Valdivia: la ciudad chilena libre de apartheid israelí
La localidad chilena se convirtió en la primera de América Latina en declararse libre de la injerencia comercial y militar del Estado israelí.
Por Pablo Jofré Leal para Rebelion
La hermosa ciudad de Valdivia, en el sur de Chile, ha dado el ejemplo de lo que las ciudades latinoamericanas deben concretar en apoyo del pueblo palestino a través de su Municipalidad y su Concejo, declarándola “Ciudad libre del apartheid”.
Una decisión que ennoblece a una de las ciudades más hermosas del país sudamericano, donde su población de origen árabe y, en especial, descendientes de familias palestinas, han liderado la acción señera en orden a no temer cursos de acción, que permitan avanzar en dar duro combate al sionismo y su política de ocupación contra Palestina. Es así que el concejo Municipal de esta ciudad, en una decisión valiente y de enorme simbolismo, declaró a la capital de la Región de los Ríos como la primera ciudad latinoamericana “Libre de Apartheid”.
Como una manera de enfatizar la importancia de esta decisión, con efectos políticos y mediáticos mundiales innegables, la Juventud Chileno-Árabe por Palestina de Valdivia invitó a este cronista a participar de su ya tradicional Semana Árabe. En esta ocasión, la número XIV, celebrada entre los días 6 y 9 de septiembre, bajo el lema “Apartheid en Tierra Santa”. Un encuentro que según la Secretaria de esta combativa juventud, Camila Mattar, “tiene el objetivo de traer a nuestra ciudad charlas, conferencia, información, que den cuenta de las gravísimas violaciones a los derechos humanos que se vive en Palestina bajo la ocupación israelí, como también difundir la cultura árabe, amenazada por un sionismo que trata de apoderarse incluso de nuestras recetas, de nuestra cocina, de nuestra música, tratando de invisibilizar nuestras costumbres, nuestra historia, nuestra vida”. Por ello, en esta XIV Semana fuimos testigos de la danza palestina, el llamado “Dabke”, a cargo del grupo Al Tahrir de la ciudad de Temuco, como también de la sabrosa comida palestina en sus distintas variedades y platos.
Para Camila Mattar, así como para los otros miembros de la mesa directiva de la Juventud Chileno-Árabe por Palestina, esta semana se pensó también para dar el significado que merece la valiente decisión de declarar a Valdivia como ciudad Libre del Apartheid. Determinación que es la línea central para difundir la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones –BDS- donde se convoca la sociedad civil a luchar por una Palestina libre, llamando a hacerse parte de una campaña pacífica y global. La campaña BDS contra Israel es una iniciativa de resistencia civil no-violenta lanzada por la sociedad palestina en 2005. Desde entonces, se ha convertido en una campaña internacional de presión para que la entidad sionista cumpla con el derecho internacional.
El boicot incluye retirar el apoyo a Israel y a compañías israelíes e internacionales involucradas en violaciones de derechos humanos de los palestinos, así como a instituciones deportivas, culturales y académicas israelíes cómplices. La iniciativa de desinversión urge a bancos, consejos locales, iglesias, fondos de pensión y universidades para que retiren sus inversiones de las compañías israelíes y de las internacionales involucradas en violaciones de los derechos de palestinos. Y la campaña de sanciones busca presionar a los gobiernos para que cumplan con su obligación legal de pedir cuentas a Israel, poniendo fin al comercio militar y a los acuerdos de libre comercio y expulsando al Estado sionista de los foros internacionales como la ONU y la Federación Internacional de Fútbol Asociado, por ejemplo.
Camila Mattar es una convencida, junto a sus amigos y miembros de la Juventud Árabe y de la comunidad palestina, que enaltecer y difundir decisiones como la tomada en Valdivia respecto a declararla Libre de Apartheid permite a otras ciudades seguir sus pasos, y que este camino es posible y necesario a pesar de los ataques del crónico lobby sionista para acallar las voces que denuncian los crímenes de la entidad israelí. No es casual que la medida concretada en Valdivia haya generado denuncias de la comunidad sionista chilena que a través de su presidente Shai Agosin señaló que “se trata de decisiones antisemitas siguiendo el ejemplo de ayuntamientos españoles”.
Las palabras de este lobista del sionismo en Chile revelan que la decisión en Valdivia ha sido un duro golpe. Y prueba de ello es que ha usado el clásico y falaz argumento victimista de asociar la lucha contra el sionismo y sus crímenes de lesa humanidad con ataques antisemitas. Es evidente que cualquier medida que se tome contra el régimen ocupante israelí cuenta con el marco jurídico internacional que lo valida, no sólo por las decenas de resoluciones emanadas del Consejo de Seguridad de la ONU y de su Asamblea General, o instituciones como la UNESCO o el Comité de Derechos Humanos de la ONU, sino por una razón tan sencilla como evidente: el declarar Valdivia ciudad libre del apartheid israelí no puede ser una acción antisemita, pues los sionistas no son semitas.
Su origen está en cualquier parte menos Palestina: sea en Europa, el Cáucaso o, en forma más moderna, en Estados Unidos, con los 65 mil colonos de esa nacionalidad que ocupan asentamientos en Cisjordania. Está fuera de toda discusión el hecho que la mayor parte de los judíos actuales, incluidos los que han colonizado Palestina y fundaron Israel en el año 1948, no son descendientes de los judíos de los que su mito histórico denomina Judea, sino de poblaciones que adoptaron la religión judía, es decir, gente que nunca tuvo alguna relación histórica con Palestina. Por lo tanto, no puede ser un acto antisemita criticar y combatir al sionismo. El único semita, en toda esta historia, es precisamente el pueblo palestino.
Lo importante es que a pesar de denuncias falsas como las señaladas por Agosin, de presentaciones ante entes contralores respecto a la legalidad de la medida tomada por el municipio valdiviano, o el tratar de sacar adelante la denominada Ley Contra la Incitación a la Violencia para atacar toda voz que se oponga al sionismo; a pesar de todo ello, la lucha del pueblo palestino sigue adelante. Pese a una política colonialista, racista y criminal, el ataque de colonos extremistas, de la puesta en práctica de leyes claramente discriminatorias y racistas como la denomina ley de Estado-Nación Judía, el pueblo palestino sigue en lucha y aquellos que llevan su herencia en Valdivia, ubicada al sur de la capital chilena, son la muestra evidente que al sionismo hay que combatirlo con todas las armas posibles.
La semana árabe es el ejemplo claro que la comunidad palestina junto a hombres y mujeres de buena voluntad, que sin ser palestinos o de ese origen, sienten que es necesario solidarizar y hacer de la justicia el camino verdadero. Ellos se hicieron presentes en dependencias de la Universidad Austral de Valdivia. Allí, atenta y masivamente, fueron parte de presentaciones y conferencias sobre guerras de agresión, desinformación y manipulación del sionismo dada por quien suscribe. También se realizaron las charlas “Palestina en el derecho internacional: ocupación, colonización y apartheid”, en una brillante presentación de la abogada Nadia Silhi; una Conferencia sobre el rol del Estado chileno en la defensa de los derechos humanos del pueblo palestino, a cargo de la representante del Frente Amplio chileno Carla Amtmann. También se escucharon ñas palabras del embajador palestino en Chile, Imad Nabil Jada’a, quien llevó a la concurrencia a un recorrido por la historia de Palestina y la necesidad de mantener en alto la lucha de su pueblo. Calidad, profundidad y emoción fueron parte de estos encuentros con la historia y el presente de Palestina.
La XIV Semana Árabe en Valdivia, bajo el lema “Apartheid en Tierra Santa”, nos alerta, despierta y sacude respecto a lo mucho que hay que hacer para vencer al sionismo. No sólo en el campo político, diplomático y de exigir que se cumplan el centenar de resoluciones internacionales que demandan el fin de la ocupación, el desmantelamiento de los asentamientos con colonos extremistas en Cisjordania, la demolición del Muro de la Vergüenza, el retorno de los refugiados; sino también nos obliga a estar muy alertas frente a los pasos que da el sionismo, que día a día trata de judaizar Al Jalil –Hebrón- y Al Quds –Jerusalén-, que destruye cultivos, demuele casas, trata de desarabizar ciudades, pueblos y aldeas palestinas bajo la creación de un mito histórico que no se sostiene más que por la fuerza y el crimen.
Palestina necesita no sólo el combate decidido de su pueblo; allí, en la tierra donde dan dura batalla a un régimen considerado uno de los más brutales de los últimos cincuenta años, sino también la solidaridad y la entrega desinteresada de esta Juventud Chileno-Árabe por Palestina, que une sus esfuerzos junto a otros miles y millones de hombres y mujeres que aman a Palestina.
Unos días llenos de emoción permitieron renovarse de nuevas y más potentes energías, el sabor dulce de comprobar que mientras haya quien encienda la luz por Palestina existe la seguridad de que, más temprano que tarde, el sionismo será derrotado.
*Por Pablo Jofré Leal para Rebelion