Circo en Escena: doce años abriendo la ronda
Durante los primeros días de julio Circo En Escena y Proyecto Migra emprendieron un trayecto de formación y creación de artes circenses.
Por Julieta Pollo para La tinta
El circo se piensa, dialoga y traza posturas políticas y poéticas; el circo se encuentra, intercambia y crea colectivamente; el circo crece hacia fuera y hacia dentro expandiendo límites y acercando horizontes. Durante los primeros quince días de julio, se realizó en Córdoba una residencia de artes circenses: Residencia Enlace, una iniciativa de la compañía local Circo En Escena junto a Proyecto Migra. Valiosas y necesarias jornadas de reflexión, creación y acción colectiva de artistas reunidos para profundizar y contribuir al crecimiento del oficio más lindo del mundo.
Las actividades culminaron con una Gran Gala de Invierno que el domingo pasado tiñó el Pabellón Argentina de música, color, asombro y alegría genuina.
Conversamos con Ana Linder, integrante del colectivo Circo En Escena que se prepara para su gran Festival Internacional de Circo de cada año: será el doceavo y sucederá entre el 9 y el 15 de septiembre.
—Contanos sobre tu recorrido en Circo En Escena y sobre esta nueva mirada sobre las artes circenses que promueven.
—Circo En Escena nace en 2007 con un grupo dedartistas que se autoconvocan con el propósito común de querer difundir, promover y profundizar sobre el arte circense. Los objetivos particulares dentro de la actividad fueron mutando ya que es una agrupación abierta que se va tiñendo de los colores de cada una y uno que lo habita. En un comienzo el propósito fue llevar el arte del circo, que era mas callejero por aquellos años, a las salas de teatro permitiendo ahí una fusión con la riqueza teatral que tiene Córdoba, entonces también un poco profundizar en lo que es el circo contemporáneo que es una rama del arte circense bastante nueva en Argentina, tiene unos 40 años.
Yo me sumo a la agrupación en 2011 cuando me vengo a vivir a Córdoba y hubo ahí un gran cambio de participantes. Circo En Escena ocupa no solo salas de teatro sino que el 50% de nuestra programación es en espacios públicos convencionales, como plazas, pero también no convencionales como cortar calles, hacer actividades kermeses en conjunto con otros espacios vecinales, justamente promover el encuentro entre los vecinos, entre la comunidad, ya que creemos que de esa manera se puede ganar una fuerza, un crecimiento colectivo y una alegría compartida entre las personas.
Hemos trabajado de diversas maneras y siempre en red y en contacto con otras agrupaciones, espacios, bibliotecas, radios, centros culturales, centros vecinales… en un momento, cerca de los 10 años del festival estuvimos trabajando mucho en San Vicente, Villa La Maternidad cuando estaban con todo el tema del desalojo, en Villa El Libertador, en barrio San Martín, son muchísimos los espacios pero siempre intentamos vincularnos y llevar el circo a lugares donde quizás no llega y donde la visión que se tiene del circo es algo quizás viejo, que es la carpa, el circo que viaja de pueblo en pueblo… y este nuevo circo del que hablamos, que practicamos y promovemos, tiene que ver con otro tipo de formatos, de información, de escuelas y compañías que hacen espectáculos y festivales. Circo En Escena es justamente el festival más viejo de toda la Argentina, uno de los primeros y ahora los objetivos se van renovando. Por eso es que surge esta co-producción con Proyecto Migra que sucedió en julio previo a nuestro festival internacional de cada año. Es una actividad que se complementa y que está más bien orientada a los y las hacedoras de circo.
—¿Qué es Proyecto Migra y de qué se trata la Residencia Enlace experiencia que han transitado juntes durante julio?
—Proyecto Migra es una cooperativa cultural fundada en 2015 por un equipo multifuncional de artistas, gestores, productores y técnicos de Buenos Aires que crearon este proyecto que consiste en una carpa de circo-teatro, una sede itinerante, un espacio móvil que viaja desde diferentes epicentros urbanos y también a territorios alejados. Este año hicieron en Uruguay la primera Residencia Enlace y uno de los compañeros de Circo En Escena fue a hacerla y veníamos ya con el deseo de generar una actividad que sea no solo formación técnica de circo sino que apele e invite a los artistas de circo a crear escenas, obras, promover el aspecto escénico y de producción de obras en Córdoba Capital ya que hay muchos espacios independientes que se están abriendo abocados al entrenamiento de circo, a la formación, y como festival que produce y abre el circo a la gente sentíamos que había poca producción local de circo. Entonces bajo ese objetivo nos aliamos a Proyecto Migra y comenzamos con este delirio de hacer esta residencia de creación en artes circenses. Es un intercambio muy intenso que estamos viviendo con estos ocho artistas con los cuales estamos conviviendo y compartiendo un proyecto pedagógico increíble.
Fueron once días de ocho horas de trabajo con siete docentes de diferentes áreas de trabajo del circo, con un sistema de clases, tutorías, muestras, trabajos personales con cada docente, que se presentaron el viernes en Espacio Ramona. Se presentaron muchos proyectos y son muy interesantes los múltiples sentidos que comienzan a emerger a través del acompañamiento de un afuera, que en teatro y danza esta más asentado pero que no es tan común en circo el rol del tutoreo, la dirección, la dramaturgia, y hasta en pensar cómo es el circo que hacemos hoy.
—¿De qué se trató el Festival de invierno que presentaron el domingo y cómo se enmarca dentro de la Residencia Enlace?
—Como Proyecto Migra vino a dar la Residencia Enlace, la compañía cooperativa tiene su espectáculo con el cual trabajan en la temporada en Uruguay, entonces se nos ocurrió la idea de que lo presenten en la Universidad Nacional de Córdoba que siempre nos apoya y nos prestó la Sala de las Américas. El domingo Proyecto Migra presentó «Ensayo Bruto Número 1» con ocho artistas en escena que desarrollan diferentes disciplinas del circo fusionadas bajo la creación colectiva; hay acróbatas de suelo, hay equilibristas, hay malabaristas, hay humoristas, hay músicos en vivo… es un espectáculo para toda la familia. Es nuestro único medio de financiamiento para esa gran movida que fue traer a ocho artistas durante 15 días. Nos deleitaron con todos sus saberes y delirios también, porque el circo es eso: permitirse lo sorprendente, lo que va mas allá, el riesgo, el límite y la aventura.
—En este festival de invierno, y en sintonía con su tradición, siguen apostando a la gorra…
—Sí,Como todas las actividades desde hace 12 años de Circo En Escena, fue a la gorra: una filosofía y política que llevamos adelante a través de nuestra creencia en que el arte debe se accesible, que es un medio de encuentro de singularidades, de reflexión, de sensibilización, de crecimiento colectivo. También creemos que la gorra es la capacidad de elegir y valorar sin que nos digan cuánto, pero siendo sinceros y generosas al momento de hacerlo para que esto pueda seguir existiendo. Es una tarea que Circo En Escena trae desde hace 12 años, seguir creyendo en hacer las cosas a la gorra para seguir creyendo en que la gente va a ser consciente de aportar lo que realmente vale y obviamente también contemplar lo que cada una y uno puede. La gorra es todo eso: es la inclusión, es la elección, es tantas cosas…
—¿Qué postura adoptan frente al Proyecto de Ley que restringe el arte callejero?
—Como agrupación estamos completamente en contra y de hecho repudiamos este nuevo proyecto de ley que restringe y criminaliza el trabajo callejero. Creemos que es una política que obstaculiza el desarrollo cultural que nos permite como comunidad reflexionar, encontrarnos y crear una forma de micropolitica. Estamos completamente en contra, somos la vereda de enfrente, creemos justamente lo contrario: que el arte callejero es un derecho no un delito. Creemos necesario que se abran más espacios de encuentro entre la comunidad, festivales al aire libre en los barrios, que la calle sea nuestra, que sea un territorio impregnado de encuentro, transferencia, afección, de compartir toda nuestra política.
Como agrupación promovemos y creamos y nos rompemos la lengua charlando cómo hacer, de qué manera, cómo llegar mejor a todo el mundo, que el arte sea realmente accesible, una herramienta poética y política de transformación del oscurantismo de la sociedad. Como colectivo seguimos trabajando siempre a pesar de los palos en la rueda. De hecho para este evento que realizamos no recibimos ningún tipo de apoyo de ningún estamento público, estatal, privado, nada… sin embargo seguimos creyendo que es necesario intentarlo, la magia de querer y creer que las cosas sean para pasarla bien, para el encuentro y la transformación de la ronda del circo, del círculo que es su etimología.
*Por Julieta Pollo para La tinta / Fotos: Federico Sosa.
