Justicia por Azul Montoro

Justicia por Azul Montoro
1 agosto, 2019 por Redacción La tinta

El miércoles 31 de julio, comenzó el juicio por el asesinato de Azul Montoro, mujer trans de 24 años asesinada el 18 de octubre de 2017 en un departamento del Centro de la ciudad de Córdoba. Podría tratarse de una sentencia ejemplar, ya que es la primera vez en Córdoba que se caratula como femicidio el asesinato de una mujer trans.

“En Argentina, sólo hay 5 casos de homicidios hacia mujeres trans travestis que fueron judicializados y obtuvieron condena para sus victimarios, todas las otras muertes incontables quedaron impunes y sin justicia”.

Comunicado familiares y amigos de Azul Montoro – julio 2019 

Por Redacción La tinta

A las 9:30 de la mañana, comenzó la primera jornada del juicio. Amigues, familiares y compañeres de Azul se dieron cita en la Cámara 9 del Crimen Ala 2, en los tribunales de Fructuoso Rivera 720, de la ciudad de Córdoba. En esos edificios fríos e inmensos, se hizo sentir el pedido de justicia por Azul. En un comunicado público, sus familiares y amigues pedían solidaridad, entendiendo la importancia de este proceso en medio del “genocidio trans”: “A ustedes, luchadoras feministas, políticas, mujeres, travestis, trans, identidades disidentes, etc. es hacia ustedes este clamor trans travesti que las llama y las interpela a acompañar y caminar al lado nuestro en esta senda de pedido de justicia”.

Azul tenía 23 años y fue brutalmente asesinada en la madrugada del 18 de octubre de 2017 durante su jornada laboral. Se fue de la zona del mercado norte con un cliente y, a las cinco de la mañana, una de sus compañeras, Maina Carrizo, la encontró muerta. Azul es una de las tantas personas travestis y trans que ensanchan el número de crímenes de odio sobre los cuerpos disidentes.

El acusado es Fabián Alejandro Casiva, su último cliente, quien atendió una llamada desde el celular de Azul luego de haberla encontrado sin vida. Ahora, está siendo juzgado por “homicidio calificado por mediar violencia de género”, “hurto calamitoso”, por robarle su teléfono celular y por violación a la Ley N° 14346 de protección a los animales contra actos de crueldad, por matar a la perra que vivía en el domicilio la trágica noche.


En declaraciones, el fiscal González explicó que estos actos tienen la gravedad de un femicidio, considerando que la “identidad diversa de Azul”, reconocida como mujer por el Código Civil en su DNI, fue una de las razones de su asesinato. A su vez, la jueza Patricia Farías apoyó esta posición y expuso el agravante por violencia de género, entendiendo que existió una situación de dominación, sufrimiento y daño de parte del imputado, como componente de una relación de género desigual y asimétrica. Cabe destacar que él ya tenía denuncias de violencia de género por maltratos realizadas contra su madre y hermana.


Casiva fue capturado pocas horas después del crimen y se lo declaró inimputable por razones psiquiátricas y psicológicas, pericia realizada por Marcela Scaraffa y Sebastián Nigro. A instancias de la querella y la fiscalía, una segunda evaluación lo consideró consciente y responsable de los actos de aquella noche, y, por eso, imputable. En noviembre de 2018, el Juzgado de Control aprobó la elevación a juicio, pero la defensa apeló. Finalmente, los jueces de la Cámara de Acusación Patricia Farías, Maximiliano Davies y Carlos Salazar ordenaron la elevación a juicio.

En la primera jornada del juicio, se escucharon los alegatos y la declaración de la madre de Casiva, Mónica Galindez, quien relató que, el día del asesinato, su hijo llegó a su casa a la mañana, se sentó a ver televisión, comió algo en la cocina, le confesó que había asesinado a una persona trans y le pidió que lavara su ropa manchada de sangre. Además, explicó que su hijo era violento desde chico. Fabián declaró sufrir esquizofrenia. Esto iría en consonancia con la estrategia de ser considerado inimputable.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Genocidio trans

Al grito de “¡Señor, señora, no sea indiferente! Se mata a las travestis en la cara de la gente!”, unas 600 personas marcharon el 25 de julio pasado por las calles de la ciudad de Córdoba, en un nuevo aniversario del asesinato de Laura Moyano. Bajo el lema “Existimos para resistir, memoria trans!”, varias agrupaciones y personas se dieron cita en la 4ta marcha contra los travesticidios y transfemicidios, reclamando infancias libres de violencia, inclusión laboral, salud integral trans y aborto para cuerpos gestantes.

El Comunicado familiares y amigos de Azul Montoro que salió a la luz previo al comienzo del juicio explica que “como comunidad trans, estamos atravesando un contexto de violencia de género constante, nuestra expectativa de vida es más baja que 35 años, pues peligra nuestra existencia por este genocidio silencioso que se llevó, en lo que va de este año, la vida de 46 mujeres trans víctimas de enfermedades crónicas, falta de atención integral a la salud y por travesticidios, transfemicidios, femicidios”.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Las redes

El desarrollo de un juicio de estas características, con la posibilidad de sentar un precedente en términos de jurisprudencia, es el resultado de una larga y ancha lucha de las personas trans, travestis y de identidades disidentes.

Viviendo en medio de un escenario de alta vulnerabilidad, con un complejo entramado de violencias sobre sus cuerpos, tramaron las estrategias colectivas para visibilizar esto de “estar en peligro” y hacerse escuchar. En medio de una oleada feminista de la cual son parte activa, la interseccionalidad de clase, géneros, de identidad y étnica deja a las claras preguntas sin responder.

En el comunicado, les familiares y amigues expresaron: “En este país donde morimos silenciosamente en el olvido del Estado y la sociedad, es que pedimos el apoyo de la #mareaverde, de ese #feminismo que supo gritar en las calles ‘aborto legal, seguro y gratuito’, ‘educación sexual integral’, ‘Iglesia y Estado asuntos separados’, ‘ni una menos’, etc. A ustedes es que pedimos su #sororidad y empatía para acompañar el juicio de la compañera #AzulMontoro, ella era trabajadora sexual, mujer, pobre y discriminada por esta sociedad”.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Por Redacción La tinta.

Palabras claves: Azul Montoro, Femicidio, transfemicidio

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