo que le pudiera suceder al resto de su familia que había quedado en su pueblo natal. De hecho recibía cartas de sus xadres donde le suplicaban que volviese, con el tiempo se supo que en realidad eran escritas por la Stasi (órgano de inteligencia de Alemania Oriental).

Con respecto a esta experiencia dijo en una entrevista que “estoy orgulloso de lo que hice, corrí un gran peligro, rompí con mi pasado y empecé a soportar una intensa presión”. Esa presión se traducía en la altísima exposición que tenía por haber sido la primera persona en pasar de un lado hacia otro. Lo que lo llevo a también ser un símbolo usado durante la guerra fría, Ronald Reagan se sacó una foto con él.

Luego de la caída del muro en 1989, Schumann regreso a su pueblo natal pero no se encontró con el recibimiento que esperaba. “Cuando volví, descubrí que mi gesto nunca fue aceptado por algunos parientes y por viejos amigos que ya no me quisieron hablar”, afirmó sobre su vuelta.

Años más tarde, en 1998 víctima de una depresión se suicidó, supo declarar que recién con la caída del muro se había sentido verdaderamente libre. Este es un testimonio individual de como los procesos políticos influyen en la vida de cada persona.

 

*Por Fernando Bordón para La tinta

 

 

Palabras claves: Guerra Fría, Muro de Berlin

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