Fantastic Negrito, historia con final feliz

Fantastic Negrito, historia con final feliz
25 octubre, 2018 por Gilda

Por Christian Jurmussi para La tinta

Fantastic Negrito, nacido en Massachusetts en 1968 con el nombre de Xavier Amin Dphrepaulezz, carga sobre sus hombros una historia que bien merece ser contada.

Xavier es guitarrista y cantante, tiene 50 años y creció en el seno de una familia rigurosamente religiosa (por obra y gracia de un padre somalí-caribeño de religión musulmana) junto a sus 14 hermanos. A principios de los años 80, todos ellos se trasladaron a la ciudad de Oakland. Y fue allí que convivió con la dura realidad de sus calles, pobladas de proxenetas, dealers, pequeños ladrones y sujetos como extraídos -inspiradores, en realidad- de Shaft y toda la serie de películas “blaxploitation” que trascendieron al mundo en los 70. Y con una violencia que se llevó a la tumba a su hermano y casi a él mismo.

Oakland es la hermana afroamericana y pobre —pero también cultural y políticamente activa— de San Francisco. Una ciudad que viene sufriendo, en los últimos años, un cambio socioeconómico de la mano del boom inmobiliario. En este contexto, los negros, los indios, los árabes, los orientales y los hispanos que vivieron ahí por décadas, emprenden la retirada. Todo cambia. Y sobre eso canta Fantastic Negrito.

Su historia en Oakland terminó cuando una pistola lo acercó demasiado a la muerte y decidió mudar su suerte a Los Angeles. Ahí comenzó su historia musical. Pudo grabar unos cuantos temas, los cuales, por las vueltas del destino, llegaron a oídos de Joe Ruffalo, manager de nada más y nada menos que Prince. Con el patrocinio de Ruffalo y tras varias audiciones, logró firmar contrato con el sello Intercospe, con quienes lanzó su primer disco The X Factor. Aunque la suerte no lo acompañó.

A finales de los 90, sufrió un grave accidente: un conductor alcoholizado lo atropelló y lo envió a terapia intensiva, donde permaneció en coma durante unas cuantas semanas. Tras un largo periodo de rehabilitación, logró recuperar, en parte, el movimiento de los dedos de sus manos. Para entonces, el contrato con el sello Intercospe ya estaba roto.

Después de probar suerte como integrante de varias bandas sin mucho éxito, decidió abandonar la música y volver a Oakland. Estuvo cultivando marihuana en California y abrió una galería de arte. Vivió una vida bohemia con la que era bastante feliz. No tenía nada que decir como artista, nada relevante que aportar a la conversación humana. ‘’Respeto demasiado la música y la creatividad como para andar haciendo el gilipollas. Luego, tuve un hijo y volví a encontrar mi voz’’.

Fue así como decidió participar del Tiny Desk Contest de la NPR (radio pública estadounidense), para descubrir talentos desconocidos sin contrato discográfico: la emisora lo escogió vencedor entre casi siete mil aspirantes.

Lo suyo es «blues con actitud punk», como autodefine su música. Canciones crudas (sonora y emocionalmente), repletas de perspectiva vital ganada a base de golpes. Urgente y visceral. Un despliegue de rabia, protesta y autobiografía.

*Por Christian Jurmussi para La tinta.

Palabras claves: Fantastic Negrito, Música

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