Tres proyectos locales de diseño en clave feminista

Tres proyectos locales de diseño en clave feminista
15 febrero, 2019 por Soledad Sgarella

Por Soledad Sgarella para La tinta

Sabemos que tanto el arte como el diseño no son, jamás, neutrales. Creamos imágenes y objetos, y a través de ellos, compartimos mensajes. Explícitos en una frase sobre una remera o no, cada vez que diseñamos, decimos, así como lo hacemos cada vez que elegimos qué nos vamos a poner o cómo vamos a decorar los espacios que habitamos.

El diseño se encarga de conciliar la función utilitaria de un objeto con los aspectos estéticos y es ante todo, una actividad creativa. Por tanto, genera significados y sentidos, no solo en los procesos de producción de los objetos sino en sus formas de realización y de distribución.

El diseño está, como todas las actividades culturales, atravesado por nuestras ideologías y valores.

Si sentimos y pensamos desde el feminismo, pues entonces intentamos -y soñamos- producir y comercializar con las lógicas feministas: cooperativas, respetuosas, críticas, inclusivas.

En un campo como éste, donde las mujeres y disidencias no hemos aparecido como protagonistas ni narrades como tales en su historización, donde nuestras producciones han sido subvaloradas y confinadas al ámbito de la sala de manualidades, los feminismos -como perspectiva y como manera de vivir- vienen construyendo otras formas de ser, de hacer y de mostrar el diseño.

En Córdoba las propuestas son múltiples y diversas. Las iniciativas se contagian, se agrupan. Los proyectos son colaborativos y les diseñadores feministes vienen a plantar la certeza de que nuestra calidad de vida, la de todes, puede ser mucho mejor.

La tinta seleccionó, arbitrariamente, tres ejemplos del prolífico y hermoso universo del diseño feminista local.

Joyería anti elite

Dani Culasso es joyera desde los 18 años y La Suertecita es su proyecto. “También soy comunicadora social y estudié algo de diseño gráfico y de artes visuales. Me fascina comunicar desde lo visual” nos cuenta.

“Me encantan las herramientas y el trabajo a mano y poder convertir ideas en dibujos y dibujos en cosas para ponerse. Hago calados a mano (con arco y sierra) en plata y en alpaca, y a veces combinando con piedras naturales. Cuando trabajé en una joyería, me llamaba la atención que siendo el público comprador principalmente femenino, y las vendedoras también mujeres en su mayoría, la orfebrería parecía ser un ambiente de hombres: «¡oh! ¡una mujer orfebre! qué raro».  Hoy ya no es tan raro, las lógicas están cambiando, las estamos cambiando. Hago diseños feministas y disfruto mucho de hacerlos, porque me conecta con personas con las que coincido ideológicamente”  agrega la diseñadora.

“La joyería nunca es solo un adorno, siempre lo que llevamos puesto significa algo, sea personal o ideológico, siempre los objetos con los cuales nos adornamos dicen algo de lo que sentimos y pensamos. Llevar símbolos feministas, pañuelos verdes, frases y consignas como «se va a caer», nos conecta en cualquier lado. También nos lleva a iniciar debates con otres y creo que provocar también es intencional, aunque sea hacer ruido para visibilizar.

Nos vemos un pañuelo verde y nos sonreímos, veo una consigna feminista o un símbolo y ya me predispongo de otra forma con quien tengo enfrente. Empezamos la conversación con alguien siempre con pre-juicios (ni buenos, ni malos), basados en lo que vemos, o en lo que le otre nos muestra de sí. Los símbolos que llevamos puestos tienen la intencionalidad de dirigir activamente esos prejuicios, sin dudas y sin ambigüedades. Si llevo un símbolo del feminismo colgado al cuello ya estoy diciendo un montón de cosas que pienso, antes de abrir la boca.

Por otro lado,  la forma de funcionamiento de la economía feminista es increíble, tejemos redes virtuales y reales, buscamos romper las lógicas del capitalismo todo lo que se pueda o empujar sus márgenes. En estas redes se valora el trabajo artesanal y el trabajo en general, se recurre al trueque, a agruparnos para generar cosas cuando sola no se puede, a personalizar para que todes podamos hallar algo que nos quede, que nos guste y que nos identifique. Se valora el tiempo de le otre.  Se valora el encuentro entre quienes estamos tirando para el mismo lado e intentando sacudir las mismas estructuras patriarcales, la palabra, el ánimo, el abrazo, no se limita al intercambio, porque lo importante es el encuentro.

Nunca aspiré a hacer joyería elitista (y cara), porque me resulta clasista. Me gusta hacer piezas accesibles, populares, que todes pueden usar si se identifican con ellas. Voy mediando entre los costos, los materiales nobles, las formas de producir cada objeto con amor y dedicación, a pedido, a medida porque todes somos uniques” concluye Daniela.

Juguetes para niñxs libres

Lula Pardo es un proyecto autogestivo e independiente “que surge desde el juego de crear objetos sensibles y originales que sean respetuosos con lxs más peques. Pintados a mano y cosidos con mucho amor, y en los que, por sobre todo, prevalece la ternura”, según las palabras de Lucía Luna, su creadora.

“A través de la creación de mis personajes, intento romper con ciertos patrones o paradigmas instaurados en torno a estereotipos y roles de género que desde siempre estuvieron presentes en los juguetes y juegos que les damos a nuestrxs niñxs durante su infancia. Busco transmitir que el juego sea libre sin condicionamientos sexistas” cuenta a La tinta.  “Es un placer para mí poder trabajar haciendo lo que más me gusta y aportar mi granito de arena en este cambio cultural que se está produciendo. El feminismo me ayudó a empoderarme y a confiar en mí. 

Poder llevar adelante un proyecto por fuera de las estructuras de poder y opresión de este sistema imperante en el que vivimos. Destaco la importancia y el valor del trabajo artesanal, donde los precios son justos tanto para quien los produce como para quien los compra”.

Indumentaria con onda para todes

María José Velasco, es diseñadora de indumentaria y vive en Traslasierra. “Hago diseño de indumentaria ya hace varios años. Personalmente me resultó una herramienta donde pude crear, relacionarme con otras mujeres, conocer nuevos espacios. En este momento estoy confeccionando camisas, y trato de abarcar diferentes talles, manejando un precio accesible. Las pueden usar para trabajar, salir, estar cómodas y las llevan desde adolescentes hasta señoras de 70 años… ¡me encanta ver a una mujer de esa edad ponerse una camisa con estampas super coloridas e irse contenta!”, contó a nuestro medio.

Con su marca de ropa NUuk participa activamente de la Feria Feministas Trabajando Córdoba desde hace un año y dice: “La Feria es un espacio donde me formo, intercambio experiencias, trabajo, me capacito, y por ejemplo, el año pasado, en este grupo tuve la posibilidad junto otras compañeras de pedir un préstamo para invertir en mi  proyecto”.  “Creo que el diseño es una gran herramienta para manifestar cierta incomodidad social. La indumentaria es una forma de comunicación no verbal que refleja muchas cuestiones sociales y va desarrollándose en un contexto… históricamente el feminismo pudo materializar su lucha y transgredir estructuras de la sociedad a través de la indumentaria.  Es importante por ejemplo la inclusión de modelos que no reflejen el clásico ideal de belleza impuesto por este sistema de consumo. Tengo pensado ampliar la curva de talles e incluir más cuerpos y que todes puedan irse con una camisa, también hacer un modelo unisex ,una camisa sin género y ya estoy trabajando en eso”.

Así como en otros espacios, en el diseño también las mujeres y disidencias nos hacemos lugar a la fuerza. No nos regalan nada, lo tomamos nosotres. Seguimos construyendo el mundo nuevo que queremos habitar, con el intenso deseo de desmontar las definiciones hegemónicas en el mundo del arte, el diseño y la cultura en general y construir escenarios transformadores que nos alberguen a todes.

*Por Soledad Sgarella para La tinta.

Palabras claves: Daniela Culasso, Diseño, Feria Feministas Trabajando, Indumentaria, Joyería, Juguetes, La Suertecita, Lucía Luna, Lula Pardo, María José Velazco, Nuuk

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