«El fútbol popular es una asamblea con una pelota de por medio»

«El fútbol popular es una asamblea con una pelota de por medio»
4 julio, 2019 por Redacción La tinta

Sobre un potrero, en ronda y con una pelota. Así fueron los orígenes de La Poderosa y de muchos pibxs y vecinxs que hoy pueblan las asambleas de la organización villera. Tal como nos lo cuenta Fidel Ruiz, integrante de La Pode, el fútbol resultó ser una herramienta fundamental en la construcción del espacio. Hoy, la pelota sigue girando, se piensa en una Liga Villera y cómo ofrecer una formación futbolística a lxs pibxs: “Para nosotros, el fútbol es educación popular”.

Por Redacción La tinta

Fidel no habla de Fidel. Cuando habla del laburo que desarrolla La Poderosa desde sus orígenes hasta el presente e, incluso, hasta el futuro, elige no hablar de Fidel. No hay un él, un ella, un yo. Cuando habla de La Poderosa, habla de nosotros, como lo hace un equipo en las derrotas y en las victorias. Como lo hace un hincha frente a la tele o la radio, a cientos de kilómetros del partido. Ganamos. Perdimos. Todxs nosotrxs lo hicimos.

Pero hace una excepción. Pide disculpa. Lo aclara. Lo cree necesario. «No me gusta el personalismo. Por suerte, me crié en esta organización lleno de lo colectivo». Y, justamente por eso, apela a la excepción. No es personalismo, se trata de dar testimonio de lo vivido y aprendido como individuo dentro de lo colectivo. «Yo arranqué a los nueve años en esas mini-asambleas en 2004. Hoy, tengo 24 años y sigo acá. Así que sí, se puede decir que, por jugar al fútbol popular, hay muchos que hoy participamos de manera asamblearia en esta organización y en otras. Hay muchas experiencias así, hay muchxs que arrancaron jugando al fútbol y hoy son fotógrafxs de La Garganta por ejemplo. El deporte lo puede».

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(Imagen: Colectivo Manifiesto para La tinta)

-Desde los orígenes de La Poderosa, tomaron al fútbol como herramienta de construcción, de comunión, de organización. ¿Por qué el fútbol?


«Básicamente, porque el fútbol, desde una mirada social, cumple todo lo que necesitamos para nuestras vidas: lo colectivo. Es saber cuándo uno puede actuar personalmente y cuándo colectivamente. Es laburar en equipo, pensar en el otrx. Es todo eso que siempre nos quieren sacar. Va contra el personalismo puro que nos intentan instalar siempre, buscando que compitamos y no nos pensemos como compañerxs».


Con su mirada buscando siempre un horizonte cercano, Fidel nos cuenta el origen del «fútbol popular», que nace como rebeldía a las normas, a los modos, al sistema que nos ofrecen a diario. Prescindir de la figura del árbitro fue revolucionario. Lo que comenzó como un aspecto simbólico terminó siendo, en la práctica, un desafío para repensarse: «Nos obligó a pensar cómo jugamos. Nos obligó a ponernos en ronda, mirarnos a las caras y, ahí, decidir colectivamente cómo jugar: si sacamos el lateral con la mano o con los pies, si uno insulta, ¿qué hacemos?, ¿dos minutos afuera o corre cinco vueltas a la cancha? Todas esas reglas se debaten y las establecen los chicos y las chicas». Pensar cómo jugar fue pensar cómo organizarse. Pensar reglas fue dejar de jugar como decidían ellos: «Estábamos acostumbrados a que alguien siempre nos diga cómo teníamos que jugar. Estábamos acostumbrados a que siempre nos digan cómo hacer todas las cosas».

-Podemos decir entonces que eso es el fútbol popular, el fútbol villero.

-Sí. El fútbol popular es eso. Son mini-asambleas en donde esas pibitas y esos pibitos -sin darse cuenta- se están organizando colectivamente, pensando algo desde el territorio con una pelota de por medio.

Desde esas pequeñas asambleas de potrero, Fidel comenzó a participar en 2004 de lo que empezaba a gestarse como La Poderosa. Y se ríe de quienes se ríen cuando cuentan que una de las organizaciones villeras más importantes de Buenos Aires nació así, con una pelota de por medio. «Empezamos así, literal. En una ronda. Ahí nos empezamos a dar cuenta de lo que necesitábamos en el territorio, a través de una pelota».

En ese organizarse, en ese debatir para consensuar nuevos reglamentos no-escritos, en ese tocar e ir a buscar la pelota, la vida se comparte. Con sus risas, sus sueños y sus muecas de enfado, frustración y tristeza. «Un día, en una ronda, hicimos una pregunta: ¿qué es la libertad? Algunos dijeron caminar, otros correr. Hasta que uno dijo: comer. Algo que para muchos tiene un sólo significado, para algunos tiene muchos, hasta es la libertad. Ahí nos dimos cuenta de que estábamos generando una herramienta social y política en el espacio. Porque esos pibitos, esas pibitas, con 9 o 10 años, ya eran referentes de su territorio. Así como estaban a esa edad organizándose para jugar, a los 17 o 18 años iban a estar en una asamblea popular decidiendo y pensando cómo hacer escuchar a su barrio y cómo sacarlo hacia adelante. Eso es el fútbol popular».

-En una entrevista -de las tantas que han dado-, señalan que, con el fútbol popular, se puede terminar con el machismo, integrar pibes, usarlo como vehículo para la educación, la integración y la solidaridad. ¿Todo eso se puede hacer con el fútbol?

-Sí. Porque, para nosotros, el fútbol es educación popular. A través de él, se pueden transmitir muchos valores.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto para La tinta)

Liga de Fútbol Villero: para que los goles vuelvan a ser de los barrios populares

La liga de fútbol villero es un proyecto que comenzaron a pensar desde La Garganta Poderosa hace algunos años.

En 2018, en entrevista con Página 12, Fidel y Fernando Signorini -ex preparador físico de Maradona- explicaron que la idea consiste en la creación de un torneo que pueda reunir a todos los equipos de los barrios, primero en CABA y Buenos Aires, luego a nivel nacional. Con un reconocimiento de AFA, la liga buscaría formar una selección que, a su vez, tenga la posibilidad de participar de un torneo oficial, comenzando por la Primera C.

– ¿Cómo y por qué nace este proyecto?

-Nació porque, más allá de las discusiones que nosotros podamos tener con el fútbol tradicional -que no nos gusta porque es egoísta, exigente, no incluye al que no tiene botines, al que está mal alimentado, a los que no pueden estudiar… en fin, no incluye a nadie-, si vos mañana hacés una roda de fútbol y le preguntás a los chicos qué quieren ser, y te van a decir «yo quiero ser futbolista».

Ahí tenés una doble vara. Seguro quieren ser futbolistas porque ven a jugadores que salen en la tele, que tienen mucha plata y, de esa manera, sueñan con poder ayudar a su familia. Pero, a la vez, existe otro aspecto: quiere ser futbolista porque ama el fútbol, porque nació con esas ganas. Entonces, ¿qué hacemos? Bueno, tenemos que pensar en cómo poder darle algo más que la contención social. Pensar en darle herramientas técnicas, entrenamientos, preparación física. Y, después, poder darle una oportunidad de jugar contra los clubes. Así nació este proyecto.

Fidel admite que el desarrollo de esta idea «está costando un montón» en estos momentos. Sucede que la crisis, cada vez más profunda, nos arrincona a todos contra nuestra propia área. Lxs pibxs toman cada vez más la responsabilidad del trabajo para poder ayudar en el hogar. Entre el laburo, las tareas domésticas y el colegio, los entrenamientos comienzan a quedar más lejanos. Muchxs abandonan. Las necesidades son otras. «La dinámica del barrio, muchas veces, es muy compleja cuando se intenta dar respuestas a las injusticias. Si bien sabíamos que se iban a profundizar, cuando suceden, te desestabilizan».


«Qué contención le das al pibe que te iba todos los entrenamientos y, de repente, empieza a faltar porque cuida a sus hermanxs. O empezó a andar en el choreo porque no consigue laburo. Es ahí cuando necesitás otra estrategia. Además del fútbol, tenés que priorizar en pensar, por ejemplo, en crear una cooperativa de laburo. Tenés que generar otra cosa, algo para que lxs pibxs no se te escapen. Porque quizá pueda ir al entrenamiento, pero antes necesita comer, trabajar… tener una herramienta para no caer en la mierda».


En otro contexto económico y social, la idea de la Liga del Fútbol Villero seguramente podrá florecer. Parte de esta idea es el buscar un modo de devolverle a las villas y a sus habitantes lo que siempre el fútbol les negó. ¿Cuántas escuelas podrían haberse construido en Fuerte Apache con el 1% de cada pase de Carlos Tévez? ¿Cuántas casas y calles podrían haberse edificado en Villa Fiorito con el 1% de cada venta de Diego Maradona? ¿Por qué no existe un derecho de formación para aquellos barrios donde se criaron decenas de cracks del fútbol nacional? ¿Acaso no fueron en sus potreros donde aprendieron a gambetear, a leer y a comer? ¿No fue el barrio el primer formador?

La Liga Villera prevé ofrecerles a los pibes una estructura con posibilidades de formación para que lleguen a Primera y poder retroalimentarse con el arribo de esos jugadores a los clubes importantes. Si los jugadores son de la Liga y de los clubes villeros, la formación también y, por fin, algo del despiadado lucro del fútbol podría llegar a los barrios y a la gente.

Pero, sobre toda las cosas, la Liga Villera busca formar nuevos jugadores, con compromiso social, educación popular, sentido de pertenencia y críticos del sistema imperante: «Un laburo en lo técnico y en lo social», dice Fidel. «Porque es necesario dejar de educar a lxs pibxs con la idea de que tener cinco palos en el bolsillo te va a hacer feliz. Hay que educarlos con otros valores, con los valores que construye el pueblo, que construye a diario la comunidad con su identidad, con su pensamiento y su urbanidad».

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(Imagen: Colectivo Manifiesto para La tinta)

Ni masculino ni femenino ni mixto. El fútbol es popular

Mucho antes del auge que vive el fútbol femenino en nuestro país y el mundo, y antes de que las mujeres disputaran decididamente la ocupación de las canchas, en las rondas de La Poderosa, se mezclaban pibitos y pibitas a patear la pelota sin distinción.

– ¿Por qué plantearon, desde un comienzo, la idea del fútbol mixto?

-Hay algo que, gracias al Frente de Géneros, pudimos implementar: dejar de decirle ‘fútbol mixto’. Porque parece como si nosotros, los hombres, les estaríamos dando el permiso a las mujeres para que participen de un deporte que también es de ellas. Si no, no es deporte popular. Si todxs estamos compartiendo las mismas injusticias, si luchamos por lo mismo, por qué tiene que ser «mixto». Esto es algo que venimos trabajando mucho en las rondas.

– ¿Creen que hay otros deportes que permitan generar vínculos y organizaciones como ustedes han podido hacer a través del fútbol?

-Creemos que se puede laburar con todos los deportes. Sucede que el fútbol es lo más visible, lo más popular… «el opio de los pueblos», dicen los opresores. Pero se puede laburar con el vóley, el hockey y con todos. La idea es esa, llegar con todos los deportes porque no a todos le gusta el fútbol. Algunxs prefieren handball, otrxs, boxeo. Hay que buscar laburar con todos los deportes para influir mucho más dentro de los territorios a través de esas prácticas.

*Por Redacción La tinta

Palabras claves: La Garganta Poderosa, La Poderosa

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