De qué hablamos cuando hablamos de ajuste

De qué hablamos cuando hablamos de ajuste
19 septiembre, 2018 por Redacción La tinta

La pérdida de soberanía en ciencia y tecnología. Las vacunas que ya no llegan. Los métodos anticonceptivos que ya no están. La renuncia del director del área de Sida, ETS y Tuberculosis por la reducción a la mitad de su presupuesto. La salud desde una perspectiva asistencial. El vaciamiento de la Agricultura Familiar a la medida de la Sociedad Rural. La destrucción de procesos organizativos. Trabajadores poniendo plata de su bolsillo para continuar los conciertos de orquestas. El desfinanciamiento de las casas de cultura barriales. Postales en primera persona de qué hablamos cuando hablamos de ajuste en el Estado.

Por La vaca

1) Secretaría de Agroindustria: “Buscan destruir procesos organizativos”

Tatiana, Lorena y Silvia son tres de las 400 personas despedidas de la subsecretaría de Agricultura Familiar, en el exministerio de Agroindustria. Fue el área más afectada tras los 567 despidos de la cartera que maneja el ex presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevere. Las tres son técnicas que trabajaban hacía una década desde los territorios:


“Al no estar las técnicas de terreno, los agricultores familiares no van a tener la asistencia técnica que muchas veces terminan recurriendo a un ingeniero agrónomo. Son sectores muy vulnerables y esas familias, al no estar el Estado, quedan desamparadas sin políticas públicas para ese sector. Eliminaron dos herramientas fundamentales como el Monotributo Social Agropecuario y el Registro Nacional de la Agricultura Familiar (ReNAF). Las sacaron, y eso también es desprotección.


Es un claro recorte a lo que significan las políticas públicas que buscan construirnos soberanos en nuestros alimentos. A la hora de poder elegir qué comer y cómo producirlo nos estamos viendo afectados todos, no sólo técnicos y agricultores, sino personas que consumen estos alimentos, que son los que luego llevamos a la mesa.

¿Por qué el ajuste cayó de forma tan brutal en Agricultura Familiar? Es que así buscan destruir a procesos organizativos que trabajan desde lo social y hacen arraigo en la gente del campo, que ahora queda excluida y se va a vivir a las ciudades. El Estado busca así excluirlos, porque lo maneja un Gobierno que prioriza la Sociedad Rural y los grandes productores. El desguace es un traslado de dinero hacia Etchevere y sus amigos”.

2) Secretaría de Ciencia y Tecnología: “El Gobierno demostró que no tiene interés en tener un proyecto soberano de país”

Gabriela, 57 años, hace más de 30 que trabaja como administrativa en el Conicet.:

“Pasé el ajuste en los ´90 y sobrevivimos, pero ahora tuvimos un gran retroceso al perder nuestro Ministerio y convertirlo en una Secretaría: eso significa menos presupuesto para investigación y desarrollo de de ciencia y tecnología. Y más hambre en nuestro país”.

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Foto: Colectivo Manifiesto

Nuria Giniger, investigadora adjunta del Conicet, se dedica a la antropología social del trabajo:

“Desde que asumió, el Gobierno nacional demostró que no tiene interés en tener un proyecto soberano de país. Esa subordinación y subalternización a los capitales internacionales y los países centrales se demuestra cotidianamente, entre otras cosas, desmantelando el Ministerio, que era poner en algún punto el futuro de nuestra patria. Tenemos una situación complicadísima porque los subsidios que se mantienen están en pesos, pero la producción científica mayoritariamente es en dólares. Los insumos se compran en dólares, por lo que quedaron muy achicados por la enorme devaluación y especulación financiera. Hoy estamos hablando de tres mil dólares anuales en un equipo de investigación. En insumos para equipo de biología: un reactivo sale 500 dólares. Entonces imagínense un equipo de 20 compañeros desarrollándose en cualquier área del conocimiento: no alcanza en lo más mínimo”.

3) Secretaría de Cultura: “Estamos en emergencia cultural”

Rosi, coordinadora de la Casa de Cultura en la villa 21-24 de Barracas, delegada de ATE:

“Prácticamente lo que hacemos es sobrevivir manteniendo el espacio con talleres culturales que los mismos vecinos buscan y quieren dar para bancar el día a día de la Casa. Estamos bancando nosotros el material con el que tenemos que trabajar, haciendo fotocopias, y abasteciéndonos entre nosotros porque no baja nada del ex Ministerio, hoy Secretaría. En limpieza, por ejemplo, nos bajaron el presupuesto. Imaginate que ponemos un papel higiénico por baño. Para todos. La Casa es un espacio para chicos y chicas del barrio, pero está totalmente abandonado por el Estado sin contenido barrial ni social”.

Marcos Antúnez, técnico de la Orquesta Sinfónica Nacional:


“Ya desde la asunción de Pablo Avelutto como ministro, pero ahora aún más con el rango de Secretaría, se afectó la programación de organismos como orquestas, coros y ballets, que siguen adelante porque somos los propios trabajadores quienes ponemos el hombro, y muchas veces de nuestro bolsillo, para hacer traslados de partituras y elementos para que los conciertos se puedan seguir llevando adelante. De todas formas, los organismos han menguado de forma exponencial dado que la función se redujo al ámbito de la Capital y del conurbano, dejando de hacer presentaciones en el resto de las provincias”.


Martín Rosetti, delegado en el sector administrativo:

“Trabajamos con programas de fomento de producción cultural e industrias culturales: vemos de primera mano cómo el ex Ministerio redujo presupuesto. Lanzamos una campaña que es ´emergencia cultural´, para que toda la sociedad se haga carne de este reclamo: con la reducción a Secretaría, lo que ocurre es que el pueblo argentino tiene menos derechos”.

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Foto: Lina Etchesuri

4) Secretaría de Salud: “No vamos a permitir que destruyan la salud pública”

Luciana Angueria, trabajadora de la Dirección de Sida, Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), Hepatitis y Tuberculosis

“Hace días que renunció nuestro director por el brutal recorte. Hoy estamos acéfalos. El ajuste en nuestra área llega a un 50 por ciento si contemplamos la suba del dólar. Y hay que aclarar algo: el programa es para las personas que tienen cobertura y las que no. ¿Cómo va a impactar en los pacientes esto? Va a impactar, sobre todo, en la medicación, que no se consigue en farmacias: el Programa de Sida compra la medicación para toda la población que habita este suelo. Y la compra venía saliendo con mucho esfuerzo del ex director del programa que amenazaba con renunciar si le tocaban el presupuesto. Y renunció.

El Ministerio tiene una función rectora con todas las provincias. ¿Qué va a pasar ahora como Secretaría? ¿Cómo van a seguir impartiendo las políticas? El Ministerio imparte normas, protocolos, pero lo único que tenemos son recortes: se cayeron los contratos de universidades, que eran quienes trabajaban en salud territorial. Y eso no sólo son personas sin trabajo, sino una ausencia de políticas públicas en lugares donde el Estado estaba y ya no va a estar más, porque se va a privilegiar una mirada de salud de corte caritativo y asistencial”.


Carlota Ramírez, trabajadora del Programa SUMAR: “Pensamos que el nuestro es un programa protegido porque es financiado por un préstamo internacional del Banco Mundial que representa el 0,5 por ciento del presupuesto nacional. Su función es gestionar y asegurar la calidad de las prestaciones de otros programas, pero al estar debilitados en su mayoría, corremos el riesgo de que se convierta en un programa de prestaciones básicas dirigido a los sectores más vulnerables desde una lógica asistencial.


Y lo que nos preocupa, más allá de si va a haber despidos o no, es la función del Ministerio de Salud: su jerarquía es porque tiene una función rectora con un rol de elaboración de políticas públicas como vigilancia epidemiológica, relevamiento de datos estadísticos, etc. El mensaje que nos están dando es que todo va a seguir igual, pero sabemos que en ese caso no tendría sentido entonces la reorganización. Si desaparecen funciones, claramente las políticas públicas van a desaparecer en términos de salud, y sólo van a quedar políticas asistencialistas con algunas prestaciones para los más vulnerables y que el resto vaya al sector privado”.

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Foto: Lina Etchesuri

Camila Lim, trabajadora de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva: “El ajuste ya venía sucediendo. No es de ahora. Siempre nos pedían que recortemos, que dejemos de viajar, que no nos capacitemos. Hace dos meses que venía muy presente la palabra ajuste, que implicaba un recorte del 30 por ciento. En nuestro caso, con el estallido del dólar, nosotros compramos métodos anticonceptivos: todo se multiplicó por dos. Ya llegábamos a cubrir hasta junio, pero nos espera un 2019 sin métodos anticonceptivos, después de la discusión sobre el aborto y tanto que se habló de educación sexual.

El recorte es tan claro que lo hace terrible.

Todo se agudiza cuando perdemos la jerarquía de Ministerio. No se tiene dimensión: ahora que pasó a Desarrollo, hay despachos que van a estar multiplicados como recursos humanos, planteles de tesorería, espacios de entrada. Estamos muy preocupados por los puestos de trabajo y en lo que eso significa en la continuidad presupuestaria de nuestros programas. Ni que hablar de las reuniones de Gabinete donde no haya un ministro de salud sentado o de las reuniones del Consejo Federal de Salud (COFESA).

Pero estamos organizados, esperando sacar a la calle todo lo que venimos defendiendo.

Y no vamos a permitir que destruyan la salud pública en Argentina”.

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Foto: Lina Etchesuri

*Por La vaca / Foto de portada: Lina Etchesuri

Palabras claves: ajuste, despidos, Ministerio de Agroindustria, Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Salud

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