El rostro más duro de la pobreza en Etiopía

El rostro más duro de la pobreza en Etiopía
7 noviembre, 2018 por Tercer Mundo

El país de África Oriental, el segundo más poblado del continente, sufre una pobreza estructural que golpea principalmente a los niños y a las mujeres.

Por Richard Ruíz Julién para Prensa Latina

Abushu mira al espacio vacío, ajeno al tumultuoso tráfico de Addis Abeba, la capital de Etiopía; su mundo social se limita a la docena de muchachos parados o sentados junto al bordillo que separa las carreteras concurridas en un semáforo.

Cuando los autos se detienen a la señal de luz roja, camina hacia la ventana de un conductor, aparentemente al azar, y se traslada de un coche a otro antes de que el tráfico comience a moverse. Pasa la mayor parte de su día suplicando dinero, dirigiéndose a cada chofer como “Babaye”, un nombre que “los chicos de la calle” comúnmente le dan a cualquier extraño que entra en su radar.

Por todo atavío, tiene un abrigo de color caqui gris grasiento y con frecuencia tira hacia arriba de las largas mangas para revelar una pequeña botella de plástico cortada por la mitad.

Cuando la hilera de carros está en movimiento, inhala una sustancia grisácea dentro del contenedor, sujetándolo con fuerza. Es un pegamento que él, al igual que todos los compañeros a su alrededor, olfatean para quedarse espaciado en un lugar lleno de personas que le son indiferentes, que solo parecen interesados en lo que está haciendo, si logra atraer la atención de alguien.

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En absoluto. Ese es el momento en que prueba su suerte. Cada vez que alguien extiende una mano generosa hacia él, se aleja rápidamente. Pero afortunado o no, se mueve, mostrando pocas señales de alegría o tristeza.


“Vine como un bebé a esta área con mi madre”, cuenta, cediendo a la insistencia de este escritor para que se abriera. Se negó a dar su nombre completo o tal vez el real. Pasa por Abushu, un apodo por el que sus correligionarios lo llaman.


No conoce a su padre ni de dónde viene; solo reveló que su madre no está muy lejos vendiendo pañuelos, masticando chicle y otras “cosas”, en el borde de una avenida. De 14 años, es solo uno de los miles de adolescentes que desafían el ambiente de Addis Abeba, una ciudad bulliciosa donde el número de habitantes está sorprendentemente en aumento.

Es común encontrarse con mujeres jóvenes que acunan a sus bebés en brazos, adolescentes varones oliendo pegamento, personas mayores que caminan y piden, hombres sanos que duermen bajo largos puentes de cemento con trenes ligeros que pasan a toda velocidad sobre ellos, y niñas vendiendo goma de mascar y tejidos.

“Es una urbe que identificamos como punto de acceso para la vida en la calle”, comentó a esta agencia Feleke Jember, director de desarrollo de bienestar social del Ministerio de Asuntos Laborales y Sociales.

Etiopia Africa niños la-tinta

Admitiendo que era una estimación conservadora, Jember colocó la cifra de residentes a la intemperie en los principales centros urbanos, como Addis Abeba, Mekele, Dire Dawa, Hawassa, Bahir Dar y Adama, en casi 89.000, de todos los grupos de edad, hombres y mujeres.

“Agregue a esto el número de personas sin hogar que viven en las calles de pueblos pequeños, y la cifra es desalentadora”, puntualizó. Existen casi mil enclaves y pueblos en toda Etiopía.

“El problema –dijo- exige un enfoque integrado y coordinado y la creación de un fondo de seguridad social dedicado a mejorar la situación”.


En su opinión, las mujeres son las más vulnerables a la violencia sexual y al abuso de todo tipo. Recientemente, se realizó una encuesta por medio de la cual se descubrió que muchas que dieron a luz en las calles no podían identificar al padre de sus bebés.


Tales condiciones hacen subir a la población de personas errantes, mientras los del sexo masculino muestran tendencias preocupantes de ser violentos.

“Se les ve atacando físicamente, intimidando a los transeúntes y conductores y arañando los cuerpos de los vehículos cuyos conductores se niegan a darles limosnas”, refirió el funcionario. “Esto puede crear un serio desafío de seguridad para una vida social saludable y pacífica”, advirtió.

Hace unas semanas, el primer ministro, Abiy Ahmed, quien llegó al poder en abril, reconoció este contexto y pidió un Fondo Fiduciario de la Diáspora, que se estableció en julio para recaudar contribuciones financieras de etíopes radicados en el extranjero.

Jember espera que parte de esos ingresos se destinen a programas para rehabilitar a los afectados, y darles al menos techos sobre sus cabezas, refugio, alimentos y, lo más importante, oportunidades para un futuro más brillante a través de la educación.

*Por Richard Ruíz Julién para Prensa Latina

Palabras claves: África, Pobreza

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