¿Cómo se llora otra pibita muerta?

¿Cómo se llora otra pibita muerta?
16 abril, 2019 por Redacción La tinta

Por Diego Valeriano para La tinta

¿Cómo se llora otra pibita muerta? ¿Cómo se apaga eso que tanto duele?

¿Cómo se sigue? ¿Cuánto escabio, cuántas pastillas, cuantas puteadas, cuánta falopa, cuánto odio y
devastación? ¿Cómo se vive la ausencia infinita de una nena de 11?

¿Quién entiende el miedo de todas las pibas? Ese miedo que casi ni se dice, ese miedo que nace cuando cae el sol, cuando van al almacén, cuando el cuerpo es otro, cuando quedan solas con el novio de la mamá. Ese miedo que apenas se desvanece cuando sale el sol.

Mataron a Sabina y el llanto se repite, lo inexplicable se hace diario y el terror, de manera absurda y manija, es algo con lo que se aprende a convivir.


El barrio se hunde, las aulas se oscurecen, las amigas quedan mudas para casi siempre, las mamás abrazan fuerte escondiendo el llanto y ya nada va a ser lo mismo nunca más. ¿Y qué va a hacer el jefe de calle, la psicóloga, el educador que va tres veces por semana al barrio, la trabajadora social del juzgado, el gordo de la rotisería, todos los pajeros, el curita nuevo?


¿Qué candidato va a nombrar a Sabina? ¿Dónde va a ser bandera, pintada, posteo, consigna? ¿Quién se va a acordar en una semana? ¿Quién va a marchar cuando se cumpla un año?

La soledad de la mamá apenas acompañada por todas las mamás del barrio. El vacío que es para siempre. La gorra que nunca cree, la ausencia de todo a esta hora, a cualquier hora. Un escracho en la piel que duela para siempre. La desesperación por ser pibita que estruja la boca del estómago hasta hacerse grito.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Por Diego Valeriano para La tinta.

Palabras claves: Femicidio, La Rioja, Violencia de género

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