El partido de la libertad

El partido de la libertad
11 octubre, 2019 por Redacción La tinta

Fueron 4 mil mujeres las que gritaron los 14 goles de Irán sobre Camboya. Fue el primer partido de una era que se abre y comienza a dejar de lado una prohibición de 40 años. Sin embargo, la euforia y la alegría se matizan con la prudencia. Solo se habilitó un determinado número de entradas, se las ubicó entre corralitos custodiados y, por ahora, la medida corre para partidos internacionales. Un partido ganado y un campeonato que seguirá siendo disputado… hasta la libertad.

Por Redacción La tinta

«Una vez por semana, el hincha huye de su casa y asiste al estadio. Flamean las banderas, suenan las matracas, los cohetes, los tambores, llueven las serpientes y el papel picado; la ciudad desaparece, la rutina se olvida, sólo existe el templo».

E. Galeano

En Irán, ese templo del fútbol es el Estadio Asadi, la casa de la selección nacional y los principales equipos de la capital del país, Teherán. Ese templo, cuyo nombre significa Libertad en persa, estuvo cerrado para las mujeres desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979. Este jueves, cuarenta años después, dieron vuelta el partido y la historia.

Hasta ayer, hasta antes del partido que Irán le ganó 14 a 0 a Camboya por las eliminatorias asiáticas para el Mundial de Qatar 2022, las hinchas iraníes no podían «huir» de sus casas. La fiesta del fútbol estaba tan prohibida como la libertad de poder habitar los espacios públicos. La ropa suelta, los velos y los rostros sin maquillaje son una imposición social y política desde hace cuatro décadas.

Sin embargo, en los últimos años, la lucha feminista en los países de medio oriente ha crecido de manera sostenida como en el resto del mundo. Una señal positiva fue el crecimiento de la matricula universitaria femenina. Desde hace cinco años, supera el 60% del total entre hombres y mujeres. Pero las alarmas se encendieron y, en 2012, hubo un intento de limitar las carreras que podían elegir. «El Gobierno quiere restringir el acceso de las mujeres a la universidad para que dejen de ser activas en la sociedad y para que vuelvan al hogar«, le dijo a la BBC la premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi en 2014. Shirin fue la primera mujer musulmana en ser reconocida en 2003 con el Nobel por su lucha por los derechos de las mujeres y los niños.

Ni la libertad de estudiar ni la libertad de festejar ni la libertad de vivir en sociedad. Fuera del hogar, el mundo está lleno de prohibiciones y obstáculos. Algunas osadas rompen el cerco y huyen de las leyes. Con pelucas y bigotes postizos, las futboleras se filtran entre los controles policiales que custodian los estadios. El precio a pagar, en caso de ser descubiertas, es el arresto. Miles de mujeres han pasado por la cárcel imputadas por el delito de ir a ver un partido de fútbol.

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En septiembre de este año, el mundo quedó impactado: Sahar Khodayari, hincha del Esteghlal FC, murió como consecuencia de las graves heridas que tenía su cuerpo, luego de prenderse fuego tras conocer que recibiría una condena a prisión de hasta 6 meses, tras ser arrestada por asistir a un partido de su club.

Un partido, no un campeonato

La jornada histórica de este jueves fue producto de la conmoción internacional ante la muerte de Khodayari y las presiones de FIFA hacia el último país en el mundo en mantener este tipo de prohibición.

Sin embargo, se trató solo de un partido ganado. El campeonato por la libertad al acceso a los estadios de fútbol para las mujeres continúa disputándose.

Para el partido de Irán-Camboya, se pusieron a la venta apenas 4 mil entradas para mujeres (agotadas en una hora) de un total de 78 mil butacas habilitadas que tiene el Estadio Azadi. También, se dispusieron cuatro sectores aislados y exclusivos para ellas que fueron vigilados por 150 policías mujeres y que las mantuvieron separadas de los hombres. Solo dentro de esos «corralitos» seleccionados podían alentar.

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Esta «apertura» no despeja las dudas y sospechas de que todo lo ocurrido se trate solo de una medida excepcional del gobierno de Alí Jamenei. Las tibias presiones de FIFA, quien puede suspender a Irán por la prohibición y dejarla fuera del Mundial, ya supieron ser calmadas con medidas similares. A fines de 2018, en un amistoso con Bolivia, un grupo de 100 mujeres «invitadas» por la federación pudieron ver a su selección, lo que fue calificado como «puesta en escena» a la medida de Gianni Infantino. Al día siguiente, el fiscal general advirtió que no volvería a repetirse, ya que ese acto de libertad, de alentar en un estadio, «llevaría al pecado».

Esta disputa continúa, afirman los movimientos de mujeres que han enarbolado la lucha por el libre acceso a los estadios de fútbol como una de las principales banderas del feminismo en el país. Ahora, exigirán que la medida se aplique a toda competencia y no solo a los partidos internacionales, y que la cantidad de entradas disponibles para mujeres sea ilimitada.

*Por Redacción La tinta

Palabras claves: Fútbol Femenino, Irán

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