Santiago Maldonado y Rafael Nahuel: contados con la misma tinta

Santiago Maldonado y Rafael Nahuel: contados con la misma tinta
15 junio, 2018 por Redacción La tinta

El sábado 25 de noviembre de 2017, los principales diarios mencionaron a Santiago Maldonado en su tapa. Solo Página/12 planteó que se desconoce la verdad de cómo, cuándo y dónde murió Santiago. Para La Nación y Clarín «murió ahogado» y «se ahogó», respectivamente, aventurando el gran diario argentino que “estuvo en el río más de 73 días”. Ese mismo día, en la localidad de 25 de Mayo, se realizó el velatorio de Santiago y, en Villa Mascardi, Prefectura Naval asesinó por la espalda a Rafael Nahuel.

Por Paulo Giacobbe para La Retaguardia 

Clarín y La Nación, con su óxido rápido de reflejos, sacaron casi el mismo título: “Un mapuche murió baleado tras un enfrentamiento con la Prefectura en Villa Mascardi” y “Un mapuche murió de un tiro en Villa Mascardi durante un enfrentamiento con Prefectura”. Muy similares, la misma pluma, y uno ya no sabe de qué año es el diario que está leyendo.

El Grupo Albatros de Prefectura Naval que asesina a Rafael Nahuel después de tirar más de 114 tiros, se lleva detenidos a Fausto Jones Huala y Lautaro González, dos mapuches que estaban con Rafael en la recuperación del territorio. Fausto contó a Diego Pintos y Maxi Goldschmidt para la revista Cítrica, que ese día no habían escuchado a la fuerzas represivas, hasta que les gritaron «¡Alto, Prefectura!» y empezaron a dispararles: “De repente se escucha que hay un herido, y cae Rafael. Nosotros le gritábamos que dejasen de tirar porque estaban hiriendo gente. Entonces escuchamos que hubo otro herido más, mientras ellos no dejaban de tirar en ningún momento”.


Rafael agonizaba, Fausto y Lautaro deciden armar una camilla y bajar a la ruta para pedir ayuda. Cuando llegan a la ruta Rafael ya había muerto y se encuentran a los prefectos que les dispararon: “Les empezamos a hacer señales. Les decíamos que llevábamos a un muerto, que no nos disparen más, que estábamos desarmados, y que nos íbamos a ir con él. Nos gritaron ‘¡al piso, al piso!’ Nos tiramos al suelo y nos esposaron. Cuando me esposan aparece uno y dice: ‘¡Ahhh! ¡Hijos de puta!, nos empieza a insultar, nos quiere venir a pegar y entre otros lo pararon. Los prefectos pararon a su mismo compañero, que estaba rabioso. Después nos llevaron hasta la entrada del hotel que está ahí abajo. Nos dejaron contra un portón de madera, en el suelo, durante un rato”, relató Fausto en la misma entrevista.


Sonia Ivanoff es abogada de Fausto y Lautaro y explica a La Retaguardia que se quedaron con Rafael hasta el último momento para evitar que hicieran lo mismo que hicieron con Santiago Maldonado: “Fausto se queda con Rafael en los brazos. ‘Me dieron, peñi’, les dice. Ellos se quedan con el cuerpo hasta último momento.”

Fue en una conferencia de prensa que Andrea Antico y Sergio Maldonado contaron que cuando apareció el cuerpo de Santiago permanecieron siete horas custodiándolo. Un cuerpo río arriba en un lugar que ya había sido rastrillado. Una familia haciendo guardia frente a quien lleva meses desaparecido. Un mes después, dos mapuches maniatados, golpeados, al lado de su compañero asesinado, también mapuche. Desde la tarde hasta la madrugada, Fausto y Lautaro resisten. Luego los trasladan a dependencias de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y quedan incomunicados durante días. Mientras tanto, el Juez Federal subrogante de Bariloche, Gustavo Villanueva, niega la existencia de detenidos. Las horas pasan y nos acostumbramos a las postales que nos deja esta inmunda inhumanidad.

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Dice Sonia Ivanoff: “El 25 de noviembre matan a Rafael. El 26, el Ministerio de Seguridad remite una nota al expediente con sus plataformas fácticas de cómo ocurrieron los hechos, que los mapuches atacaron, que hicieron una emboscada. Toda una terminología para generar más terror, más violencia estatal. Que los Albatros, como se vieron atacados, dispararon y produjeron, lamentablemente, la muerte de Rafael”. Y resalta Ivanoff: “Rafael fue matado por la espalda con una 9 milímetros”.

Después de recuperar la libertad, Fausto y Lautaro cumplen una serie de requisitos que les imponen, pero de cara al 25 de mayo, la Sala III de la Cámara de Casación Penal, compuesta por los jueces Carlos Mahiques, Liliana Catucci y Eduardo Riggi, revocó sus excarcelaciones: “Hace seis meses que están en libertad y no han entorpecido la investigación. Si no hay Albatros hoy indagados no es porque haya una responsabilidad por parte de los defendidos. No han sido indagados por la muerte de Rafael, ellos fueron testigos de la muerte de Rafael”, dice Sonia Ivanoff, quien planteó la nulidad de la sentencia “y la recusación de los jueces, pero también tenemos el plazo de recurso extraordinario federal que era un plazo de diez días, lo interpusimos antes porque vimos con preocupación que se decretó secreto de sumario en la causa y vimos algunos medios muy vinculados al poder judicial, que se decía que había una orden o pedido de captura”.


En el caso de Santiago Maldonado, la familia tuvo que armar un sitio web para desmentir permanente las operaciones de prensa, llegando a pedirles: “A veces hay que ponerse un poquito más del lado humano y si no tienen que poner, pongan música, no sé…, otra cosa”. Ya volveremos sobre el rol de la prensa.


Las restricciones para la excarcelación son “que en la indagatoria tanto Fausto como Lautaro plantearon ser del movimiento Movimiento Autónomo Puel Mapu, esta condición de ser mapuche, de ser un movimiento, los hace beligerantes y que no quieren acatar la constitución. A futuro alguien puede cometer un delito, métalo preso, por las dudas”, razona Ivanoff y se pregunta: “¿qué hubiera ocurrido si yo como abogada de ellos les hubiera dicho que no declaren? Si no hubiesen declarado yo no sé cual habría sido el elemento que hubiesen dicho para saber que posiblemente es un grupo beligerante, que posiblemente sea una organización que no se ajusta a la constitución, que nada de eso ocurre. Si no hubieran declarado ¿qué elementos hubieran tomado para decir que son del Puel Mapu?, el ser mapuche directamente. ¿Si no hubiera existido indagatoria de dónde hubieran tomado el elemento?, porque a su vez tampoco le aplican la flagrancia de delito, como quiere Pablo Noceti, que es lo que hicieron con Santiago Maldonado porque supuestamente estaban cortando una ruta, y nunca estuvieron cortando la ruta el 1 de agosto. Se metieron adentro del territorio a cazar indios y acá hicieron lo mismo, porque tienen el pasaporte para matar, porque saben que los van a bancar”.

Recuperación del territorio

Adrián Moyano, periodista y escritor, autor del libro A ruego de mi superior cacique Antonio Modesto INAKAYAL, detalla la historia de usurpación territorial en Villa Mascardi: “Está documentado básicamente en las crónicas de Francisco Moreno que la margen sur del lago Nahuel Huapi, hacia fines de 1876, era espacio territorial que tenía como lonko a Antonio Modesto Inakayal, el protagonista de mi último libro y en 1880 viniendo desde el sur, desde Tecka hasta lo que hoy sería el casco urbano de Bariloche, Moreno testimonia la presencia de gente mapuche sobre el lago Gutiérrez, cuyo nombre original es Karülafken, y venía acompañado por jinetes mapuches. El nombre histórico del lago Mascardi es Relmulafken, que puede traducirse como lago de los siete colores o lago del arco iris. La forma en la cual una vez perpetrada la Campaña del desierto, una década después, hizo jurídica e institucional su dominación de esos espacios territoriales, fue a través de Parques Nacionales.  Los primeros proyectos de parques nacionales datan de principios del siglo XX, una vez más con la intervención de Francisco Moreno, pero se hacen operativos en la práctica hacia 1934, cuando son creados después de varios proyectos que no llegaron a concretarse. El Nahuel Huapi fue el primero, más tarde el Lanin y demás.


Parques Nacionales estableció una metodología a partir de las cuales la gente que vivía dentro de su jurisdicción era considerada intrusa o tenedora de un documento al que le llaman “permiso precario de ocupación y pastaje”, una sigla odiosa para las poblaciones mapuches preexistentes a Parques Nacionales.


Son muchísimos los casos de comunidades que han sido desalojadas a principio del siglo XX. La recuperación que hicieron los peñi de la comunidad Winkul Lafken, de cuyo proceso estaba participando Rafael, se ampara además en una serie de conceptos culturales y filosóficos mapuches muy profundos, en el derecho al retorno que reconoce el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que es Ley 24.071 en la Argentina, y reconoce a los pueblos indígenas y tribales el derecho al retorno a sus espacios territoriales originales”.

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Sonia Ivanoff agrega que después del plan sistemático de exterminio de Roca y la usurpación del territorio “los mapuches que se pudieron refugiar en el territorio, o son peones o fueron servicio doméstico, o son los habitantes de los barrios más marginales de las principales ciudades patagónicas”.

Los medios de comunicación

En esta batalla desigual, los mapuches tienen que demostrar su inocencia en la justicia y en los medios que los demonizan. Adrián Moyano plantea una alternativa para enfrentar las mentiras: el cara a cara. Desde el grupo que integra, organización de articulación mapuche, junto al colectivo el Kultrunazo y Pu pichikeche choike, es que desde diciembre impulsan un ciclo que se llama El pueblo mapuche vive. “Convocamos a los vecinos para mirarnos a los ojos, para ver quién miente. Hablamos en esas jornadas de historia mapuche, cosmovisión, proyectamos, hay música también para salir de este clima opresivo que pretende el gobierno nacional”, detalla Adrián y rescata una fecha que hicieron en enero, en pleno Centro Cívico de Bariloche: “fue muy importante, al cumplirse un año de la represión en el departamento de Cushamen, mucha gente turística, y tuvimos la chance de hablar cara a cara, de volantear, y fue muy efectivo siempre a nivel de enfrentar, cual David a Goliat, el poder inabarcable de los medios de comunicación, y siguen introduciéndose avances que no son de interés para los grandes medios: que se empiece a enseñar mapundungun en la escuela secundaria rionegrina, que en Villa La Angostura está teniendo lugar un conflicto importante, los peñi y lamien están resguardando un espacio territorial después de un destrozo importante que hizo un emprendimiento inmobiliario. Quiere decir que la lucha continúa por todos lados mas allá de la consideración mediática y las cuestiones judiciales que interesan en Buenos Aires”.


El 8 de febrero Clarín titula: “Autopsia al mapuche muerto en Mascardi: le habrían encontrado restos de pólvora en la mano”. Y larga que el Instituto Balseiro lo “habría confirmado”. Sí, así. Sumando “habría” con “confirmado”. Lo obvio ocurre rápidamente: el Instituto Balseiro tiene que desmentir al gran diario argentino.


El 30 de marzo, al conocerse otras pericias, La Nación titula: “Caso Rafael Nahuel: determinan que mapuches y prefectos tenían pequeños restos de pólvora”. Pero lo cierto es que en el interior de la nota, cuenta lo contrario: “En el caso del joven fallecido, sobre 4163 partículas analizadas, ninguna dio positivo. Es decir, ninguna partícula contenía, al mismo tiempo, los tres elementos característicos de los granos de pólvora: bario, plomo y antimonio. Sobre las 4001 partículas que integraron su muestra, en la mano derecha de Fausto Jones Huala se halló una partícula con los tres elementos. En el caso de Lautaro González, también dio positiva una única partícula sobre 3534. Los científicos, en tanto, encontraron partículas compatibles con la pólvora en las manos de cinco prefectos.” y menciona otro informe sobre las prendas de Fausto y Lautaro, que tampoco presentan residuos atribuibles a armas de fuego.

Este modo de actuar de la prensa no es improvisado. En el diálogo con La Retaguardia, Sonia Ivanoff analiza que en “este mecanismo de criminalización racial, mecanismo de criminalizar y judicializar un derecho cultural, la prensa siempre jugó un rol muy importante. Cuando llevaron a Pincen por la calle Florida, que lo habían apresado, ese bravo punta de lanza que después le sacaron fotos, lo hablábamos con Facundo (Jones Huala, mapuche y preso político), él es como un Pincen moderno. Lo llevan a declarar en helicóptero, un gran despliegue de seguridad, y que los medios más hegemónicos le hayan dedicado programas, lo que dice TN, Canal 13, hablan de la guerra mapuche. Es preocupante el rol de los grupos económicos vinculados a la prensa. Son grupos económicos y es el conflicto real, el conflicto de base, que es la tierra, el territorio que ocupan los indígenas, no se está en el problema de fondo y es preferible criminalizar y judicializar. Facundo dice ‘ni tenemos idea de formar un Estado’, se ha instalado eso. Son temas interculturales, porque se les impuso un modelo de Estado y un modelo cultural, lo que están planteando es un diálogo político como actores políticos, como lo prevé la constitución y los tratados internacionales. Como conclusión, la cárcel, la judicialización y como dijo él: los muertos siempre los estamos poniendo nosotros”.

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Adrián Moyano se va a referir a los partes militares del genocidio llevado adelante por Roca: “cuando uno lee la historia escrita por los militares, la historia militar, se encuentra con terminologías de combate, de batallas, y cuando lee los partes detallados ve que fueron auténticas masacres, la mayoría ataques a tolderías semidormidas, vacías de hombres porque estaban cazando después de sufrir los primeros golpes económicos por parte de las tropas militares. Auténticas masacres. Si uno repasa la cantidad de víctimas, verá que hay una holgada mortandad mapuche y apenas bajas en el ejército argentino. Esta metodología de la mentira la conocemos muy bien por como funcionó la última dictadura militar que también nos quiso vender enfrentamientos cuando se trataba de fusilamientos, cuando se trataba de gente desarmada, y acá pasa otro tanto. Ya se comprobó que hubo 114 disparos generados por tres o cuatro efectivos del Grupo Albatros. No hubo ningún enfrentamiento, no hay ningún grupo mapuche que ni por asomo pueda constituirse en el peligro nacional que quiere el gobierno macrista.”

Estanislao Zeballos, uno de los escribas de la campaña de Julio Argentino Roca dejó en sus libros las pruebas que los incriminan. En el asesinato de Rafael, el Ministerio de Seguridad hace lo mismo, con el informe que Patricia Bullrich diseñó sobre los actos terroristas de la RAM: “95) ENFRENTAMIENTO MIEMBROS DEL RAM CON PREFECTURA NAVAL – PREDIO MASCARDI – DESALOJADO JUEVES PASADO. FGR: 27423/2017 – “FAUSTO HORACIO JONES HUALA Y LAUTARO ALEJO GONZALEZ S/ MUERTE POR CAUSA DUDOSA, USURPACION Y ATENTADO CONTRA LA AUTORIDAD AGRAVADO POR SER MAS DE 3 PERSONAS”. Juzgado Federal de Bariloche. Fecha: 25 de noviembre 2017. FALLECIDO: RAFAEL NAHUEL. DETENIDOS: 1. FAUSTO JONES HUALA 2. LAUTARO GONZÁLEZ. Fueron liberados el 29 de noviembre de 2017. Están imputados por usurpación.”


Patricia Bullrich, junto al ministro de Justicia Germán Garavano, declaró en conferencia de prensa que hay que distinguir a los pueblos originarios de los grupos que no tienen reivindicaciones y son grupos que tomaron a la violencia como la forma de acción politica, y desde ahí se lanzó al: «Llevamos adelante una acción legal y legítima, totalmente enmarcada en la ley, frente a una acción ilegal, violenta”. Va a reformular su “no voy a tirar un gendarme por la ventana”, ahora es “nosotros le creemos lo que nos dicen las fuerzas y no tenemos por qué no creerles”. Eso sí, antes de dar su discurso le dio su pésame a la familia de Rafael Nahuel.


Moyano considera que mas allá del informe, lo que preocupa es el accionar estatal: “porque no se trata de una ministra despistada o exacerbada, sino de la Policía aeronáutica, de la Prefectura, de la Gendarmería, de las fuerzas de seguridad provinciales, de los jueces provinciales, de los jueces federales, todo el andamiaje del Estado puesto en marcha por este gobierno para construir un enemigo interno y justificar represiones, como las que tuvieron lugar en Buenos Aires en diciembre del año pasado. Me pareció muy acertado un flyer que circuló aquellos días, que decía “¿viste lo que hizo Gendarmería en el centro de Buenos Aires? Imaginate lo que habrá hecho en el Río Chubut”. Desde la perspectiva de la ministra me parece que carece de absoluta profesionalidad y es una usina de generar mentiras respecto del pueblo mapuche, que no son nuevas. Si uno mira la historia a largo plazo, esa construcción mediática tiene más de 150 años, con distintos métodos”.

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*Por Paulo Giacobbe para La Retaguardia

Palabras claves: mapuche, Patricia Bullrich, Rafael Nahuel, Santiago Maldonado

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