Las Universidades Públicas sobran

Las Universidades Públicas sobran
25 julio, 2018 por Redacción La tinta

Por Nicolas Forlani para La tinta

“¿Qué es esto de universidades por todos lados?”, lo expresado por el aquel entonces candidato a ocupar la Casa Rosada -hoy presidente de la nación- fue un exabrupto en lo absoluto descabellado. Es que el presidente tuvo un momento de inspiración, de gran agudeza, propio de un notable analista.

Reconocer la abundancia de las Universidad Públicas en el país ha sido tal vez uno de los más precisos diagnósticos que el presidente Mauricio Macri ha hecho público a la ciudadanía argentina. Más aun, su vocación por reducir/cerrar las universidades es digno de ser reconocida como una política coherente con la perspectiva de ver a la Argentina proyectada y abierta al mundo.

La caída real de los presupuestos nacionales en materia de educación, ciencia y tecnología desde la asunción de Macri a la fecha posee un nivel de coherencia política/programática que amerita ser reconocido en sus dimensiones cualitativas. Tres razones bastan mencionar para comprender por qué en el actual proyecto societal, el que encarna la derecha en el gobierno nacional, las universidades públicas efectivamente sobran:

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Foto: Colectivo Manifiesto

1) Un proyecto socioeconómico que se asienta en la matriz extractiva agrominera exportadora y en la volatilidad de las inversiones financieras en lo absoluto requiere de conocimiento –ciencia y tecnología- dirigido al desarrollo de la industria nacional. En otros términos: es un despropósito mantener niveles presupuestarios destinados a la formación de recursos humanos para robustecer las cadenas de agregados de valor (industrias) si el país piensa su inserción mundial a partir de sus ventajas comparativas ligadas a los recursos naturales y al libre flujo de capitales.

2) ¿Qué lugar han de tener las ciencias sociales con perspectiva crítica en una Argentina deliberadamente subordinada a los intereses del capital financiero global de instituciones como el Fondo Monetario Internacional?. En tal esquema claramente sobran aquellos sociólogos, politólogos, historiadores o economistas cuyas investigaciones ayudan a problematizar los lazos de la dependencia de nuestro país respecto a los intereses políticos, culturales y económicos de los centros imperiales. ¿para qué cientistas sociales críticos si el hecho colonial y sus resabios neocoloniales ni siquiera han de ser cuestionados?

3) Finalmente una razón histórica que tiene su referencia en la era de la globalización: si las elites latinoamericanas del siglo XIX necesitaban de universidades para reproducir la intelectualidad orgánica a su proyecto oligárquico, las elites actuales consagran tal necesidad mediante la formación de sus cuadros en los centros de formación situados en las latitudes noroccidentales. Es decir, en momentos en los que el tiempo y el espacio no suponen mayores limitaciones, mejor formar cuadros académicos directamente en los centros universitarios norteamericanos o europeos que gastar presupuesto en universidades locales que habilitan, mal que le pese a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, el ingreso a las mismas de sectores populares.

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Foto: Colectivo Manifiesto

Estas tres razones no pretenden desestimar los análisis que evidencian empíricamente la magnitud del ajuste en materia educativa que lleva adelante el gobierno de Cambiemos, más bien apunta a dotar de un sentido de totalidad para comprender que las variaciones presupuestarias sobre este campo tienen un único horizonte: el cierre de las sobrantes universidades. Que bajo este gobierno neoliberal las universidades y escuelas públicas perezcan no es, según lo anunciado, ninguna novedad. Es más bien un síntoma de coherencia programática.

Que las universidades sean cerradas con sus docentes, estudiantes y organizaciones sociales dentro de ellas en el marco de asambleas abiertas en defensa de lo público, tal cual ocurrió en varias universidades tomadas el pasado 15 de junio en el marco de la conmemoración de los 100 años de la Reforma del ´18, un síntoma de resistencia.

Ante el empeño del rumbo político de la clase hoy gobernante en la Argentina, quienes reconocemos en lo público un valor innegociable para el porvenir de nuestras sociedades, hemos de tener la iniciativa: pues si no tomamos nosotros las universidades bajo una activo compromiso político militante, claramente éstas serán vaciadas desde arriba con el entusiasmo propio de quienes priorizan la mercantilización de la educación sin pena alguna por el paradero de sus estudiantes, docentes, científicos y, en general, de las comunidades en las que las casas de estudio se emplazan.

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*Por Nicolas Forlani para La tinta.

*Becario Doctoral CONICET. Militante social y político Seamos Libres.

Palabras claves: educación, universidad

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