Eva Copa: “Hay que usar la cabeza para que no haya más muertes”
La representante del MAS logró el consenso para la ley que habilita nuevas elecciones y está segura que se sancionará el reglamento para que sea efectiva.
Por Marta Dillon, desde La Paz, para Página/12
Mónica Eva Copa, con sus pantalones cargo y su campera azul cerrada hasta el cuello, sin dudas desentona con los dorados que recargan la sala de audiencias de la presidencia del Senado boliviano. Está incómoda con el lugar que le tocó, pero lo ocupa y se hace cargo. Como presidenta de la Asamblea Legislativa por decisión de la bancada del MAS (Movimiento Al Socialismo), a la que pertenece orgullosa, logró el consenso para la ley que habilita nuevas elecciones y este jueves, está segura, se sancionará el reglamento para que sea efectiva.
La promulgación de esa ley le valió a esta alteña de 32 años, trabajadora social y aymara, una foto con Jeanine Áñez, la autoproclamada presidenta. “Es mi rol y tuve que hacerlo. No tengo trato con ella salvo porque es mi vecina. Ella sale del Palacio Quemado con un tanque adelante y otro atrás, y yo salgo de la legislatura en mi carro”, dice intentando bromear con una contradicción que resuelve porque, dice, es un hecho consumado la ocupación de la casa de gobierno.
—¿Se puede decir que hay un acuerdo en torno a nuevas elecciones en el corto plazo?
—Sí, este jueves se reunirá el pleno de la Asamblea Legislativa y se sancionará el acuerdo de que en los próximos 20 días se elijan los seis vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) -que no deben tener ninguna militancia partidaria en los últimos diez años-, y en las siguientes 48 horas el TSE deberá presentar el calendario electoral, pero con un plazo máximo de 120 días.
—La ley de elecciones venía atada a la Ley de Garantías que busca reparación para víctimas fatales y heridas, y el cese de la persecución política de la que están siendo objeto funcionarios y funcionarias, militantes y hasta simpatizantes del MAS. ¿También hay acuerdo sobre esa ley?
—Bueno, ya ayer (por el domingo) la Mesa de Unidad firmó un acuerdo con el gobierno de transición junto con la COB (Central Obrera Boliviana) y otras organizaciones. Esto hace que podamos reencaminar el trabajo que veníamos realizando en ese sentido, pero se está priorizando que vaya en paralelo el reglamento sobre las elecciones. Nosotros sesionamos como Asamblea Legislativa el día jueves y ahí se tratará punto por punto ese reglamento.
—Antes de volver a preguntarle sobre la Ley de Garantías, quisiera subrayar su expresión ¿incómoda?, ¿irónica?, cuando dijo “gobierno de transición”.
—Bueno, ellos ya están ahí asentados con las dos fuerzas represoras de mi país a su lado; entonces no se puede hacer nada, ¿no? Ellos saben cómo han llegado a autoproclamarse como gobierno y el pueblo los juzgará.
—Volvamos a la Ley de Garantías, ¿se podrá tratar el jueves?
—Pienso que para el viernes ya la podríamos tener, ojalá, pero también es difícil sentarse con organizaciones sociales para ver qué quieren. Tenemos a favor que se llegaron a acuerdos en la mesa de unidad y esos acuerdos los vamos a ratificar.
—¿Esos acuerdos incluyen el cese de la persecución contra funcionarios públicos y autoridades electas?
—Lo que estamos diciendo en esta ley es ratificar los derechos humanos y constitucionales que tienen los mandatarios y mandatarias, y así se va a reflejar, como lo dice la Constitución.
—Hay evidencias y denuncias de persecución contra dirigentes o incluso militantes del MAS, hay un pedido de detención sobre el presidente Evo Morales, sobre el ministro de Gobierno Juan Ramón Quintana, hay personas buscadas por sedición y terrorismo. ¿Esto cómo lo contempla la ley de garantías?
—La ley en su artículo siete manifiesta que se debe garantizar la protección a todos los que hayan sido elegidos por voto dentro de su mandato constitucional. De igual manera, los ministros o ex ministros que al día de hoy están con diferentes situaciones, ellos tienen por ley el tema de la amnistía. Lo único que hay que hacer es cumplir la Constitución y ellos requerirán asilo en las diferentes embajadas.
—¿Y quienes ya están detenidos como el gobernador de Chuquisaca?
—Tiene detención domiciliaria, entiendo. La ley va a garantizar el ejercicio pleno de todos los que hemos sido elegidos en votaciones. Esta ley dice no a los amedrentamientos, a la persecución política, no más hostigamiento ni amenazas para que renuncien por presión. Es lo que venimos pidiendo y es lo que vamos a pedir. Ha habido consensos y lo que queda ahora es sentarnos y afinar la ley para que esto pueda ser una realidad.
—Esa ley también hace mención a las víctimas fatales y heridas durante la represión desatada después de la autoproclamación de Jeanine Áñez en la presidencia.
—El primer punto es que salga la indemnización para las familias de los fallecidos, que también el gobierno busque recursos; bueno, este gobierno de transición (la cara se le deforma otra vez), para que cubra los gastos de las personas heridas en todo el país. Y también que se formen mesas de trabajo para liberar a los detenidos. Hasta ayer… ¿hoy en que día estamos? (le soplan que es lunes)… Bueno, hasta el jueves pasado teníamos mil detenidos injustamente. En la mesa de unidad que se reunió estos días en el Palacio Quemado, se acordó que se haría una mesa con fiscales generales y organizaciones para ver caso por caso y que sean liberados.
—Y en cuanto a las responsabilidades penales que le puedan caber a quienes ejecutaron la represión y quienes dieron las órdenes, ¿se va avanzar en ese sentido? Porque hasta ahora el decreto que da inmunidad a las fuerzas armadas y de seguridad sigue vigente.
—Una carta blanca para matar (hace un largo silencio). Si bien no va a haber Justicia en nuestro país por ese hecho, hay instancias internacionales en las que sí va a haber. Pienso que el gobierno de transición ha debido ver los mecanismos para sacar ese decreto, que es inconstitucional y debe saber que hay tantos organismos internacionales como prensa internacional que ha visto lo que ha pasado muy de cerca. Hay tribunales internacionales que van a tener que juzgar lo que pasó en nuestro país.
—O sea que no ves instancias ni confianza en la justicia de Bolivia.
—Después de todo lo que ha pasado no puedo confiar.
—¿En quién o en quiénes sí confía? Porque ocupa un lugar de mucha responsabilidad en este momento.
—Yo no soy cristiana pero creo en Dios, no puedo confiar más que en él y le pido que me de sabiduría para tomar decisiones. Eso no quiere decir que no tome en cuenta la voz de mis organizaciones, pero creo que en este momento en particular es necesario tomar decisiones con la cabeza y no con el corazón.
—¿A qué se refiere?
—A que si tomara decisiones con el corazón seguiríamos en guerra. Pero hay que usar la cabeza para que esto se pacifique y no haya más muertes.
—No termino de entender qué es lo que guiaría el corazón.
—Me refiero a que están siendo vulnerados nuestros derechos, a que ya no hay libertad de expresión, al título de sedición. A los muertos. Si muere alguien dejas familias, dejas más heridas; pero no se puede multiplicar esa situación trágica. Estas decisiones las tomo con mi bancada, somos los dos tercios del MAS, ahora oposición, y hemos tomado decisiones conjuntas, unánimes, y hasta ahora hemos encaminado este proceso de buena manera y seguiremos así.
—¿Cómo imagina la salida política? Porque hasta ahora hay pasos técnicos en relación a definir elecciones, pero ¿cómo se llega a las elecciones, con qué candidaturas? Más teniendo en cuenta que Luis Camacho y Marco Pumari -cívicos que acompañaron la autoproclamación de Áñez con la biblia en la mano- ya se postularon como candidatos de unidad de la derecha.
—Yo pienso que el pueblo es sabio, pienso que nuestra gente no es tonta y lo va a demostrar en estas elecciones. Haber utilizado a la biblia y a Dios como bandera de una reivindicación de recuperar la democracia y ahora los ves con perfiles de candidatos… será la población quién los vaya a juzgar. Yo como senadora del MAS no tengo la tuición ni la potestad de elegir los candidatos, serán los representantes regionales, departamentales, nacionales los que convoquen a congresos y definan quiénes serán los mejores hombres y mujeres para las candidaturas, aglutinando a los sectores que están dentro del MAS: organizaciones sociales, clase trabajadora media y obrera. Así se tomarán las decisiones.
—¿Cómo cree que un movimiento como el 21F, que cuestionaba que no se haya respetado el plebiscito que dijo No a otra reelección y que no era estrictamente de derecha, se haya convertido en una fuerza capaz de forzar un golpe de Estado que tiene características racistas, xenófobas, fascistas?
—Bueno, porque muchos políticos pueden tener disfraces. Creo que esto no ha sido trabajado por nosotros en los meses previos. Hemos sido muy autocríticos en relación a que no estábamos preparados para enfrentar una organización bien orquestada desde hace mucho tiempo, eso no lo vimos. Esto ya estaba organizado y sólo les quedaba dar la estocada final y encontraron el momento. Pero yo insisto que la historia y nuestro pueblo boliviano son los que van a juzgar el actuar de quienes ahora estamos en la palestra política. Y en cuanto al racismo, creímos que lo habíamos superado, que ya no había esa lucha; lamentablemente, no es así.
—¿Tiene diálogo con la presidenta de facto?
—¡Nooo! Si tuve que salir en la foto es porque la ley de elecciones es un trabajo del MAS. Nosotros encaminamos la ley, con nuestros dos tercios hemos tenido la voluntad política y la responsabilidad de sacar esta ley. Una cosa es que lo promulgues y otra muy distinta que lo trabajes. Nosotros la trabajamos con los partidos aliados y llevamos la ley en unanimidad.
—¿Le preocupa que quienes están en el Ejecutivo puedan realizar modificaciones estructurales en la economía, por ejemplo?
—Ellos pueden sacar decretos supremos y también pueden cerrarnos el Congreso si no les gusta lo que hacemos, pero si deciden por esa opción será el pueblo boliviano quien juzgará y actuará.
—¿Cuál es la responsabilidad de la bancada legislativa en la reorganización del MAS?
—Lo que se juega acá es mantener vigente al MAS en el ámbito político. Y serán delegados y delegadas regionales, las organizaciones sociales, de mujeres, campesinas, todos los sectores que integran el movimiento quienes reorganicen el partido.
*Por Marta Dillon para Página/12