#ConEllosNo: entrevista al hermano de Darío Santillán

#ConEllosNo: entrevista al hermano de Darío Santillán
10 mayo, 2019 por Redacción La tinta

Luego del lanzamiento de la campaña «#ConEllosNo: los asesinos de ayer no pueden ser los salvadores de hoy», Leo Santillán habló acerca de la unidad opositora y sus límites, el ganarle a Macri como sea, el lugar de la militancia, las banderas inclaudicables de les que pelean, la búsqueda de justicia y la generación de conciencia sobre la violencia estatal.

Por Pablo Hernán Velázquez para Revista Colibrí

“Su ejemplo se multiplica”, dice la remera que Leo tiene puesta, en la cual está su hermano Darío junto a su compañero Maxi, asomándose debajo de una camisa negra y blanca a rayas. Tiene un micrófono adelante, a su padre Alberto a su izquierda y el abrazo de una nutrida concurrencia que fue a bancar el lanzamiento de la campaña “#ConEllosNo: los asesinos de ayer no pueden ser los salvadores de hoy”. La voz firme, desbordante de convicción, batalla y cargada de verdades apunta hacia los responsables políticos de los asesinatos que la prensa canalla quiso hacer caer en la bolsa de “la crisis”, en el momento social más crítico y de más irrefrenable protesta de los últimos veinte años de nuestra historia.

Cerca de las 15 horas, ya concluido el acto y en un intenso día de muchas emociones, Leo Santillán se hizo el tiempo para concretar con Colibrí Revista el diálogo que previamente se pactó. La unidad opositora y sus límites, el ganarle a Macri como sea, el lugar de la militancia, las banderas inclaudicables de les que pelean, la búsqueda de justicia y la generación de conciencia sobre la violencia estatal son los temas sobre los que giró una rica conversación.

#ConEllosNo

Leo comienza por contar de qué se trata la campaña: “La convocatoria era el lanzamiento de ‘#ConEllosNo, Felipe Solá candidato a la cárcel’, y se trata de denunciar y repudiar la candidatura de Solá de cara a las próximas elecciones en octubre”. Consideró urgente sentar la indignación a esta pretensión electoral, apuntalada por dos grandes organizaciones con mucha raigambre social (el Movimiento Evita y la Corriente Clasista y Combativa), que lo presentan como un candidato potable para competir contra Cambiemos.

La campaña tiene serias intenciones de nacionalizar el reclamo, por eso, el hermano de Darío Santillán comentó a Colibrí Revista: “Ya tenemos confirmado prestarnos en las provincias de Jujuy, Salta, Río Negro, Córdoba, Tucumán y otras por confirmar”, y cuenta que, entre los objetivos de #ConEllosNo, se realizarán charlas y actividades en estas locaciones también “con la idea de salir denunciar en todos lados, para demostrar que no somos solamente los familiares de Darío quienes repudiamos este intento de lavado de cara, sino que hay muchas organizaciones,  compañeros y compañeras con esta campaña”.

De la presentación, Leo destacó la presencia de Luis Zamora, María del Carmen Verdú (Correpi) y también de compañeros que estuvieron con Darío el último año de vida: “Contaron un poco cómo era él como persona, organizando al barrio en la toma de terrenos y con la idea de rescatar también al Darío de carne y hueso, más allá del militante social”. Darío era una persona harta de tantas injusticias, que terminó pagando con su vida el precio de luchar por un país menos cruel con quienes menos tienen. Como apunta Leo sobre su hermano y quienes murieron luchando, “debemos seguir denunciando justicia para ellos, pero no perder el objetivo de Darío como persona y como luchador”.

Foto de la Comisión Independiente Justicia por Dario y Maxi.

El precio del “como sea”

Al consultarle sobre la posición de “ganarle a Macri” como sea, y las implicaciones políticas que eso conlleva, Leo fue categórico: “No sé si hay mucho para decirle a esas personas. Cada uno sabe quién es, quién fue y qué decisiones tomó Felipe Solá cuando le tocó ser gobierno, y, si no, estamos nosotros para recordarlo con iniciativas como esta” (en referencia al acto).

Para esto, recordó aquel trágico día de 2002, cuando, desde la TV, se mostraba una feroz represión en las inmediaciones de la estación Avellaneda y Nora Cortiñas tomó el teléfono para llamar directamente al gobernador Solá y preguntarle por lo que estaba pasando. En esa ocasión, y casi sin que se le mueva un músculo, el entonces gobernador le dijo “no se haga mala sangre, Norita, es un enfrentamiento de pobres contra pobres”. La movilización prometía ser multitudinaria y contundente, por eso, el presidente Eduardo Duhalde junto a Solá y sus respectivos ministros de seguridad elaboraron un coordinado operativo de seguridad para reprimir a la multitud. Policía Federal, Bonaerense, Gendarmería, agentes de civil, infiltrados, francotiradores y oficiales retirados fueron convocados para lo que se convirtió en una cacería por las calles de Avellaneda que, al caer la tarde, tenía dos muertos y 33 heridas y heridos.

“No podemos decir mucho más que lo que está como prueba del testimonio que dejaron en la historia, no solamente lo que le dijo a Norita, sino también por cómo se movió Felipe Solá, que recibió y felicitó públicamente al ex comisario Alfredo Franchiotti, y que dio vuelta su discurso ante la aparición de las fotos que muestran cómo él y el ex cabo Acosta asesinaron a Maxi y Darío”.


Franchiotti y Acosta fueron el brazo ejecutor, y cumplen sentencia de cadena perpetua, pero los familiares de las víctimas llevan casi 17 años pidiéndole al juez Ariel Lijo que investigue las responsabilidades políticas de la Masacre de Avellaneda.


Ya lo mencionó el propio Felipe Solá en octubre al hablar sobre la represión de Cambiemos mientras se aprobaba el Presupuesto 2019: “Hay una directa relación entre la decisión política y la actitud policial. No existe esa idea de que ‘bueno, son policías que están en la calle y le pegan a cualquiera’. ¡No es cierto! Se los digo después de haber sido seis años gobernador. La policía sabe cuáles son las órdenes (…) No disociemos la actuación policial de la decisión política porque eso no es así”.

Retornando a la conversación con Leo, comenta que “en la historia, no hay cabida para estos personajes que saben y acompañan igual”, y agrega: “ No tengo nada para decirle a esas personas que saben esto, pero aun lo militan y obvian esta parte”. Es sabido que el “prontuario” del ex gobernador no termina ahí: “A Solá lo denunciamos por lo que fue en la represión que tuvo el 26 de junio de 2002, pero también tuvo que ver con la entrada de Monsanto y el desarrollo de los agrotóxicos”, denuncia Santillán.

Hace no mucho tiempo, conversamos para hablar de la Nueva Ley de Semillas con el periodista y escritor Patricio Eleisegui, autor de “Envenenados”, quien dedica en esta obra un capítulo entero a las decisiones de Solá en los casi siete años que estuvo designado por el presidente Menem al frente de la Secretaría de Agricultura. El libro denuncia sus vínculos con Monsanto, las movidas detrás de la aprobación de la primera soja transgénica y sus tiempos como promotor del uso de glifosato en el interior de nuestro país. Leo sabe de lo que habla: “No sólo es lo de Darío y Maxi. Solá condena a una parte de la población que es contaminada, que contamina nuestros alimentos, la gran mayoría de ellos manipulados genéticamente”. De todos modos, cree que, al denunciar su responsabilidad en la Masacre de Avellaneda, “hacen su parte” para demostrar quién es quién.

Caballo de Troya

El último 24 de marzo, las organizaciones más afines a su candidatura lo invitaron a Solá a una de las Marchas de la Memoria: muchos jóvenes militantes con la misma o menos edad con la que Darío y Maxi bailaban junto a él durante la movilización que lo mezcló con Madres, Abuelas y familiares de víctimas de la violencia del Estado, entre otres. La bronca de Leo invade sus palabras al pensar en la militancia que cumple con la misión de sostener la candidatura electoral de Felipe Solá: “Indigna ver una juventud que, lejos de estar en las calles, elige acompañar a este personaje, pero tenemos la alegría de saber que no estamos solos, la fortaleza de estar acompañados”. Con mucha humildad y sin pararse en ningún pedestal, se permite decirles a eses pibes que “la lucha no está en los escritorios, sino en las calles”.

“Si bien hay distintas organizaciones que acompañan la vía electoral, hay que saber con quiénes se presenta uno y a quiénes acompaña porque, así como mataron a Darío y Maxi mientras Felipe Solá tomaba decisiones, este personaje puede volver a encarar una respuesta similar cuando la protesta social se vuelva incontenible, tal como lo fue el post 2001. Los compañeros luchadores y la sangre que viene escribiendo nuestro pueblo con historia no empieza con Darío y Maxi, y tampoco termina con Santiago y Rafael, porque esto sigue sucediendo”, valoró Leo y agregó que “estos compañeros que han dado la vida para cambiar esta maldita sociedad, este país tan injusto en el que vivimos, están en la calle y eso significa estar y saber con quiénes estamos”.

Nuestro entrevistado rescata, para ilustrar este mensaje a la militancia, algo que se dijo durante el acto que antecedió a la conversación: “Hoy, dijimos en el escenario que no vamos a traicionar a Darío y a Maxi, pero tampoco a Aníbal Verón, ni a Carlos Fuentealba, ni a Santiago Maldonado, ni a Rafael Nahuel, ni a Luciano Arruga, ni a tantos pibes y pibas asesinados por este maldito sistema”.

Fotografía de la Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi.

Política de reciclaje o reciclaje político

Al ser consultado por los mecanismos de reciclaje de la política, de los cuales Solá es el ejemplo más flagrante, pero no el único, Leo Santillán expresó que “la justicia no investiga la complicidad judicial y política, y también los diferentes partidos políticos tradicionales no investigan estos casos porque buscan preservarse ellos mismos”. Es consciente de que lo ocurrido el 26 de junio de 2002 no fue la primera represión ni la última: ocurrió con los gobiernos de todos los cortes ideológicos y políticos. Es por eso que, al ser tan “tentadora” la aplicación de violencia desde el Estado, el entrevistado considera importante lograr una condena a los responsables políticos de este hecho. “Si logramos romper con ese manto de impunidad, sentamos un precedente respecto a las represiones que se vienen dando a lo largo de los años, para que cada funcionario se tenga que cuidar más y no actuar impunemente al dar órdenes políticas”, se esperanzó.

Cómo hacer que el remedio no sea la cicuta

Hay gente que no sabe y hay otras personas que suelen mirar para otro lado, sobre todo, a la hora de votar tapándose la nariz. Leo conoce esta realidad, pero confía en la militancia que, junto a los organismos de derechos humanos con los que construyen la Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi, lleva adelante: “Por medio de lucha y actividades, siendo creativos, moviéndonos, con esfuerzo y cuerpo podemos lograr que la gente sepa y tenga herramientas para elegir, garantizando la generación de acciones que puedan interpelar a la sociedad a esa parte que a veces mira para el costado o que no mira para el costado, pero no tiene herramientas suficientes para hacer ciertas lecturas políticas”.

*Por Pablo Hernán Velázquez para Revista Colibrí.

Palabras claves: #ConEllosNo, Darío Santillán, Felipe Solá, Leo Santillán, represion

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