Los trabajadores responden a las mentiras del Titular de Medios Públicos

Los trabajadores responden a las mentiras del Titular de Medios Públicos
19 julio, 2018 por Redacción La tinta

Hernán Lombardi volvió a cargar la semana pasada en el Congreso contra los 357 despedidos de Télam, que ya llevan más de dos semanas de permanencia pacífica exigiendo la reincorporación. En esta nota, los trabajadores responden seis de las principales falsedades del funcionario: la incorporación de trabajadores como parte del crecimiento de la agencia, las medidas de fuerza por incumplimiento de los derechos laborales y cómo la actual gestión incorporó cargos jerárquicos afines al Gobierno. “No hacemos propaganda ni somos una usina para ningún gobierno”, dicen a lavaca. “Pasamos muchos gobiernos: ninguna gestión hizo lo que hizo esta de copar la totalidad de la redacción y designar jefes en todos los puestos de control”.

Por La vaca

Si bien la cita era el martes de la semana pasada, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, acudió el jueves pasado al plenario de comisiones de Trabajo y Libertad de Expresión del Congreso para responder sobre las causas y consecuencias de los 357 despidos de Télam. Lo acompañó el presidente de la agencia, Rodolfo Pousá, el mismo funcionario que en el 2000, durante el gobierno de la Alianza, estuvo al frente del servicio estatal de noticias y propuso su cierre. Lombardi también es un ex Alianza: ministro de Turismo de Fernando De La Rúa, estuvo junto al expresidente la tarde del helicóptero en la Casa Rosada. En su exposición en el Congreso, también acudieron el vicepresidente de la agencia, Ricardo Carpena, y el gerente de Relaciones Laborales, Carlos Villoldo, entre otros miembros del directorio. Si bien Lombardi dio la primicia de los despidos en el programa de Jorge Lanata y declaró ante distintos medios, fue la primera vez que ofreció una explicación formal.

Desde adentro del edificio de la avenida Belgrano al 200, el delegado del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) y periodista de Télam desde 1996, Mariano Suárez, habló con lavaca y respondió con datos seis falsedades que Lombardi manifestó frente a las diputadas y los diputados.

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1) “Los despidos en Télam no son un fenómeno descontextualizado, ni un arbitrio caprichoso. Son la consecuencia lamentable de un problema estructural de larga data. Entre 2003 y 2015 la agencia cuasi duplicó su plantilla de empleados, de 479 a 926. Más de 50 ingresaron en un solo día de noviembre de 2015”.

“Falso. El promedio histórico de empleados de la agencia es de 650, aproximadamente. Y tuvo variables: por ejemplo, en 1975 éramos 972 trabajadores. Pero el promedio histórico fue de 650 trabajadores para lo que era el servicio tradicional de la cablera. En los últimos años, obviamente Télam sumó servicios, tuvo una reconversión tecnológica para competir con agencias internacionales, sumó el servicio de la página web, el del sector audiovisual y el sector de la radio. Eso explica los 878 trabajadores que había antes del conflicto, que nos parece un tamaño saludable para el desarrollo necesario que tiene que tener Télam en todo el país, único medio que tiene una estructura federal en todas las provincias. Eso explica la cantidad de trabajadores. Y sobre el número inicial que toma Lombardi para decir que hay una duplicación de la planta, hay que recordar que Télam tenía 650 empleados antes de la gestión anterior de Pousá, en el 2000 y 2001: cuando llegó, quiso cerrar el área publicitaria, se revirtió, hubo un programa de retiros voluntarios, se fueron 150 personas y ahí quedó ese número. Pero esa cifra, hay que remarcar, fue posterior al desguace de la anterior gestión de Pousá”.

2) “Durante estos dos años y medio, Télam ha cumplido con todas sus obligaciones laborales e invirtió en capacitación y tecnología. Sin embargo, sufrió 61 medidas de fuerza”.

“El número es falso. No llegan a 30 las medidas de fuerza que hubo en estos años. El cumplimiento de la normativa laboral es bastante cuestionable: tuvimos diversos conflictos previos al actual, entre ellos, la persecución de las trabajadoras de la agencia que participaron en la movilización del 8M: fueron ocho trabajadoras que fueron sumariadas. Tenemos varios que fueron suspendidos y sancionados por negarse a hacer tareas que no se correspondían con el Estatuto del Periodista. Un ejemplo: un compañero del sector audiovisual que se negó a editar una nota de un material que no pertenecía a la agencia y fue sancionado. Vivimos hace dos años y medio en un progresivo clima sancionatorio y de hostilidad, previo a los despidos. El discurso de la empresa el día anterior era que la agencia estaba creciendo en modos extraordinario, que estábamos en proceso formativo, que estaba en expansión y hubo una renovación importante de equipamiento del sector audiovisual. Hubo un cambio brusco en la política de empresa”.

3) “Lamentablemente Télam pasó de ser una usina de periodismo a un espacio de militancia partidaria. Es obligación de las autoridades de Télam proteger el interés de todos los argentinos haciendo a la empresa sustentable y viable”.

“Nosotros no hacemos propaganda ni somos una usina para ningún gobierno: ni para éste ni los anteriores. Ha sido natural que tengamos situaciones de confrontación con los gobiernos de turno por la línea editorial. No es nuevo que venga una gestión y crea que estamos para reproducir una gacetilla de algún diputado o ministro. Es una demanda histórica que siempre tuvimos los trabajadores de Télam. Permanentemente tenemos asambleas, denuncias, con todos los gobiernos, porque defendemos la integridad de nuestro trabajo. La única diferencia es que ese mismo debate que tuvimos siempre en todas las gestiones, en ésta se castiga con el despido. El que no se acopla a la línea editorial, es despedido. Cuando llegó esta gestión designó personal propio en todas las áreas con control en el proceso de publicación de materiales, periodistas que responden a esta gestión, todos los jefes de secciones temáticas son nuevos jefes designados por esta gestión. Tienen un control absoluto de la línea editorial. Yo entré en 1997, hace 21 años. Pasé muchos gobiernos: desde que estoy ninguna gestión hizo lo que hizo esta de copar la totalidad de la redacción y designar jefes en todos los puestos de control. En general, se hacía pero en sectores sensibles, como política y economía, pero el resto seguían funcionando con personal histórico. Todo el que entró es personal jerárquico, son prosecretarios generales y están en puestos de edición y control de la agencia. Es el mismo personal que no está viniendo a la agencia desde el día de los despidos”.

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4) “Pasaron dos años y medio y en todos los argumentos escuchados nadie pudo decir que fue discriminado ideológicamente en una Argentina que tiene una brecha enorme, y eso para nosotros es un orgullo enorme”.

“Se contradice con el propio discurso de Lombardi que dio en estas últimas semanas en todos los medios y la afirmación anterior de que Télam era una usina de propaganda y de operaciones de prensa, y que ellos quieren hacer una suerte de corrección de limpieza ideológica. Los despidos, además de su carácter de producir un ajuste, estuvieron dirigidos y están a todos los activistas de la redacción, de la asamblea, a todos los compañeros que tienen lugares protagónicos que promueven la vida sindical dentro la agencia y fueron despedidos. Evidentemente hubo interés de disciplinar contenidos y apagar las vida gremial de la agencia”.

5) “Resultan inadmisibles el nivel de ausentismo, la cantidad de francos no justificados, los cobros de adicionales injustificados y la bajísima productividad comparada con cualquier agencia internacional. Todos estos desmanejos mellaron el atributo más importante de una agencia de noticias: su credibilidad con la correspondiente pérdidas de abonados”.

“La existencia o no de ausentismo o de francos y su control dependía del funcionario y de los periodistas afines a la gestión. Si alguien estaba enfermo, lo autorizaba un médico de una empresa tercerizada contratada por una empresa privada bajo esta gestión. Si alguien se tomaba un compensatorio era, primero, producto de horas extras no pagadas, y segundo, lo autorizaba un personal periodístico jerárquico designado por esta gestión. Nos imputan como presuntas faltas, porque no conocemos si es así ni tenemos las estadísticas de las enfermedades de los trabajadores, lo que fueron faltas del control y la supervisión de cuyos responsables no fueron sancionados, ni castigados ni sumariados”.

6) “Había corresponsalías con cuatro redactores y un promedio de diez cables por mes. Había corresponsales que no respondían el teléfono, pagado por la empresa. Descubrimos un corresponsal cuya esposa tenía un portal de noticias abastecido irregularmente por Télam. Estas situaciones eran moneda corriente y el servicio se veía resentido”.

“Hay corresponsalías con dos trabajadores, otras con cuatro, otras con 14 según la envergadura y la importancia estratégica de esas corresponsalías. Los números que hablan de la supuesta productividad son falsos: están manipulados por la empresa y además los corresponsales hacen el trabajo que le piden desde la redacción central y el secretario de redacción, Daniel Capalbo. Supuestamente durante dos años no hicieron ningún trabajo y los responsables de verificar esta situación son los que están despidiendo a los corresponsales. Entre los periodistas hay compañeros con enorme trayectoria, en algunos casos también trabajan en medios locales en otros horarios y tienen antecedentes intachables. Hay una estigmatización general de los corresponsales. Estamos dispuestos a revisar los corresponsales tanto los periodistas uno por uno, si hay una irregularidad, no la defendemos”.

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Foto: Carlos Brigo, fotógrafo despedido de Télam

*Por La vaca.

Palabras claves: Hernán Lombardi, Telam

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