El tipo que le pide a Messi que gane el Mundial

El tipo que le pide a Messi que gane el Mundial
11 junio, 2018 por Redacción La tinta

Este tipo, el que le grita al televisor cada vez que Messi lo deja en ridículo con la camiseta del Barcelona, el que espera agazapado y sale a la luz cuando Messi tiene un partido flojo, es un infeliz. Tiene cosas de canchero, de chiquilín, puede ser un toque cínico, algo irrespetuoso, y hasta capaz que no es un mal tipo, eh, pero más que nada es un gran infeliz.

Por Mariano Verrina para Revista NAN

Todos conocemos a un tipo que es como este tipo. Quizá sea cierto lo que comenta un amigo y estos tipos estén en período de extinción o que cada vez sea más aislada su aparición, pero este tipo todavía existe.

Se lo puede encontrar en una oficina. Otros lo habrán visto manejando un taxi. Muchos se lo cruzaron en una cancha. Y algunos ni le conocen la cara pero intentaron hacerlo entrar en razón a través de una red social.

El tipo es hincha de un equipo argentino, naturalmente. Pero mantiene una relación de autoridad y conveniencia con la Selección. La Selección para él es un cúmulo de jugadores que no lo representan pero que deben conformarlo. Es una entidad que está a un costado para ser utilizada cuando más la necesite. Y para esto, el tipo se pone un traje reversible, con el que anda por la vida sin vergüenza. La cosa es más o menos así: si la Selección pierde, joya, más fácil, el tipo sale a criticarla, pide por jugadores que no fueron citados y dice que tal o cual no pueden volver más. Si la Selección gana, también es fácil: el tipo se encarga de restarle importancia al rival o al torneo de turno. El tipo tiene suerte: el Mundial se juega cada cuatro años. Y ahí encontró su mejor carta. Al tipo le importa un solo partido y que se juega cada cuatro años. La final del Mundial. ¡Faaaaa! ¡Es eso lo que hay que ganar! Un partido que la selección argentina jugó cinco veces en toda su historia.

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– En 1930, lo perdió contra Uruguay. Fracasados.

– En 1978, lo ganó contra Holanda. Buena, capos. Aunque, asterisco: “estuvo arreglado”.

– En 1986, lo ganó frente a Alemania. Fiesta.

– En 1990, lo perdió contra Alemania. Fracasados.

– En 2014, otra vez le gana Alemania. Fracasados.

Seamos buenos y supongamos que el tipo tiene unos 40, 50 años. Entonces el tipo vio cuatro partidos de esos que le interesan en la historia de la Selección. Ahora si el tipo llega a tener 30 años, apenas vio dos partidos “importantes” en su vida. Y ambos terminaron en derrota.

Este tipo, el que le grita al televisor cada vez que Messi lo deja en ridículo con la camiseta del Barcelona, el que espera agazapado y sale a la luz cuando Messi tiene un partido flojo, el que ensaya la sonrisa socarrona con los goles de Cristiano Ronaldo y pide al 9 de Olimpo para la Selección, este tipo antes que todo es un infeliz. Tiene cosas de canchero, de chiquilín, puede ser un toque cínico, algo irrespetuoso, y hasta capaz que no es un mal tipo, eh, pero más que nada es un gran infeliz.

Este tipo quizá tenga hijos. Pobrecitos. Nunca podrán ir a mostrarle orgulloso a su padre que se sacaron un 10 en una prueba de matemática. “No me interesa, vos te tenés que sacar un 10 en el último final de Medicina”, debería contestar el tipo si replica la lógica que usa para juzgar a Messi.

El domingo Messi lo hizo de nuevo. En el último instante, en la casa del máximo rival y con otro golazo para ganar un partido memorable.

El tipo seguramente estaría viendo el 0-0 de Atlético de Rafaela contra Boca. Así y todo, por estas horas, ya tendrá su traje puesto. El reversible. El que usa cómodo y sin miedo al ridículo. Repartiendo sentencias. Y con cierto temor de que en junio de 2018, cuando Messi tenga la última oportunidad, logre sumarlo al grupo de los felices.

*Por Mariano Verrina para Revista NAN (publicada en el mes de abril de 2017)

Palabras claves: Barcelona, Lionel Messi, Mundial Rusia 2018

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