«Hablar de la sexualidad es necesario para derribar prejuicios»

«Hablar de la sexualidad es necesario para derribar prejuicios»
16 septiembre, 2019 por Redacción La tinta

Luego de obtener la medalla de oro en voley en los Juegos Panamericanos, Facundo Imhoff eligió hablar sobre su sexualidad para derribar mitos y llamar a otros deportistas a salir del clóset: «Dar paso a un proceso de evolución dentro del deporte es hablándolo». Afirma que, al dejar de «mentirse», disminuyeron sus lesiones y se catapultó como jugador. También habló del abandono económico que padecieron los deportistas nacionales que fueron a los juegos de Lima 2019: «Sentimos realmente que nos soltaron la mano en todo sentido».

Por Agustín Palmisciano

Oriundo de Frank, pueblo cercano a Santa Fe, el deportista argentino que viene de ganar la medalla de oro en los Panamericanos con la Selección de Vóley le hace frente a los prejuicios sociales y deportivos con respecto a la homosexualidad. “Sentí la necesidad de hablarlo porque todavía hay mucho prejuicio y la solución es enfrentarlo y terminar con los mitos”, explica al respecto el jugador que, además, analiza situación actual de nuestro deporte al calor de los resultados obtenidos por la delegación nacional en Lima.

¿Qué balance haces de los Juegos Panamericanos con el desempeño que tuvieron en el torneo?

– Realmente, este año fue muy complicado para toda la delegación Argentina de Vóley y, por eso, el balance es más que positivo. Superamos cualquier tipo de expectativas y estamos muy felices por el resultado, fue muy duro. Hubieron muchos recortes económicos y muchas cosas que tuvimos en contra, elegimos participar en la Selección y representar a Argentina sin siquiera una beca que nos permitiera alquilar un departamento, al menos a los que somos del interior del país. No teníamos un seguro médico con el riesgo que eso implica para los jugadores profesionales. Nos vimos en la situación de arriesgarnos y pagar cosas de nuestro bolsillo para estar en la Selección. Con lo cual eso habla del mérito de los jugadores a la hora de elegir representar y entender que -a pesar de todo- hay que priorizar la bandera de nuestro país, y el profesionalismo a pesar del momento que vivimos actualmente donde parece que las cosas están en contra de los jugadores.

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¿Cómo evalúas el rendimiento nacional en los Panamericanos teniendo en cuenta los recortes y la imposibilidad de viajar para algunos deportistas?

– Aún con todas estas cosas negativas, nuestra Selección hizo un papel importantísimo dentro de la VNL (Volleyball Nations League) con triunfos a potencias mundiales y ganar la medalla de oro en los Panamericanos; encima, a las pocas horas, lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos del año que viene… cumplimos todos los objetivos que nos habíamos planteado. Sabíamos que eran difíciles, pero los conseguimos y con creces. Creo que los jugadores estamos demostrando que sabemos hacer las cosas y damos todo para lograrlo, y esperamos que se empiece a valorar.

¿Sienten los deportistas con mayor exposición mediática la necesidad de salir a hablar por muchos que no tienen ese lugar y disponen de pocos recursos para competir?

– Sí, creo que los que tenemos la posibilidad de estar ante una cámara o dar alguna nota lo vemos como nuestro deber poner todo esto y hacer saber a la gente de la situación. Porque, a partir de obtener resultados, es muy fácil apropiarse de ese resultado y sentir que es mérito de todos cuando, en realidad, sentimos realmente que nos soltaron la mano en todo sentido, no solamente en el vóley, sino en todo tipo de deportes. Hemos visto casos de jugadores que se tenían que pagar el pasaje y no tenían dinero para ir a representar al país, hacían rifas y esfuerzos muy grandes para poder viajar porque no tenían ni una ayuda. Nosotros, al menos, pudimos ir a las competencias, a pesar de que no teníamos el aval económico, pero había otros deportes que no tuvieron esa suerte y es muy triste que esté pasando esto. En Argentina, hay muchos jugadores de primer nivel que, y en su mayoría, son personas que tienen que trabajar o estudiar y no pueden dedicarse al 100% porque no pueden vivir. Ahí se da una ventaja grandísima con otros deportistas de las mismas disciplinas donde sus países les bancan absolutamente todo y solo tienen que poner su cabeza en rendir deportivamente. Todas las medallas que se obtuvieron, que fueron muchas, tienen muchísimo mérito por esto, fue a pulmón y sin un peso.

¿Cómo ves la situación actual del vóley nacional a nivel clubes?

Y esto también se ve reflejado a nivel nacional en cuanto al vóley con la Liga Nacional, actualmente, está por empezar la pretemporada y solamente hay 6 equipos confirmados y tendríamos que ser el doble. Realmente, no se sabe si van a haber más equipos porque no hay un sustento económico para realizarla como debería hacerse, por lo cual, este año, va a ser muy duro y muy difícil poder lograr una cantidad digna de equipos y que todos podamos dedicarnos a este deporte de forma profesional. Realmente, la liga está pendiendo de un hilo y en una crisis muy grande, estamos a punto de perder este deporte y es una pena porque los resultados que se están evidenciando a nivel Selección demuestran que hay muy buen nivel y que hay jugadores, pero falta sustento económico.

¿Qué se resigna en el alto rendimiento deportivo?

– Al elegir y tener la posibilidad de ser jugador de alto rendimiento, la verdad es que se resigna muchísimo, con felicidad porque es lo que uno mismo elige, pero naturalizamos cosas que son difíciles. Por ejemplo, el tema de estar alejados de nuestros seres queridos. En mi caso, soy de un pueblo de cercano a Santa Fe Capital y hace 12 años que me fui para poder vivir del deporte, y la realidad es que cada vez voy menos a visitar a mi familia por falta de tiempos. En la última liga que jugué fue en Rumania con lo cual estuve un año sin ver a mi familia. Y cuando volví al país, lo que cualquier persona pensaría es en ver a la familia, pero, en mi caso, fue llegar y encerrarme en el Cenard para formar parte de la lista de la Selección Nacional. También está el tema de la perseverancia y la responsabilidad, entrenamos todos los días, no tenemos nunca fines de semana porque tenemos partido y no hay descanso, constantemente estás entrenando y las vacaciones también son muy difíciles. Salvo algún caso en particular, nunca puedo escaparme de vacaciones y, si hay un caso excepcional, no son más de dos o tres días. La presión y la exigencia son tremendas porque todo el tiempo hay que rendir al máximo y el nivel de estrés que se sufre es muy grande. El deporte trae muchas cosas lindas que se disfrutan, yo amo jugar al vóley y es un placer, pero también tiene sus costos.

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¿Cuáles son los objetivos que se trazan a futuro con la Selección?

Sin lugar a dudas, va a ser lograr una buena participación en los Juegos Olímpicos de Tokio. Estamos muy ilusionados porque se está viendo el nivel y claramente es muy bueno, y que realmente creemos que podemos ser protagonistas, ese es el objetivo principal y obviamente me encantaría ser parte del grupo que esté convocado. Creo que el sueño de cualquier deportista es poder ir a los Juegos Olímpicos.

¿Cómo es tener que hablar de la sexualidad cuando no debería ser una problemática?

La verdad que no es nada cómodo tener que hablar de la sexualidad porque forma parte de la privacidad de cada uno. Creo que no es necesario sentarse delante de una cámara y decir cuáles son los gustos de uno en la intimidad, pero más allá de ser algo que no se disfrute, es algo que se necesita hacer y hablar porque todavía hay mucho prejuicio y tabú. Sobre todo, hay mucho silencio y el silencio es igual a la complicidad, hace que parezca que no se tiene que hablar, que es algo prohibido y está dentro de la clandestinidad. La forma de cortar con todo eso, desde mi opinión, es dejar atrás los prejuicios y exponer el tema. Ser gay es algo completamente normal y no tiene que ser un impedimento para jugar un deporte y ser profesional. La gente piensa que, si uno es gay, directamente no puede vivir en un ambiente tan machista y hacer de esto una profesión, y, en mi caso, fue todo lo contrario. Siento que me vi obligado a hablar de esto y tener la necesidad de hablarlo porque hay mucho tabú y machismo en el deporte nacional.

¿Está cambiando el machismo en el ámbito del deporte?

Creo que el ambiente del deporte es de los más machistas que existen. Siento que hubo un cambio a nivel social muy grande en cuanto a la aceptación de la diversidad sexual, pero no lo siento en el deporte. Siento que está muy atrasado todavía y quizás es porque los jugadores son cómplices de eso al no blanquearlo, al no exponer estas situaciones y guardar silencio, y aparentar ser heterosexuales cuando no lo son, y a esa doble vida del mostrar algo que no es. Nosotros somos cómplices de que esto no haya cambiado en el deporte y creo que la forma de hacer que cambie y dar paso a un proceso de evolución dentro del deporte es hablándolo, y, por eso, yo tomé la decisión de exponerme y abrir la discusión y mostrarme tal cual soy. Si es posible y necesario que lo haga en diarios, en notas o en la tele es porque llegó un momento de quiebre donde esto tiene que cambiar, así que mi decisión es apostando a eso.

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¿De qué manera comenzaste a relacionar tus problemas deportivos a través de las lesiones con la sexualidad?

Siempre fui partidario de pensar que el cuerpo expresa lo que la mente no puede y siempre sentí que las lesiones o las dolencias de las cosas que nos van pasando a lo largo de la vida siempre tienen un significado emocional y, cuando a mí me empezó a pasar de tener una seguidilla de lesiones, me dije: “¿Qué me está queriendo decir el cuerpo?”. Entonces, realmente, fue algo que le tuve que prestar atención y ocuparme de mí porque el cuerpo me decía basta, y empecé a ver cuáles eran las trabas en mi vida que me empezaban a hacer estar mal. Ese fue el puntapié inicial para relacionarlo después con mi sexualidad.

¿Fue difícil el proceso de pensar en contarlo a tu familia y compañeros de equipo?

– Sin dudas, el primer paso fue el proceso de aceptación mía, después tuve que aceptar el no estar dentro de los parámetros de lo que la sociedad ve como “normal” y todos los problemas que eso me podía llegar a traer. Una vez que eliminé todos los prejuicios y esas cosas que no eran mías, sino que eran mandatos sociales, me sentí mucho mejor y me empecé a aceptar y a querer como soy, ese fue el proceso más difícil. Después, lo que siguió fue hablarlo con mis compañeros de equipo y tenía miedo de que, al hacerlo, se me cerraran puertas en el deporte… Pensaba en si los clubes ya no me iban a querer contratar por ser un jugador “problemático” por mi condición sexual y ese fue un proceso que me duró un año transitarlo y sobreponerme a eso. Al no tener ningún referente que me preceda, ningún jugador que antes que yo haya dicho públicamente que es gay y le haya ido bien, mis miedos aumentaban porque no sabía qué podía pasar y tardé un año en decir: “Bueno, lo cuento”.

¿Qué cambió en tu vida y en tu carrera a partir de salir a contar tu sexualidad?


– Una vez que lo acepté yo mismo, después se lo compartí a los jugadores y mi carrera dio un vuelco deportivo para bien. Dejé de mentir, dejé de mostrar que era una persona que no era y empecé a ser más auténtico. Dejé de perder energía en aparentar y pasé a vivir libre. Empecé a ser más feliz. Con esa felicidad, vinieron los éxitos deportivos porque en verdad empecé a jugar mejor y no me lesioné más… entonces, mi carrera mejoró mucho, a tal punto que, en el mismo año donde yo lo conté, el equipo donde jugaba llega a la final y me llamaron de la Selección mayor, y ahí arrancó mi etapa de jugador de la Selección Nacional.


¿Cómo te llevas hoy con los movimientos que luchan por libertad sexual y de género?

– Actualmente, estoy en contacto con áreas de las asociaciones y movimientos que luchan a favor de la diversidad y tengo mucho contacto con el colectivo LGBT. Quizá no de la manera que quisiera por falta de tiempos, estuve jugando en Francia y Rumania, y, cuando estoy con la Selección, viajo mucho. Ahora, voy a vivir en Bolívar y estoy por arrancar la pretemporada con lo cual se me complica mucho poder estar y apoyar como quisiera, pero siempre estoy en contacto e intento aportar mi grano de arena dando este tipo de notas y exponiendo el tema y visualizando, creo que es la forma en la que esto se naturalice. Esto se tiene que mostrar y ese es mi aporte a la causa.

*Por Agustín Palmisciano para Globalonet. Publicado por La Izquierda Diario.

Palabras claves: Facundo Imhoff, LGBT, sexualidad

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