Cuerpos sexuados, sexualizar la política

Cuerpos sexuados, sexualizar la política
20 septiembre, 2018 por Redacción La tinta

Por Redacción La tinta

Juntarse, tomar mate, conversar, birra, presentar libros, comer empanadas, hacer una entrevista por whatsaap. Que leer libros sea tan común como tomarse un mate.

Nos subimos al juego que nos invita a sacar de la biblioteca a 3 grandes pensadores: Judith Butler, Paul Preciado y Néstor Perlongher. En una mezcla de entrevista y escritura colectiva, escrita a cuatro manos, seis manos con Martín De Mauro Rucovsky y Javier Gasparri armamos esta nota para presentar quiénes son estos pensadores y por qué es importante conocerlos.

El viernes 21 de Septiembre, a las 18:30hs en Casa laberinto calle Santa Rosa 210. En el marco del Congreso género y sociedad Martín y Javier presentan dos libros de su autoría. Cuerpos en escena. Materialidad y cuerpo sexuado en Judith Butler y Paul B. Preciado de Martín De Mauro Rucovsky y Néstor Perlongher. Por una política sexual de Javier Gasparri. Será un espacio abierto para continuar profundizando sobre las ideas, activismos, teorías y vidas de estos 3 pensadores.

Néstor Perlongher. Política poética de la disidencia sexual

“No queremos que nos persigan, ni que nos prendan, ni que nos discriminen, ni que nos maten, ni que nos curen, ni que nos analicen, ni que nos expliquen, ni que nos toleren, ni que nos comprendan: lo que queremos es que nos deseen”.
El sexo de las locas de Néstor Perlongher

Un desobediente, un provocador, antihumanista de izquierda y anarcolibertario, un incómodo a su tiempo. Poeta, ensayista y escritor. Formó parte de diversos grupos pioneros en los activismos y militancias feministas y de la disidencia sexual: el grupo Eros del FLH (Frente de Liberación Homosexual), el grupo de Estudio y Práctica Sexual en los primeros años de la década del 70’, las feministas Unión Feminista Argentina y el Movimiento de Liberación Feminista.

“En el decaer de esta escritura En el borroneo de esas inscripciones En el difuminar de estas leyendas En las conversaciones de lesbianas que se muestran la marca de la liga, En ese puño elástico, Hay Cadáveres”.
Extracto del poema Cadáveres de Néstor Perlongher

Se acercó y alejó del peronismo de izquierda, leyó las resonancias del Gay Power estadounidense post-stonewall (el Gay Liberation Front) junto con el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria francés post Mayo del 68’.

“Por qué seremos tan perversas, tan mezquinas (tan derramadas, tan abiertas) y abriremos la puerta de calle al monstruo que mora en las esquina, o sea el cielo como una explosión de vaselina como un chisporroteo, como un tiro clavado en la nalguicie”.
Extracto del poema ¿Por qué seremos tan hermosas? de Néstor Perlongher

Javier se interesa en la obra literaria de Perlongher por la conjugación entre la acción militante y el trabajo conceptual que hay en el pensamiento del mismo. Javier es un autor y un lector afectado en su singularidad por la obra de Perlongher: “Algo que nos cautiva, nos enamora y nos lleva a escribir sobre la obra del autor”.
Para Javier la obra de Perlongher nunca se vuelve anacrónica, “vuelve, una y otra vez”. Una obra que piensa a contrapelo del contexto y época histórica en la que es desarrollada “logra pensar en experiencias del deseo y en cuestiones sexogenéricas” que difieren de las formas identitarias propias de la militancia radical de la década del setenta y ochenta. Hasta el día de hoy, nos interpela e influye para pensar en políticas de resistencia y sobrevivencia.

Le preguntamos a Javier ¿qué significa hablar de política de lo sexual?

«Es impresionante cómo a través de la obra de Perlongher se transversalizan décadas claves para la formulación de una política de lo sexual. Se puede reconocer la década de los setenta como un momento de emergencia para la politización de la sexualidad es decir, entender que la sexualidad es política. En el gesto de Perlongher hay un doble movimiento: la sexualidad es política, sexualizar la política. Esto queda interrumpido en Argentina por la dictadura cívico militar. Luego es retomado en los ochenta pero desde otro lugar, Perlongher vuelve a sentar la incomodidad al plantear su disidencia sexual como formación identitaria. Esta política de lo sexual será replanteada a partir de la crisis del HIV/SIDA, lo que puede llamarse una política sexual de la sobrevivencia tras el sueño de la liberación. Esto también se puede rastrear en la obra y pensamiento de Perlongher, lo que adquiere su interés y potencia crítica, conceptual y política».

marcha-orgullo-diversidad-gay-disidencia-02
Foto: Colectivo Manifiesto

Judith Butler y Paul B. Preciado en escena: la materia sexual de los cuerpos

“¿Que tal si pudieras borrar de tu mente que has visto un cuerpo humano y luego vieras uno? Imagínate que extraño se vería, este raro y desgarbado incómodo organismo, y pensarías ¿por qué están estas partes donde están?”. 
Spike Jonze de la película Her (2013)

Judith Butler (1956) es una activista lesbiana e intelectual norteamericana, de familia judía y formada en la costa este (California), es una pionera del llamado posfeminismo y la teoría queer. A finales de los años ochenta se la conoció por revolucionar el campo de los activismos y los estudios feministas, los estudios gays y lesbianos, porque cuestionaba tempranamente la matriz de inteligibilidad heterosexual de los cuerpos, al mismo sujeto del feminismo (que se presuponía blanco, de clase media y heterosexual), las formas del activismo y sus postales demasiados pulcras.

Sumada a la segunda ola, en esos movimientos oceánicos del feminismo y la disidencia sexual, Judith Butler propuso una teoría performativa del género a partir de la cual entendió al género y la sexualidad como procesos rituales y altamente normados. La teoría performativa del género, en sus distintas versiones, trata de actos reiterativos (de todos los días) y compulsivos que producen al cuerpo como natural y justamente por ello, lo que genera es una naturalización (pareciera que no tiene historia alguna, siempre fue de ese modo, la anatomía de los cuerpos por ejemplo) en donde se liga el sexo al género y estos son los causantes del deseo, necesariamente, heterosexual. Matriz de heterosexualización, como escribe Emma Theummer, que «convoca a los sujetos a devenir “varones” o “mujeres” bajo una mutua exclusión entre identificación y deseo (a un sexo-un género-un deseo)».

“Los órganos sexuales como tales no existen. Los órganos, que reconocemos como naturalmente sexuales, son ya el producto de una tecnología sofisticada que prescribe el contexto en que los órganos adquieren su significación (relaciones sexuales) y se utilizan con propiedad, de acuerdo a su naturaleza (relaciones heterosexuales)”.
Paul B. Preciado – Manifiesto ContraSexual (2002)

marcha-orgullo-diversidad-gay-disidencia-01
Foto: Colectivo Manifiesto

Paul B. Preciado (1970) es un activista y pensador trans formado en ambas costas del Atlántico, entre España, Estados Unidos y Francia. Estudió, se formó y militó en un momento de entrecruzamiento de los feminismos y de la disidencia sexual de esa segunda ola feminista pero también de consolidación de los movimientos de liberación sexual post-stonewall, los activismos trans y la contracultura.

Sus libros intentan pensar, a partir de la teoría performativa de Butler pero también del impacto del Cyborg propuesto por Donna Haraway, una teoría del cuerpo sexuado que se concibe en los bordes de lo humano, entre tecnológico y natural, entre protésico y biológico. Así la historia de la tecnología y la medicina, los medios masivos de comunicación, la industria farmacológica, las hormonas sintéticas, las prótesis sexuales y los implantes, y hasta la pornografía también hacen, producen y constituyen nuestros cuerpos sexuados.

“Los verdaderos trabajadores del capitalismo farmacopornográfico son las putas, los emigrantes no-elegidos, los pequeños traficantes, los prisioneros, los cuerpos dedicados a los trabajos domésticos y de cuidado corporal, los niños y los animales (auténticos productores de ensayo clínico y de consumo por parte de las industrias agroalimentarias). Todos ellos se sitúan en el umbral de ciudadanía. Y en el umbral de lo humano”.
Paul B. Preciado – Testo Yonqui (2008)

Martín contanos sobre las ideas, las cajas de herramientas de Judith Butler y Paul B. Preciado. ¿Por qué crees que son importantes conocerlas?


Son importantes porque ambas son parte de los movimientos feministas y de la disidencia sexual en Estados Unidos y en Europa pero también acá. Sus aportes son relevantes y decisivos para pensar hoy nuestros activismos y agendas políticas. Por ejemplo Butler complejiza la idea liberal sobre el cuerpo como una pertenencia individual para pasar a pensarlo en términos de redes de interdependencia, una sororidad feminista que reclaman ante los biopoderes por la autonomía de los cuerpos. Preciado, me parece que es sumamente interesante porque nos permite pensar cómo estamos constituidos como cuerpo y como subjetividades desde las industrias y tecnologías farmacológicas, y desde el aparato pedagógico que es la pornografía. Ella habla de fármacopornografía. Además tiene una potencia subversiva para pensar en prácticas contrasexuales.


Pero los análisis y teorías de Preciado y de Butler son importantes no solo por aquello que proponen, desarrollan y disputan sino también por los modos de construir sus cajas de herramientas. Butler discute desde la filosofía, el psicoanálisis, la teoría literaria y las militancias LGTB. Preciado hace algo similar pero leyendo a contracorriente la historia de la biomedicina con especial énfasis en las personas trans e intersex, las representaciones médicas y biológicas de los cuerpos sexuados, la industria pornográfica (publicó un estudio sobre Playboy y las tecnologías de masculinización-feminización) y los imaginarios mediáticos. De este modo, y siguiendo a compañeros trans como Blas Radi o Mauro Cabral, en Cuerpos en Escena también intento pensar el modo en como tanto Preciado como Butler recurren a biografías de personas Trans e intersex para construir sus aparatos y cajas de herramientas, el rol que ocupan las vidas y biografemas de Venus Xtravaganza o David Reimer, por ejemplo, hablan de un modo recurrente de la teoría queer de colonizar y hacer extractivismo académico de vidas y experiencias que no son exclusivamente las suyas, o al menos eso ocurre con mayor énfasis en Butler.

—¿Qué aportes hace tu libro para pensar las teorías contemporáneas sobre género, sexualidad y feminismo?

En las ideas de Butler y Preciado, encontraremos un énfasis importante para repensar qué es aquello que constituye a la masculinidad y a la feminidad, haciendo foco en los cuerpos sexuados. Entonces, por ejemplo si uno sitúa el pensamiento de Butler y Preciado en el escenario actual de Argentina, a través de las disputas que hemos tenido alrededor del proyecto de Ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, la Ley de Identidad de género, o debates sobre el lenguaje inclusivo, podemos ver que estamos poniendo en cuestión la posición liberal posesiva e individual sobre la pertenencia del cuerpo e incluso más, cómo se resignifica la autonomía corporal, los márgenes de autonomía corporal frente a la captura de los poderes y del estado (ese cuerpo gestante, el cuerpo femenino en manos de la industria farmacológica, médica, los mandatos patriarcales, etc).

También podemos ver cómo la masculinidad y la feminidad son rituales altamente normados. Por ejemplo, ayer charlamos con Juan Cruz Komar, un jugador de fútbol que nos decía que si sacamos de contexto todas las prácticas rituales masculinas que se hacen en el mundo del fútbol, claramente podrían entenderse como rituales sexualizados. Situaciones de afectividad por ejemplo cuando entran los jugadores a la cancha o en los vestuarios, se vive podríamos decir, como un mundo homoerótico. Entonces ambas teorías, aportan a pensar cómo la masculinidad se produce de una forma heterosexualmente compulsiva. Pero a su vez, en estos espacios podemos pensar en desplazamientos, modos de resistir a la norma heterosexual hegemónica.

Paul B. Preciado publicó dos libros claves que disputan, justamente, las fronteras del género, Manifiesto contra-sexual (2000) y Testo Yonqui (2008). En ambos registros, en los dos casos, lo que Paul produce son tecnologías textuales, ensayos bio-gráficos de intoxicación voluntaria (el consumo de testosterona en gel en su cuerpo) para investigar, al modo de experimentaciones artísticas y militantes, sobre los efectos de masculinización de un cuerpo asignado como mujer. Y algo similar ocurre en Manifiesto contra-sexual en donde las prácticas rituales de la sexualidad (heterosexual y compulsiva), la acrobática sexual reiterativa (la tecnología de penetración como privilegio exclusivo de los hombres) es saboteada a fuerza de contra-ejercicios de sexualidad. Lo que emerge, entonces, es un vasto campo de dildos, nuevas cavidades, mapas somáticos y cavidades erógenas que funcionan ampliando el horizonte de lo posible, desarreglando aquello que entendemos es un cuerpo sexuado, en el plano de lo deseable, en los manierismos corporales del cómo coger y que interrumpe también la norma sobre aquello que preconcebimos como la capacidad/discapacidad de los cuerpos.

Así como podemos leer en Paul Preciado, su laboratorio creativo de contra-sexualidades, la Bruja Judía y Lesbiana, tal como le gritaban los grupos anti-ideología de género y pro-escola sem partido en Brasil, en Judith Butler también se apuesta por prácticas contestatarias, alianzas políticas que sean estratégicas, éticas, sensibles y afectivas. Ante la nueva agenda neoconservadora que se está dando en todo nuestro continente: desde los pañuelos celestes convertidos en partido político, la agenda “ideología de género” que es transversal desde México hasta Brasil, Paraguay, el avance de iglesias evangélicas en estamentos del estado (lo que resuena a la toma del poder en Gilead del Cuento de la criada de Margaret Atwood), batalla corrosiva de todos los derechos sexuales adquiridos, matrimonio igualitario, adopción, fertilización asistida, etc.

En las dos cajas de herramientas, de Butler y Preciado, hay una fuerte insistencia por la desnaturalización del cuerpo sexuado, los roles sexuales y las prácticas sexuales (las coreografías precisas de generización, el cómo practicamos nuestras sexualidades) y esa naturaleza (o más bien, esa tecnología de naturalización) es la que hoy vemos está nuevamente en disputa, en un debate que tensiona y nos interpela desde “la familia y lo natural, los hijxs y la complementariedad”. En este sentido, tanto Paul Preciado como la bruja lesbiana de Butler, nos permiten ampliar los sentidos comunes sobre aquello que entendemos qué son los cuerpos sexuados, las posiciones generizadas (¿que es la masculinidad y la feminidad?) al mismo tiempo que promueven una proliferación expansiva del deseo sexual y el goce, espacio polimorfo de la atracción sexual que excede las categorías de lo hetero y lo homo-sexual.

Marcha-Orgullo-Diversidad-Disidencia-Cordoba03
Foto: Colectivo Manifiesto

*Por Redacción La tinta.

Palabras claves: Judith Butler, LGBT, Néstor Perlongher, Paul B. Preciado

Compartir: