Darío Sztajnszrajber: «El lenguaje inclusivo es una práctica de resistencia necesaria»

Darío Sztajnszrajber: «El lenguaje inclusivo es una práctica de resistencia necesaria»
9 agosto, 2019 por Soledad Sgarella

Desencajados vuelve a Córdoba versión 2019. El espectáculo de Darío Sztajnszrajber y Lucrecia Pinto -junto a la banda conformada por Chino Capici, Lucas Wilders y Paco Cabral-  regresa a nuestra ciudad para desajustar lo que esperamos de un show que plantea un “diálogo imposible” entre el rock nacional y la filosofía.

Por Redacción La tinta

El amor, el poder. Spinetta. Dios, Nietzsche, el tiempo y Charly. Todo en la misma escena. Y es que Desencajados quiere eso: hacer de un espectáculo de música y filosofía una experiencia de extrañamiento existencial de la cual podremos participar este sábado 10 de agosto en Espacio Quality

El filósofo Darío Sztajnszrajber es reconocido por su capacidad de tomar esas cuestiones mundanas, existenciales y emocionales que nos rompen la cabeza y desenrollarlas progresivamente con un encadenamiento lógico y un lenguaje asequible para todxs. De este modo, en los últimos años, ha replicado a nivel nacional la dinámica que ponía en práctica en las aulas de las escuelas secundarias, que hacía de «Filosofía» la nueva materia preferida de lxs jóvenes.

Luego de debutar en «Mentira la Verdad», programa que se emitía por Canal Encuentro y que reinventó la clásica fórmula de divulgación científica, el docente de apellido impronunciable escribió libros, realizó obras de teatro, protagonizó programas de radio y televisión, y brindó charlas en todos los rincones del país. En todos los formatos, la invitación a la reflexión colectiva se basa en una premisa básica: todxs podemos hacer filosofía.

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Desencajados es una obra de teatro y un recital, un ejercicio sensible y filosófico que realizamos de la mano de esas canciones con las que crecimos, la música de fondo del primer beso, del primer desengaño, de la primera angustia y de la primera aventura que selló una amistad.

¿Cuándo fue la última vez que preferiste un olor a un concepto? ¿Un buen insomnio a un ansiolítico? ¿Ese árbol viejo a un ascensor?, pregunta Darío Sztajnszrajber y esa es la provocadora invitación al espectáculo que encabeza junto a la cantante Lucrecia Pinto y los músicos Chino Capici, Lucas Wilders y Paco Cabral, donde la filosofía y la música dialogan (y se sacan chispas).

La tinta se comunicó en exclusiva con el filósofo, docente y divulgador científico para dialogar sobre la obra, pero también respecto al lenguaje inclusivo y el vínculo entre las redes y la política. 

—Contanos del título: “Desencajados”.

—La obra lleva ya 7 años y, desde el inicio, le pusimos Desencajados porque, básicamente, plantea un diálogo imposible entre dos géneros como son la filosofía y la música, no solo en el contenido, sino en el formato. Lo que genera, lo que resulta para el espectador es una experiencia en principio de extrañamiento porque se encuentra con la filosofía y la palabra exponiéndose con la presencia de una banda de rock en vivo que va haciendo temas que van interactuando con las reflexiones.

Entonces, hay una sensación permanente de algo que se va desencajando o deconstruyendo de lo que son los modos por ahí más comunes en los que se plantea tanto la filosofía como la música. Por eso, es todo un gesto de apertura donde cada género hospitalariamente se abre a lo que puede traer el otro con su diferencia.

—Podría ser “desencajades”… ¿Qué opinás del lenguaje inclusivo?

—Sobre el lenguaje inclusivo, básicamente, me parece que es fundamental pensar que lo que trae es más bien como una señal de alerta. 


«Yo creo que es una práctica reactiva, una práctica de resistencia necesaria para estar todo el tiempo poniendo en evidencia cómo, también desde el lenguaje, se construye asimetría y sujeción».


Y creo que la presencia del lenguaje inclusivo tiene que ser una presencia que perturbe, una presencia de molestia. Como una especie de alerta, de recuerdo permanente de que hay algo ahí que no cierra. Hacer desencajar al lenguaje normal o normalizado que da por supuesto, con sus normas, toda una forma de hablar, o sea, de pensar, que se hace pasar por universal cuando responde, más bien, a solo una versión, que es la versión masculina. Entonces, lo que sí me parece del lenguaje inclusivo es que, digamos, justamente por ser una señal de alerta, no sé si sumaría que se consolidara como una nueva gramática. Creo que el problema de este tipo de práctica reactiva es cuando termina instalándose como nueva legalidad, porque, de algún modo, pierde mucho de lo que es su propósito.

Tal vez el propósito sea estar siempre reactivamente postulando una diferencia y no instalarse como un vocabulario nuevo.

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—¿Hay alguna novedad en el espectáculo? ¿Algo para spoilear?

—En lo estructural, el espectáculo no ha cambiado, pero sí fueron cambiando las distintas escenas, los diálogos, los textos, la interacción con la música. Se fue puliendo y ha ganado un ritmo novedoso. Digamos, si antes era un espectáculo con una primera parte fuertemente introspectiva y que explotaba en la mitad, ahora se ha vuelto un continuo que ha ganado en un ritmo permanente.

Y lo que más ha ganado es experiencia… hemos hecho un montón de funciones durante todo este tiempo y bueno, fluye muchísimo más. Pero lo que también ha cambiado es el mundo en el que vivimos, la sociedad en la que vivimos. Entonces, increíblemente, los temas que en su época, por ahí, nos brindaban un montón de ideas, hoy nos generan ciertas sensibilidades o nos permiten conectar desde otro lugar. Digamos: una misma canción, un texto un poco reformado y un mundo otro que hace que, como siempre, el arte se presente como una obra abierta.

Hace poco, te escuchamos decir que se puede hacer filosofía desde Instagram… ¿Se puede hacer política desde las redes?

—Creo que la pregunta de si se puede hacer filosofía o política desde las redes sigue pensando a las redes como algo exterior al ser humano, sigue pensando a la tecnología como algo de lo que se puede disponer o indisponer a voluntad. Me parece que no es así, que la tecnología nos va transformando, pero porque es parte nuestra… es una transformación inmanente, no exterior. Somos técnica y, entonces, no es que las redes vienen de afuera a cambiar la política o a cambiar la filosofía, sino que, frente a los cambios materiales de la época, necesariamente todo empieza a moverse de su lugar y pasa lo mismo con las disciplinas que me preguntás. 

Obviamente, hay resistencia, sí hay formas más conservadoras. Hay gente de la política que cree que usar las redes es usarlas de modo accidental o como un accesorio donde da lo mismo hablarle a la tele, postear algo en la red o pegar un afiche en la calle, y me parece que eso es no entender que lo que está cambiando es una cosa más estructural. 

Cambian los tiempos, las narrativas, las prácticas, las formas en las que llega un mensaje y creo que hoy hacer política es inescindible de esto, ¿no?, del campo que se abre con cada revuelta tecnológica, como bien lo entendió Marx que fue el primer gran teórico que demostró la relación esencial entre los cambios tecnológicos, los cambios materiales, los cambios institucionales y los cambios culturales.

Desencajados con Darío Sztajnszrajber. El sábado 10 de agosto a las 21 hs en Espacio Quality (Av. Cruz Roja Argentina 200).  

*Por Redacción La tinta.

Palabras claves: Darío Sztajnszrajber, Desencajados, filosofía, lenguaje inclusivo

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