Tras una quiebra que denuncian fraudulenta, los exempleados de la gráfica Pellerano acampan, desde hace seis meses, fuera de la planta esperando que la justicia les permita entrar, imprimir y autogestionarse.
Por ANSOL
“Hoy, se cumplen dos años desde que nos dejaron en la calle. Seguimos, desde hace más de seis meses, en el acampe esperando volver a entrar o que se declare la quiebra en los términos que denunciamos: fraudulenta”, contó a ANSOL Héctor Pelozo, extrabajador de la gráfica Pellerano.
Desde entonces, formaron la cooperativa El Registro, como intento de recuperación de la empresa, por la cual la patronal pidió y consiguió su propia quiebra.
“Su primera maniobra fraudulenta fue sacar el inmueble de la propiedad societaria para tenerlo a bien personal. Así, los trabajadores cobrarían de un remate de máquinas muy viejas”, explicó Pelozo. La empresa pidió su propia quiebra sin realizar propuesta indemnizatoria alguna a los trabajadores y denunciándolos penalmente por defender sus derechos laborales.
Actualmente, argumentan en el fuero penal que, como son los depositarios judiciales de los bienes de la quiebra, tienen que estar adentro preservándolos.
Desde noviembre de 2016, no cobran establemente. Desde el 23 de octubre de 2017 que no están bajo relación de dependencia. La cooperativa pudo funcionar solo unos meses hasta que el juez Martín Nolfi ordenó el desalojo.
*Por ANSOL.
