Desigualdad: ascensor social roto, escaleras largas

Desigualdad: ascensor social roto, escaleras largas
5 abril, 2019 por Tercer Mundo

En el mundo, se profundizan las desigualdades sociales, tanto en la naciones desarrolladas como en las más pobres.

Por Lucas Gatica, desde España, para La tinta

Suele decirse que el continente latinoamericano es el más desigual del mundo. Tampoco Europa se salva de ese flagelo que azota a nuestras sociedades, según el informe ¿Un ascensor social roto? Cómo promover la movilidad social, realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

No es ninguna novedad que el mundo es injusto y desigual. Hoy en España, Argentina o Brasil, a inicios del siglo XX en Estados Unidos y en la época victoriana en Gran Bretaña o Francia. Estamos habituados a vivir en un lugar donde las 26 personas más ricas poseen la misma riqueza que los 3.800 millones más pobres, donde ocho personas acumulan más riqueza que la mitad de la población mundial y muchos más etcéteras. Todas cifras absurdas.

Siguiendo las principales conclusiones del estudio de la OCDE, el anhelado ascenso social -esos mecanismos socioeconómicos a través de los cuales las nuevas generaciones podrían superar a sus propios padres en la escala social- está estancado y tiene muchas paradas. El camino, si es que se llega al final, es muy complicado.

En el caso de España, una persona nacida en un entorno de bajos ingresos tardaría, al menos, cuatro generaciones -más de 100 años- para poder acceder a un nivel de renta medio. Ese tiempo que necesita un español o una española para ascender peldaños en la escala social es de una media superior en comparación con el de otros países europeos. Es en los países nórdicos donde el ascensor socioeconómico va a una velocidad mayor. Sin embargo, según la OCDE, hay señales claras que la situación de superación social ha desmejorado en los últimos años, ya sea en el sur de Europa como en los países más ricos del norte.

Desigualdad entre ricos y pobres la-tinta

Lo que arrojan estudios de este tipo es que la lotería donde uno nace dictamina, en gran medida, el tipo de trabajo, la renta y el acceso a prestaciones sociales que podría conseguir en vida. Los resultados del informe muestran que el origen familiar se constituye como el elemento fundamental para definir si se gozará o no de una mejor perspectiva laboral a futuro. A ese combo, se le suma la ralentización de la economía y la prosperidad, dificultando todo el panorama.

Estados Unidos

El país del tío Sam es el paradigma del esfuerzo propio y la superación individual. A esa idea meritocrática de la sociedad estadounidense, se le antepone la creciente e inmensa desigualdad de sus ciudadanos y sus ciudadanas. Por ejemplo, según un artículo de la prestigiosa revista médica británica The Lancet, esa desigualdad tiene repercusiones en la esperanza de vida. Siempre han vivido más los ricos que los pobres, pero lo que dice ese artículo científico es que la brecha de la esperanza de vida podría ensancharse, pasando de tres a cinco años de diferencia entre unos y otros.


No solo en la dimensión de ingresos económicos es que se esparce la desigualdad. Este estudio muestra el importante vínculo que tienen los ingresos con otras dimensiones vitales, en este caso, la salud.


El país que se fundó bajo el ideal meritocrático también comienza a mostrar preocupación por la desigualdad. Los especialistas señalan a las diferencias en las remuneraciones por trabajo, la política fiscal que favorece a las grandes riquezas, la debilidad de los sindicatos o los cambios regulatorios como las principales causas a la hora de explicar el florecimiento de la desigualdad socioeconómica y la paralización del ascensor social en Estados Unidos.

Estados Unidos pobreza la-tinta

¿Capitalismo = desigualdades?

Como hace un tiempo viene señalando Thomas Piketty, economista francés rockstar, autor de El capital en el siglo XXI, el capitalismo actual resulta inexplicable sin el factor de la inequidad. Según sus estudios, las desigualdades no han parado de crecer desde hace décadas. Pareciera que el aumento de la desigualdad va acompañado y al unísono con la paralización en la movilidad social en las naciones desarrolladas.

Una cuestión preocupante es que, según Piketty, el capital seguiría sus propias leyes, que no pueden ser contrarrestadas por las democracias y los gobiernos de turno. En consonancia, para Wolfgang Streeck, el capitalismo inevitablemente subvierte la democracia, que secuestra la soberanía económica de los países por parte de las finanzas internacionales.

Las preguntas sobre el efecto de la desigualdad en la calidad democrática siguen totalmente abiertas.

America Latina represion a indigenas la-tinta

El contexto latinoamericano viene siendo sacudido por distintos terremotos políticos y sociales. En estos últimos años, la región ha experimentado un giro hacia la derecha conservadora: Mauricio Macri en la Argentina, Jair Bolsonaro en Brasil, la vuelta de Sebastián Piñera a La Moneda en Chile. Ese pareciera ser el nuevo aire de la región. Estas mutaciones en la orientación ideológica parecieran jugar a favor de la profundización de las desigualdades.

Tarea difícil con la que se encuentra Latinoamérica. Basta observar los últimos datos de pobreza del INDEC en Argentina. Además de resolver las asignaturas pendientes que arrastramos desde hace décadas, la región tiene como reto perfilar el tan ansiado crecimiento con equidad y desmitificar el origen y curso de las desigualdades económicas bajo un fondo musical de derechas.

*Por Lucas Gatica para La tinta

Palabras claves: Desigualdad, Estados Unidos, Latinoamérica

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