Wiñaypacha: la eternidad se nombra de mil formas

Wiñaypacha: la eternidad se nombra de mil formas
4 abril, 2019 por Gilda

En un marzo pleno de visibilización de disputas en torno al lenguaje, y específicamente en la semana posterior al polémico CILE, el Cineclub Municipal estrena Wiñaypacha, el largometraje del joven director peruano Oscar Catacora rodado a 5000 metros de altura y hablado íntegramente en aymara.

Por Redacción La tinta

Si googleamos antes de entrar, vemos que el vocablo wiñaypacha significa eternidad en aymara, un título tentador para salirse de la triste celebración del español hegemónico que se estuvo dando en nuestra ciudad en estos finales de mes.

Nuestra mirada audiovisual (tan colonizada como el lenguaje, pero muchas menos veces cuestionada), los escenarios naturales, la pobreza y la vejez -ahí, tan sobre la mesa- parecen indicarnos que estamos en presencia de un “documental” ¿Cuántas veces un prejuicio se internaliza tanto que nos puede dar una clave de lectura errónea? ¿estamos frente a una “verdad” documentada? ¿son hechos que suceden frente a la cámara sin intervención del realizador? Lo cierto es que es una ficción, y en esa construcción se fundan los aciertos de una película que busca retratar la vida de las personas de los pueblos originarios de la tercera edad en las zonas rurales.

Óscar Catacora, es el director. Peruano y de origen aymara, elige para su tercera película volver sobre su origen, social y familiar, ficcionalizando la vida de una pareja de adultes mayores -Willka (Sol) y Phaxi (Luna)- que viven en completo aislamiento en los Andes peruanos, específicamente en el Cerro Allincapac. Para ello, se afirma en planos fijos compuestos con mucho esmero, apuntando a sostener el ritmo en cuanto a lo que vemos que sucede en el cuadro, y una banda sonora construida para trasladarnos a un lugar tan remoto como extraño a nuestra vida urbana.

Una nota de color es que Willka es representado por Vicente Catacora, el abuelo materno del director. El filme propone muchos diálogos explicativos, tal vez demasiados pero necesarios para poder seguir la tímida narrativa que tenemos detrás. Sucede que cierta predilección por este tipo de montajes de planos fijos y largos suelen ser del agrado de quienes programan festivales, y muchas veces pueden costarnos -a los comunes feligreses no especialistas- seguirlos con atención.

En numerosas ocasiones, el cine que nos llega por Netflix o las grandes salas, hace un uso excesivo del montaje para mantener al público enganchado y entregado a la vertiginosidad de un ritmo creado no tanto para reflexionar, sino para distraernos incluso de nuestros pensamientos y entregarnos al goce de los sentidos, atiborrándonos de estímulos. Una muestra de ello es el Oscar otorgado al montajista John Ottman, quien en Bohemian Rhapsody hace cortes innecesarios repetidas veces, sólo para dar ritmo a escenas carentes de encanto.

Luego, si vemos una película como Wiñaypacha es muy probable que la percibamos lenta. Es lo mismo que nos pasa cuando viajamos a lugares tranquilos, donde se duerme la siesta y pedir instrucciones deriva en una conversación de una hora. Es necesaria nuestra propia voluntad para poder apreciar los matices de los ritmos del montaje, del mismo modo que necesitamos disponernos a tomar mates con un lugareño sin apuro por llegar a ningún lado.

Visionar películas como este film peruano es también un ejercicio de descolonización de lo que esperamos del cine. La película está hablada en aymara y sigue la vida de una pareja mayor viviendo en la montaña, en relación directa con la naturaleza y con el anhelo del regreso de un hijo que se marchó. Quienes se deleitan con el minimalismo narrativo lo disfrutarán, así como también quienes se interesan en la vida actual de quienes habitan desde hace siglos estas tierras y sus cruces con la posmodernidad y las lógicas de la globalización.

¿Acaso la eternidad sólo puede nombrarse de un modo? Sospechamos que no. En cada quien queda esa búsqueda.

*Por Redacción La tinta.

Wiñaypacha.
Cineclub Municipal Hugo del Carril | (Bv. San Juan 49)
Jueves 4/4, 15:30 y 20:30 hs.
Viernes 5/4, 18:00 y 23:00 hs.
Sábado 6/4, 15:30 y 20:30 hs.
Domingo 7/4, 18:00 y 23:00 hs.
Lunes 8/4, 20:30 hs.
Martes 9/4, 18:00 hs.
Miércoles 10/4, 20:30 hs.

Palabras claves: aymara, Cine, Óscar Catacora, wiñaypacha

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