Fuegos de junio: la vigilia es hermanarnos para parir la ley

Fuegos de junio: la vigilia es hermanarnos para parir la ley
13 junio, 2018 por Julieta Pollo

Por Julieta Pollo para La tinta

Integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto junto con el Museo de Antropología de la ciudad de Córdoba impulsan una vigilia a lo largo de este miércoles, para acompañar juntas y hermanadas el debate por el aborto legal, seguro y gratuito que se desarrolla en el Congreso Nacional de Buenos Aires.

La propuesta cuenta con actividades culturales que comienzan al mediodía y continuarán toda la noche hasta el momento de la votación, pero el foco más importante es que nos reunamos y podamos atravesar juntas un momento histórico, escuchando los debates y reflexionando acerca de nuestra lucha.

Antorchas, música, glitter, guiso, pintura, tamboras, mates, murga, fútbol femenino, homenajes, productos de la grupa, frazadas, abrazos y todo el calor que construimos en sororidad cuando nos cobijamos bajo el gran pañuelo verde del derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Conversamos con Mercedes Burga, parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto en Córdoba y con Fabiola Heredia, directora del Museo de Antropología. 

Mercedes Burga nos brindó un panorama muy claro acerca de la iniciativa de esperar, escuchar y reflexionar juntas en torno al debate de esta tarde. Hablamos de doble moral, de derechos humanos y de las nuevas generaciones que demuestran que «la batalla cultural se ganó».

—¿Cómo surgió esta iniciativa de hacer una vigilia?

—Algunas compañeras viajaron a Buenos Aires para hacer el aguante allá y las que no podíamos dijimos de juntarnos a ver el debate, a escuchar los argumentos y a acompañarnos en este momento. Empezamos a ver dónde y cómo, y de repente fue creciendo, se sumó mucha gente.

El Museo de Antropología nos prestó amablemente el lugar porque les pareció muy importante abordar este momento desde la escucha y la palabra. Nos prestan la sala de abajo, y también pantalla, proyector y sonido, sillas y almohadones para ver el debate mientras compartimos un mate. El Museo nos alberga hasta las 12 de la noche y después vamos a sacar la pantalla a la calle… la idea es seguir manteniéndonos juntas así que vamos a hacer algunas antorchas y a llevar tachos cortados para bancar el calor, porque va a estar «un poco» fresco.

—¿Cuál es el foco de la actividad y cuáles son las actividades artísticas y culturales programadas?

—Nosotras apuntamos a la escucha del debate, para que sepamos cómo votan nuestros legisladores, cómo piensan, sobre todo en Córdoba… porque la verdad es nefasto. Fue toda una discusión y pensamos en apuntar a la dinámica de lo que fue la jornada de los juicios de los Derechos Humanos:  poner en valor la palabra y escuchar el debate.  Y también ver esta historia de qué pasa con nuestra gente, con la doble moral en esta provincia. La vigilia es hermanarnos para esperar, para parir esta ley.

Entonces todo lo cultural que se fue agregando, va a acompañar esta escucha del debate. Algunas personas llamaron para tocar la guitarra, aunque no va a haber escenario la idea es poder cantar juntas las canciones de la Campaña. Va a haber feministas que van a vender pañuelos o los productos que hacen, algunas grupas van a ir a cocinar, vamos a pintar la calle como hemos hecho en algunos de los pañuelazos. Se va a hacer un fútbol feminista, un taller de murga, intervenciones artísticas en el cuerpo. A las 22 se compartirá un guiso popular y a la medianoche, la FOB va a hacer un homenaje a Maite Amaya también.

—¿Cuál es la importancia de propiciar esta jornada para que juntas escuchemos el debate?

—A nosotras nos hace mucho ruido la situación de Córdoba… ya sabrás lo del Portal de Belén que mandaron un amparo a la justicia, la justicia que le da lugar… en fin, por eso ponemos el foco en la palabra, en escuchar a quiénes votamos, a quiénes nos representan. ¿Cómo nos pueden representar tan alejados del sentimiento de los cordobeses? Porque varios sondeos de opinión dan el 60% por la despenalización, por lo menos.

Por todo lo que venimos escuchando me parece que realmente el debate va a ser muy rico. También vamos a querer escuchar a los antiderechos a ver cómo justifican esta doble moral: yo insisto en lo de la doble moral. Acá en Córdoba nosotros tuvimos un desalojo hace pocos días y el Ministro de Salud salió después a decir que está a favor de las dos vidas… ¿a favor de las dos vidas?  No lo vimos en el desalojo de Juárez Celman, en uno de los fríos mas fríos del año, con niños pequeños a los que la topadora les pasó hasta sus mochilas por arriba. Los dejaron sin nada en medio del frío.  Entonces, ¿cómo puede ser que esa persona este a favor de las dos vidas? Es importante escuchar cuáles son las argumentaciones y poder aprender a elegir a nuestros representantes.

Las mujeres NO importamos. No importan las vidas de las mujeres, lo que nos pasa, lo que sentimos y no nos tienen en cuenta como sujetos de derechos. Nosotras podemos decidir. Ellos dicen ser pro vida nosotras decimos son antiderechos porque se han opuesto a todos los derechos que se han luchado todos estos años… el voto femenino porque “iba a partir la familia” según la iglesia, la patria potestad, incluso con la Ley de Matrimonio Igualitario, los argumentos son siempre los mismos.

—Mañana van a estar participando muchísimas activistas independientes, profesionales de la salud, centros de estudiantes, socorristas, etc. Pero me interesa preguntarte por los estudiantes de escuelas secundarias: ¿Qué reflexión hacen desde la Campaña acerca de la cantidad de adolescentes que apoyan y se movilizan por esta lucha?

Es que muchas de ellas son hijas nuestras. Me parece que lo que significa es que ganamos la batalla cultural.  Más allá de que sea ley mañana o el año que viene, la batalla cultural se ganó. Las chicas ya se han apropiado.  Hay algo maravilloso… cuando yo estaba en la secundaria estaba la dictadura y no se podía hablar de tener relaciones.

Yo creo que estas chicas van a poder apropiarse de su cuerpo de mujer y defenderlo. Todas estas chicas se empoderaron, nadie les va a poder decir qué hacer de su cuerpo. Es una de las cosas más revolucionarias que nos ha pasado en este tiempo: que la mujer entienda que es dueña de su cuerpo, de su palabra, de su ser, que es sujeto de derechos y no una cosa.

Por su parte, la directora del Museo de Antropología que ha decidido cobijar esta actividad, nos contó las razones por las cuales esta institución perteneciente a la Universidad Nacional de Córdoba, decidió destinar sus recursos para facilitar una jornada de reflexión conjunta. Fabiola Heredia nos convidó su parecer como referente del  Museo y como mujer, atravesada por las mismas violencias que nos hacen luchar esta causa.

—Fabiola, contanos por qué es importante que una institución universitaria acompañe un hecho social como la vigilia de esta tarde.

La Antropología es una disciplina interesada por los hechos sociales y por las situaciones que parecieran ser de la esfera íntima de la vida de las personas pero que en definitiva nunca lo son. Hemos presenciado manifestaciones masivas de personas, en su mayoría mujeres, que hacen públicas situaciones que en otros contextos históricos quedaban reservadas a la vida privada y que, justamente por eso, encubrían procesos sociales de opresión, y que hoy pueden ser denunciadas públicamente. Esto nos interesa como cientistas sociales. También se trata de un evento cívico al ser un debate legislativo del tratamiento de una temática a la que no podemos ser indiferentes.

Por supuesto esto no significa que todo el personal del Museo, ni de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales, ni de la Universidad Nacional de Córdoba estén a favor del aborto seguro, legal y gratuito: la universidad y cada una de sus partes es una institución compleja y variada. Pero sí  nos interesa como institución garantizar la visibilidad de un debate que nos esta hablando de las sociedades comtemporáneas y sus complejidades, porque estas instancias germinan nuevas relaciones con la ciencia y nuevas epistemologías. Ante esto, como científicos y como institución universitaria, al margen de las posturas que tengamos cada uno, no podemos abstraernos.  Por otro lado, este debate se ha convertido en un hecho social de gran visibilización que a veces se presenta extorsivo por si se está «a favor o no de la vida», y no cabe duda de que nos inquieta y nos conmueve la vida.

También me gustaría responder en forma personal de por qué pienso que debe visibilizarse este tema. Yo soy hija de padres de clase media para quienes, en aquel tiempo, la universidad les significó el ascenso social. Eran trabajadores. Sí con esquemas familiares patriarcales. Mi papá fue médico y en su época de estudiante, luego del nacimiento de mis hermanas, mi mamá quedó embarazada y él la obligó a abortar.

No ha habido una sola vez que mi mamá no cuente esa experiencia con vergüenza y dolor. Fue en un espacio clandestino y a riesgo de su vida. Después ella se convirtió en enfermera y más de una vez vio situaciones de mujeres que llegaban después del paso por lugares con condiciones deplorables y que adema eran tratadas como delincuentes, porque la ley las penaliza en un sentido literal -por realizarse un aborto- y en un sentido social -por las condiciones subalternas que hemos ocupado las mujeres en la historia-. Entonces bueno,  si tan solo habilitar une espacio público para ver este debate puede generar una instancia para que se hable de la oportunidad de que ninguna otra mujer se avergüence y que su vida no corra riesgo, todo esto tiene sentido. 

*Por Julieta Pollo para La tinta. Ilustraciones: Línea Peluda.

Palabras claves: aborto, legalización del aborto, Museo de Antropología

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