El romper de la ola: Articulación de Mujeres Brasileñas

El romper de la ola: Articulación de Mujeres Brasileñas
7 diciembre, 2018 por Redacción La tinta

Del 26 al 30 de noviembre, cientos de personas de América Latina y el mundo viajaron a Buenos Aires para participar del Foro Feminista contra el G20. Detrás de las vallas que blindaron al foro presidencial, y en el marco de la Cumbre de los Pueblos, mujeres viejas y jóvenes, lesbianas y trans, indígenas y urbanas, se reunieron para compartir experiencias y desafíos de uno de los pocos movimientos sociales que crece y avanza mientras la derecha se imponen en los gobiernos de diversos países. Compartimos en esta serie algunas de las voces que estuvieron presentes en ese encuentro.

Por Lucía Maina para La tinta

Esta mañana un amigo me manda un gif. La cara de Bolsonaro que se va transformando en la cara de la Bullrich. Le sigue el emoticón de la manito, esa que señala hacia arriba, hacia el gif, y unas letras: “Esto es lo que me tiene paralizado en el último tiempo”. Casi a la misma hora, otro amigo me manda un enlace a un artículo de Martín Caparrós sobre el despertar de la ultraderecha en España con el partido Vox y la integración de ese país a esta ola de fascismo mundial.

Pero yo, esta mañana, quiero hablar de la otra ola. Quiero subirle el volumen al rugido que las mujeres estamos haciendo en todas partes, porque no hay mejor remedio para la parálisis que la acción. Y no hablo de la necesidad desesperada de creer en algo. Sino de voces y cuerpos que son, que están, que resisten; de carnes que emanan pensamiento en la diversidad; de un movimiento donde miles de caras se suman a miles de otras y dan batalla. Ese olor, ese temblor se concentró la semana pasada en Buenos Aires: el Foro Feminista contra el G20 fue en estos días el lugar por excelencia de la esperanza. Y no hablo de palabras ni de futuros, sino del estar haciendo, del constante estar rompiendo de las olas, contra todo y a pesar de todo.


Ahí, en esas aguas, entre seminarios internacionales, tribunales ético populares y charlas coordinadas por feministas del mundo llegadas a la capital argentina, hablamos con Nathalia Zie de la Articulación de Mujeres Brasileras, para saber cómo vive y cómo surfea el verde en las tierras que están a punto de ser comandadas por Jair Bolsonaro, que asumirá como presidente de ese país el primero de enero de 2019.


La Articulación de Mujeres Brasileras (AMB) fue fundada en 1994 y “trabaja para el fortalecimiento del campo democrático popular de los movimientos sociales, buscando establecer alianzas en las luchas sociales de América Latina, profundizar lazos entre mujeres de distintos movimientos sociales y fortalecer el carácter contra hegemónico de la lucha feminista”, según explican desde la organización. Las acciones de la AMB son muchas, tantas como las causas y temas que abordan las mujeres en todo el país y que se organizan en lo que llaman Frentes de Lucha, que van desde el enfrentamiento al racismo y la homofobia hasta la democratización del poder, desde la libertad afectiva y sexual de todas las personas hasta la construcción de otra economía y la redistribución de la riqueza.

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(Imagen: Emergentes)

—¿Cómo se organiza la AMB? ¿Cómo están viendo y enfrentando esta etapa particular en Brasil, con este avance de la derecha?

—Con la Articulación de Mujeres Brasileras estamos organizadas por todo el territorio: tenemos los Frentes de Lucha, como los llamamos, y cada activista se puede sumar al frente que le apetezca dentro de su territorio. Ahora, estamos mirando a muchos asuntos que son importantes para nosotras como la autodeterminación reproductiva y la lucha por la legalización del aborto. También la lucha por la lesbofobia, la lucha por políticas públicas de género que están muy amenazadas. Este gobierno ha dado origen al término de “ideología de género”, que pretende decir que nosotras, las feministas, queremos destruir la familia y con este argumento nos intentan criminalizar. Estamos en esta lucha y también por el fin de las violencias y explotaciones de las mujeres en la economía y en el mercado.

—¿Cómo se está dando en Brasil la lucha por la legalización del aborto? ¿Cómo trabajan este tema desde la AMB?

—Yo estoy en un estado de Brasil, Mato Grosso del Sur, que está en la frontera con Paraguay y Bolivia, y nosotras tenemos una fuerte incidencia en la lucha por la legalización del aborto. Primero, porque estamos en la frontera y hay un acceso a medicamentos abortivos en la frontera; Paraguay y Bolivia son puertas de entrada del medicamento para Brasil. Después, porque en 2007 tuvimos una experiencia, que fue muy simbólica para Brasil y para América Latina, donde el estado quería criminalizar a diez mil mujeres que pasaron por una clínica de planeamiento familiar, donde se hacía interrupción voluntaria del embarazo.


Ante esto, nosotras desde Articulación de Mujeres Brasileras y de otros movimientos locales de mujeres en la política, los partidos, nos involucramos con esta situación y con apoyo de mujeres de todo el Brasil y de otros países de América creamos el Frente Nacional por la Legalización y Descriminalización del Aborto, que es un frente que hoy acompaña en toda la nación la lucha y hace incidencia política desde el Congreso Nacional hasta las instancias mas regionales por el derecho a la salud pública, al planeamiento familiar y al aborto seguro.


—¿Cuál es la situación legal en relación al aborto en Brasil?

—En Brasil tenemos tres casos en que se puede hacer el aborto: cuando la mujer tiene riesgo de vida, cuando el feto no puede sobrevivir, y en caso de acoso sexual, abuso, violación. Hay un servicio de aborto legal, que el estado garantiza a las mujeres en estos tres casos, pero de los 65 servicios hoy solo 37 están funcionando en todo el territorio. Entonces incluso el aborto legalizado no está siendo garantizado a las mujeres.

—Desde la AMB también se han involucrado con problemáticas ambientales y del agronegocio que se sufren en algunas regiones del país…

—En especial en Mato Grosso del Sur estamos acompañando las violencias contra las mujeres del campesinado, muchas indígenas. Es el segundo estado con mayor población indígena de Brasil, y allá sufren mucho con los conflictos de tierra y hay muchas violencias por parte del agronegocio, que se está expandiendo cada vez más. Y ahora, con esta perspectiva del gobierno cruel e irresponsable que asumirá en enero de 2019, tenemos articulaciones locales para pensar cómo vamos a incidir en esta situación, porque es un gobierno que tiene muchas relaciones con los grupos del agronegocio, con grandes propietarios de tierra, que no se preocupa por el medio ambiente, la agricultura familiar.

Se somete a los pueblos indígenas de Brasil a situaciones de extrema pobreza, sin trabajo o con trabajo esclavo, entonces hay situaciones en que los conflictos por la tierra generan muchas muertes en las poblaciones indígenas. Mato Grosso es un departamento donde se matan muchos indígenas, que están con el arco y la flecha contra los grandes latifundistas que están armados, y que ahora tienen la protección del estado militarizado que ha sido electo. Entonces es una situación muy compleja y que nos preocupa mucho en Brasil.

—¿Cómo se vive en estas comunidades la situación de las fumigaciones con agrotóxicos y sus consecuencias, que también se sufre aquí en Argentina?


—Brasil vende mucho agrotóxico a todo el mundo y consume mucho también. Entonces muchos indígenas de la etnia Guarani Kaiowa, que están en el territorio de Paraguay y parte de Brasil, están al margen de la sociedad y de las tierras y se quedan a vivir en espacios cerca de las vías, porque no tienen tierra: todas las tierras son de monocultivos, de soja, de maíz, de caña, y también de pasto para ganado. Entonces se quedan en la vera de las vías y sufren presión de propietarios de tierras: hay situaciones de indígenas que mueren por intoxicación con agrotóxicos, porque hay una práctica, que es legitimada y permitida por el estado, de uso de agrotóxicos con dispersión por avión en esas áreas. Y esto ya ha causado la muerte de mujeres líderes indígenas que están en estas áreas por intoxicación.


—Aunque la asunción del próximo gobierno será en las próximas semanas, ya desde el gobierno de Michel Temer se vienen viviendo políticas de derecha en el país. A su vez, durante las últimas elecciones vimos a un sector de la población que está votando y defendiendo la mirada racista y misógina que representa Jair Bolsonaro. ¿Cómo están viviendo esta situación desde el feminismo?

—Para nosotras es muy difícil de creer, porque nuestra lucha en Brasil con AMB empezó en 1994, y con otros movimientos venimos trabajando en políticas públicas, abriendo espacio con partidos políticos, y ahora estamos viendo muchos de nuestros derechos retroceder, estamos perdiendo derechos. En estos dos años después del golpe de Estado ya vimos cómo disolvieron el ministerio de políticas para mujeres, igualdad racial y derechos humanos. Entonces todas nuestras conquistas están retrocediendo, y es muy difícil para nosotras lidiar con esto, es difícil de creer que estamos en este punto. Pero el fascismo avanza en Brasil y en América latina. Entonces nuestra lucha es crear nuevas estrategias para hacer frente a esto, evitar retrocesos más que intentar garantizar nuevos derechos, porque ahora el escenario no nos da muchas perspectivas para eso, porque es muy violento y muy criminalizador también. Por eso, necesitamos apoyo de las feministas, de las mujeres que se sientan sensibles a nuestra causa, que puedan mirar con solidaridad a nuestro territorio, a Brasil y a la situación que estamos viviendo.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Por Lucía Maina para La tinta

Palabras claves: aborto, Bolsonaro, Brasil, feminismo, G20, Romper la ola

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