Los presos políticos de Oaxaca

Los presos políticos de Oaxaca
17 mayo, 2018 por Tercer Mundo

Se cumplieron tres años y cinco meses de la detención de siete comuneros de Eloxochitlán de Flores Magón, en Oaxaca, México.

Por Débora Cerutti para La tinta

“El abismo no nos detiene, el agua es más bella despeñándose”

Ricardo Flores Magón

El conflicto

Eloxochitlán de Flores Magón es un municipio de aproximadamente cinco mil habitantes ubicado en la región Cañada del estado mexicano de Oaxaca. Su forma de gobierno se rige bajo el sistema de usos y costumbres, forma tradicional en que los pueblos indígenas eligen a sus representantes y toman decisiones comunitarias[1].

En el año 2010 comenzó un conflicto que todavía continúa. Los partidos políticos empezaron a entrometerse en el proceso comunitario de la Asamblea Comunitaria, el órgano de toma de decisiones que tiene el pueblo. Manuel Zepeda logró el triunfo en la asamblea con la compra de votos y alianzas con líderes barriales.

Esto provocó que las partes inconformes de la asamblea pidieran ser integradas en los espacios del cabildo “como es tradición en la comunidad, donde el segundo y tercer lugar en las votaciones forman parte del gobierno con el candidato vencedor”, según se explica en Subversiones. Dicha participación se les negó a los miembros de la Asamblea Comunitaria y se inició una lucha por parte de quienes denunciaban las elecciones fraudulentas y la intromisión de los partidos políticos. Los comuneros impulsaron varias acciones para el reconocimiento dentro del cabildo y ante la falta de respuesta decidieron realizar manifestaciones y acciones públicas.

Entre ellas, el 31 de diciembre de 2010, Eusebio Morales Alfaro, quien era la autoridad de la Asamblea Comunitaria elegida por usos y costumbres el año anterior, decidió no dar posesión a Manuel Zepeda, lo que derivó en el cierre del palacio municipal y la toma durante dos días de la carretera Puente de Fierro.

Todo esto devino en órdenes de aprehensión contra integrantes de la Asamblea Comunitaria y la detención de Jaime Betanzos Fuentes, junto a un “rompimiento total del diálogo entre la Asamblea Comunitaria y el gobierno del estado”.

7 presos y 16 perseguidos

Son muchos los avatares y pormenores de lo sucedido en estos años desde que comenzó aquel conflicto por la autonomía. Desde 2010, el tejido comunitario de Eloxochitlán de Flores Magón se ha visto corrompido por ambiciones de caciquismo y el sistema de gobierno por partidos políticos que antes no existía en el pueblo. La Asamblea Comunitaria pasó a ser un estorbo para el gobierno de Manuel Zepeda, quien criminalizó en los primeros cinco años de conflicto a más de 23 comuneros con órdenes de aprehensión y dejó un saldo de 15 presos, de los cuales algunos lograron quedar en libertad.

Pero el 14 de diciembre del 2014 ocurrió uno de los hechos que más repercusiones tuvo hasta la actualidad. Según se narra en Lucha comunitaria y represión política en Eloxochitlán de Flores Magón. El caso de Miguel Peralta Betanzos, ese día fue convocada una asamblea para la elección de autoridades por parte de la Asamblea Comunitaria. Manuel Zepeda y varios sicarios se hicieron presentes (vestidos de policías) y agredieron con armas de fuego a integrantes de la asamblea: “De la agresión lograron detener al líder del ataque e hijo del cacique Manuel Zepeda Lagunas, en posesión de un arma de fuego, quien fue entregado con vida a policías estatales y horas más tarde murió en condiciones inciertas”.


El gobierno del Estado de Oaxaca culpó a los integrantes de la Asamblea Comunitaria y comenzó una cacería que derivó en que hoy, sin pruebas ni avances en el proceso jurídico de las personas que fueron heridas de bala, así como tampoco de quienes fueron acusados de la muerte del hijo de Zepeda, sigan presos siete comuneros. Por otra parte, muchas familias se han visto obligadas a salir de la comunidad por amenazas y el “clima de violencia, hostigamiento e impunidad” que se vive en Eloxochitlán de Flores Magón.


Las mujeres en la lucha

Desde aquel diciembre de 2014, son las mujeres indígenas mazatecas, hijas, hermanas, madres y compañeras de los siete presos y perseguidos de la Asamblea Comunitaria quienes vienen denunciando sistemáticamente el ambiente de hostigamiento y persecución por parte de la familia Zepeda Lagunas, “quienes han ocupado cargos municipales (por imposición al no seguir nuestro sistema normativo), medios masivos de comunicación, relaciones políticas y su riqueza económica para intentar por todas las formas posibles, borrar la memoria de lo que realmente sucede y sucedió en nuestro pueblo”, manifestaron en un pronunciamiento lanzado ayer.

La injusta situación de encierro y el desgaste emocional y físico que esto conlleva es algo que no sólo padecen los presos sino también las familias. El daño es irreparable. “Nosotras, como mujeres indígenas, nos hemos tenido que enfrentar al maltrato, a las malas caras y a las groserías del personal de este juzgado, el Juzgado Mixto de Primera Instancia del Distrito de Huautla de Jiménez. Nosotras, como mujeres indígenas mazatecas de N´guixo, hemos conocido lo que es el nepotismo y la corrupción de los que se dicen representantes de la justicia”, dice el pronunciamiento.

Las mujeres indígenas denuncian que el expediente que se encuentra en el juzgado y por el cual se mantiene preso a los siete integrantes de la Asamblea Comunitaria no posee pruebas.

El miércoles las mujeres realizaron un ayuno en solidaridad con sus compañeros presos y en exigieron su libertad y un pronto proceso judicial que permita el cese de la violación de las garantías constitucionales de los comuneros.


[1] Esta historización del conflicto fue realizada en base a la nota publicada en Subversiones : “La lucha por la autonomía en Eloxochitlán de Flores Magón”, disponible en: https://subversiones.org/archivos/115918

*Por Débora Cerutti para La tinta

Palabras claves: México, Mujeres, presos políticos

Compartir: