¿La izquierda no puede hacer memes?

¿La izquierda no puede hacer memes?
25 febrero, 2019 por Redacción La tinta

Por Juan Ruocco

En 2016, durante su décimo novena temporada, South Park sentenció las elecciones presidenciales entre Hillary Clinton y Mr. Garrison  -un proxy de Donald Trump-  como la contienda entre un sánguche de mierda (turd sandwich) y un forro gigante (giant douche). Más acá del canal de Panamá, se nos viene a la cabeza un chiste de @brauerbrun sobre el sistema democrático como la elección, con sabor a nada, entre “chicken or pasta” en el avión.

Ante un mundo, de mínima, complejo y cambiante, alguna gente joven moviliza la reacción restauradora de “occidente” en espacios como 4Chan. Pero no todo está perdido. Una aldea gala, progresista, de izquierda y filo-marxista, resiste. Ahr. En internet, florecen podcasters, youtubers y otros yuyos que leen, interpretan y proponen narrativas de izquierda al dilema democrático del sorete y el forro. Les favorites: Contrapoints y Chapo Trap House. Pero no todo queda en internet. Alexandria Ocasio-Cortez es la primer política, joven, hija de inmigrantes, que gana un escaño en el congreso de Estados Unidos post Trump. Sus enemigos no paran de acusarla de socialista.

El desencanto con el establishment también puede ir por izquierda.

ContraPoints-Natalie-Wynn

ContraPoints

Natalie Wynn es una chica trans que se dedica a hacer videos de Youtube. Su canal, ContraPoints, tiene 438 mil seguidores y 7366 Patrons, una plataforma que permite monetizar contenido online. Su video más exitoso —donde explica y refuta la lógica argumentativa de los incels—  tiene 1.7 millones de vistas. Con un background en filosofía y una clara inclinación hacia el drag, ContraPoints discute temas vinculados con la justicia social y adyacentes con el objetivo de:

“Ofrecer un contrapeso al odio, tan común en internet, hacia los movimientos progresistas. Con estilo, trato de agradar a la audiencia, pero también trato de evitar la prédica sobre cosas en las que la mayoría está de acuerdo. Trato de hacer videos que yo quisiera ver: bien producidos, informados, graciosos y entretenidos”.


Sus videos son geniales, sus argumentos bastante sólidos y sus actuaciones tienen el nivel suficiente de producción como para volverse un contenido solicitado en la red. Viral y de izquierda no son contenidos comunes. Más bien, todo lo contrario. El principal aporte de Natalie al desarme de posiciones de derecha, como el racismo o el machismo, se basa en salir del mero lugar del sentirse ofendido para poder discutir el núcleo: los argumentos.


Contrapoints se toma el trabajo que nadie en la izquierda quiere hacer: refutar lo que parece “obvio”. Cualquier persona con un background en ciencias sociales, con el CBC terminado o con un poco de empatía por otros seres humanos, se da cuenta, al toque, que la nueva derecha, muchas veces, roza con la idiotez. Es el dilema de discutir, en serio, con un terraplanista. Pero la realidad es que no queda otra. Si no se da la discusión, la derecha copa las explicaciones sobre el mundo.

Alguien tiene que meter los pies en el barro. Hay que agarrarse a piñas con el sentido común. ContraPoints se hizo cargo y, por eso, le amamos.

“El disenso político comienza con los vagos sentimientos de que algo anda mal. Y un montón de gente siente que las cosas, así como están, no funcionan. Pero el problema con sentimientos vagos es que pueden canalizarse hacia cualquier dirección. La misma ansiedad puede llevar a la gente al comunismo o al fascismo, o a cualquier cosa en el medio. El sentimiento general entre gente joven es el de que nos mintieron -y ese sentimiento es quizás el más agudo entre los hombres blancos de clase media, a quienes aparentemente les prometieron que podían ser millonarios o dioses cinematográficos o estrellas de rock-. El término “copito de nieve especial” que se usa hoy como derogatorio de los adolescentes homosexuales viene en realidad de la película El club de la pelea, donde refiere a una generación de tipos blancos que crecieron sólo para darse cuenta que son más debiluchos que sus viejos; que no tienen laburos glamorosos; que no tienen novias; y, más recientemente, que en el mundo de los videojuegos su soberanía está siendo desafiada (…).

La cosa es que los tipos blancos no están ni siquiera equivocados con el hecho de que la sociedad los está cagando de alguna manera. El tema es que está cagando a todos los demás aún más. Así que la masculinidad de todo este análisis derechoso de la sociedad está exactamente al revés: chabones, ustedes no están siendo dominados por una conspiración judeo-feminista para convertirlos en unos putitos sin voluntad***. El marxismo cultural no fue el que te convirtió en un consumidor plácido de IKEA. Ese fue el capitalismo”.
ContraPoints. What’s wrong with Capitalism Part 1.

Chapo Trap House

All I wanna be is El Chapo

Así como Contrapoints triunfa en Youtube con una narrativa progre, Chapo Trap House lo hace en otro formato: el podcast.

Se conocieron por Twitter posteando sobre el panorama político yanki. Alrededor de 2016, devinieron en podcast de comentario y sátira política; el año pasado, editaron su propia guía para alcanzar la Revolución (igual, te recomiendan que no la compres). Will Menaker, Matt Christman, Felix Biederman, Amber A’Lee Frost, y Virgil Texas son Chapo Trap House y mapean “el panorama podrido de la política y la cultura norteamericana contemporánea, a través de nuestra ideología científica de la ironía, un marxismo medio pelo, disciplina revolucionaria, NoFap November** y postear en internet”.

Van por el programa 286 y —entre una dinámica que discurre a base de largos comentarios sobre el panorama político, toneladas de referencias bizantinas de internet y el destrozo sistemático de editoriales escritas por periodistas y políticos de todos los wines en medios mainstream— recibieron la bendición de ser reseñados por la New Yorker como parte de la izquierda crota.

Ahora son famosos, viven de las miles de suscripciones pagas a su podcast, pero alegan haberlo perdido todo en una mala inversión en Bitcoin Dark —una criptomoneda falopa— .

Y sí, es por abajo:

“No sabemos mucho. Pero sabemos esto: mientras que la oposición liberal a Trump (y a cualquiera otra pesadilla que venga después de Trump) se revela como incompetente e irresponsable, más y más gente se va a dar cuenta que no se puede emparchar un sistema basado en la explotación y crecimiento económico infinito. El socialismo emergerá como la única alternativa genuina al gángster, salvaje y desesperanzador sistema capitalista -una alternativa que efectivamente ofrece un futuro; uno donde hay recursos suficientes para cuidar de todos y asumir los desafíos de la Humanidad con un toque de dignidad. Es eso o nos vamos a ahogar en agua marina hirviente. Siempre es bueno tener opciones”.

Alexandria Ocasio Cortez-AOC

“America’s favorite commie”: Alexandria Ocasio Cortez (AOC)

Alexandria Ocasio Cortez (AOC), congresista demócrata-socialista à la Bernie Sanders por Nueva York, con sólo 29 años, derrite el hielo de los corazones progres y enciende la furia de Fox News. Desde un bar/bunker de campaña repleto de los que podrían ser el símil de los comensales de brunch dominguero en Café Crespín, Alexandria Ocasio Cortez, demócrata socialista oriunda del Bronx, se entera que acaba de ganar la interna demócrata para disputar la banca por el distrito de Nueva York para la House of Representatives. Mientras sale en vivo para un canal local de televisión, recuerda en voz alta el discurso de su video de campaña:

“Sé que todas y cada una de las personas acá se rompieron el culo para cambiar el futuro del Bronx y Queens. Y que esta victoria le pertenece a cada una de las organizaciones de base que laburaron por esto, a cada padre laburante, a cada mamá, a cada abuelo, a cada miembro de la comunidad LGTB que trabajó por esto. Cada uno es responsable de esta victoria”.

En 2018, ganó primero la interna partidaria; luego, un lugar en la cámara baja como representante del Bronx y Queens contra el republicano Anthony Pappas a fuerza de “100% territorio”, cero guita de empresas y una agenda cuasi chechena para el estadounidense promedio: educación universitaria gratuita; salud gratuita y un nuevo compromiso con el cuidado del ambiente. Amada por el progresismo yanki y temida por Fox News y CNN. Estos, sin embargo, parecieran entender mejor de qué la va su plataforma que los mismos demócratas, aún preguntándose cómo puede ser que Trump le haya ganado a Hillary.

“Esta elección es la de la gente contra la plata. Nosotros tenemos gente, ellos tienen plata. Es momento de que nos demos cuenta que no todos los demócratas son iguales. Que un demócrata que toma plata de las empresas, que se beneficia del remate de propiedades hipotecadas, que no manda sus hijos a nuestras escuelas, que no toma nuestra agua o no respira nuestro aire no puede representarnos ni ahí”.


Ocasio Cortez es la primera política de izquierda yanki en ganar una elección post Trump con un discurso anti establishment. Al arsenal de skills que un político tiene que tener, la elección de Trump le sumó una: volverse un meme.


Hace unas semanas, Ocasio fue el objetivo de una fallida campaña de difamación. Un miembro del partido Republicano se burló de un video de ella bailando en una terraza que había grabado cuando estaba en la universidad. El video se volvió viral, favoreció a Ocasio Cortez y la convirtió en una celebrity en Twitter. Además, su equipo de prensa está en constante búsqueda de espacios donde hacer contenido y generar conversación. Ocasio Cortez usó Twitch —una plataforma de streaming de video juegos— para hablar sobre los derechos de las personas transgénero. Es común que, al menos una vez a la semana, aparezca un thread suyo en 4chan. Si la montaña no va a Mahoma…

Batalla cultural

Volvió la batalla cultural. Y en forma de fichas.

De forma esquemática, la batalla cultural se entiende como la lucha entre dos ideologías por instalar una explicación hegemónica —única o, al menos, mayoritaria— de cómo funciona el mundo. Es en ese marco donde el comentario de arriba hace sentido. Después de muchos años de estar relegada en el plano cultural, la derecha hizo la tarea, leyó a Gramsci y la escuela de Frankfurt, y se dio cuenta que, si quería sobrevivir, no podía quedarse callada.

En esa clave, para ellos, las elecciones de 2016 fueron una batalla cultural donde desplegaron su arsenal más temido: los memes. El resultado de la elección se tomó como una victoria del eje conservador y una reafirmación de la importancia de dar la pelea en el plano del discurso.

memes-izquierda-derecha

Left can’t meme

Van casi dos artículos hablando de memes y todavía no di una definición clara. Un meme no es sólo una imagen graciosa de Internet hecha en paint. La primera vez que me crucé con la definición de meme fue en un texto del filósofo analítico Daniel Dennet que, a su vez, cita al biólogo Richard Dawkins. Según la interpretación de Dennet, los memes pueden ser ideas, objetos, eventos, con alta capacidad de auto replicarse y soportar la presión selectiva del entorno cultural. Esto quiere decir que cada meme “lucha” contra los otros memes para captar la atención de los agentes y luego replicarse. La rueda, por ejemplo. La rueda es un invento y, a la vez, un propio transmisor de la idea de rueda. Cada rueda es un objeto con cierta utilidad a la vez que un vector de su propio meme. Y los memes compiten entre sí, en la cultura, para replicarse y garantizar su existencia a lo largo del tiempo. Pueden ser un video, una frase, una foto. Lo que venga.


El meme de arriba tiene un punto. Los memes de derecha son efectivos. Trabajan sobre el sentido común, refuerzan estereotipos y pueden ser agresivos. Para hacer chistes, la tienen más fácil. La izquierda está en desventaja. Hay una asimetría de longitud entre el sentido común y su crítica. Es más fácil replicar el sentido común —que, en general, es conservador— que esbozar una crítica. Pero hoy, esa capacidad de hacer síntesis para explicar y transmitir un contenido es crítica.


Chapo, ContraPoints y AOC son ejemplos de que es posible romper esa asimetría. Se puede, y es urgente, crear contenido viral progre. De eso depende en gran medida el rol que ocupe en el discurso público y, por lo tanto, en la política.

En definitiva, se trata de la lucha por instalar una narrativa. Los conservadores se actualizaron rápido y utilizaron todo el desencanto con el sistema político para llevar agua a su molino. Ahora la izquierda, el progresismo, tiene que recuperar terreno y ofrecer una alternativa al establishment por izquierda. Esto es, con todos adentro: inmigrantes, trans, pobres y desclasados. Un frente contra el racismo y el odio. La clave está en la magia de los memes.

* Por Juan Ruocco

Palabras claves: comunicación política, Internet, meme

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