Chocar de frente la calesita

Chocar de frente la calesita
12 diciembre, 2018 por Redacción La tinta

El sector automotor ocupaba un rol central en la industria local por el valor agregado, el encadenamiento productivo, las redes de proveedores, el empleo generado y su centralidad en el comercio exterior. Un informe reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) revela que el gobierno de Mauricio Macri produjo 11% de caída en la producción de vehículos, 29% de caída en las ventas de automóviles producidos en Argentina y 53% de aumento en la venta de importados. Se perdieron 4.469 puestos de trabajo entre 2015 y 2018, fundamentalmente de PYMEs.

Por Débora Ascencio para Nuestras Voces

Desde la posconvertibilidad, el complejo automotor–autopartista creció de manera prácticamente ininterrumpida, a partir de los acuerdos comerciales con el MERCOSUR y el crecimiento los mercados internos de Argentina y Brasil. Sin embargo, el desempeño económico financiero de la industria automotriz comenzó a deteriorarse a partir 2015. El gobierno de Mauricio Macri ni siquiera “defendió” al sector al que pertenecía la empresa emblema de la Famiglia frente a la preponderancia del sector financiero-especulativo: hubo caída en la producción de vehículos, caída en las ventas e incremento de la participación de los automóviles importados en el mercado local.

En cuanto al factor trabajo, el complejo automotor aglutina un 6% del total del trabajo industrial y el 1% del empleo privado registrado. Hacia finales de 2015, la evolución del empleo empieza a mostrar una caída sostenida hasta la actualidad. Concretamente, entre el primer trimestre de 2015 y el primer trimestre de 2018, la pérdida de puestos laborales ascendió a 4.469. Es decir, una reducción de 5,5% en la plantilla laboral. Dentro de la rama, el sector más perjudicado con una merma de más de 2.500 puestos de trabajo es fabricación de partes, piezas y accesorios, constituido en una amplia mayoría por empresas PyMEs.

El informe CEPA subraya que, a partir de la gestión Cambiemos, se destacan tres procesos íntimamente relacionados entre sí: la caída de la producción de vehículos, la caída en las ventas de automóviles producidos localmente y un aumento de la participación de automóviles de origen importado al mercado nacional. Asimismo, se verifica un incremento de las exportaciones y de las ventas de automotores en el mercado interno pero que, como se mencionaba previamente, no viene acompañado de un incremento de la producción local ni de la generación de empleo, sino que ambos procesos están en franco retroceso.

La participación de las importaciones sobre las ventas totales es alarmante para el derrotero del sector. El informe destaca el incremento del 53,8% en los primeros diez meses del año 2015 al 71,7% en el mismo periodo de 2018. Es decir, casi 20 puntos porcentuales en tan sólo 3 años, lo que implica un claro reemplazo de producción nacional por importada.

En conclusión, la política económica y sectorial de Cambiemos derivó en una suerte de sustitución inversa, a partir de la cual el mercado local es inundado con autos importados reemplazando la producción nacional. Bajo este esquema, las grandes ganadoras son las terminales automotrices, mientras que los grandes perjudicados son el sector autopartista y los trabajadores y trabajadoras de la rama, a partir de la caída en las plantillas laborales.

* Por Débora Ascencio para Nuestras Voces

Palabras claves: desempleo, Industria Automotriz

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