Alejandro Balbis: “La vida del músico es complicada en todos lados”

Alejandro Balbis: “La vida del músico es complicada en todos lados”
3 mayo, 2018 por Gilda

El cantautor uruguayo Alejandro Balbis vuelve a presentarse en nuestra ciudad para convidarnos de sus composiciones, que reflejan una raíz murguera y un compromiso con la transmisión de la identidad cultural.

Por Manuel Allasino para La tinta

Alejandro Balbis, quien ya cuenta con dos discos en su etapa solista -«El gran Pez» (2009) y «Sin Remitente» (2013)-, regresa a la capital cordobesa para deleitarnos con sus canciones que hablan del barrio, el amor y las complejas realidades sociales. El músico presenta junto a Guillermo Di Pietro, Pablo López y Mauro Asís «Uruguay late en Córdoba».

Balbis participó como cantante, arreglador y director de murgas del país hermano del Uruguay, como así también de numerosas producciones discográficas locales e internacionales. Colaboró en los discos de Bersuit Vergarabat “Hijos del Culo” y “La Argentinidad al Palo”, en “De bichos y flores” de la banda uruguaya La Vela Puerca, y en “Volumen 1” y “Crisis” de Las Pastillas del Abuelo. Además fue parte de “Cuando el Río Suena” de Adriana Varela, “Contraseña” de Jaime Roos y “Sea” de su compatriota Jorge Drexler.​

Alejandro Balbis es un referente indiscutido de la corriente de canciones urbanas y de la música popular uruguaya, y es celebrado por el público en cada presentación. Este inquieto y creativo personaje ha participado en murgas como cantor, como libretista y como director. Entre ellas: Contrafarsa, Falta y Resto, Saltimbanquis, A Contramano, Asaltantes con Patente y Don Timoteo.​

Desde La tinta, conversamos con él acerca de su historia, su forma de sentir la música y la relación con el público cordobés, entre otras cosas.

—Tenés un recorrido artístico muy interesante, pero volvamos a las raíces: ¿a qué edad comenzaste con la música?

Hay varios comienzos. Hay uno que no puedo determinar cuando fue, porque cantar lo hice siempre, quizás antes de hablar. Después, fue cuando empecé clases de guitarra con Jorge Lazarroff siendo muy chico, en el Instituto La Gaviota, donde trabajaba gente de “Canciones para no dormir la siesta», un colectivo musical uruguayo pensado inicialmente para niños pero que cautivó al mismo tiempo al público adulto. Se inició el 19 de junio de 1975 y se disolvió en julio de 1990, y fueron un grupo referente en la resistencia cultural a la última dictadura uruguaya. Otro contacto con la música, y muy importantes, es cuando comencé a cantar en las fiestas de fin de curso del colegio. Y por último uno bien concreto, en el invierno del ’80, cuando ingreso en la murga El Firulete.

—Marcás tu vinculación con la murga El Firulete como un punto fuerte en tu carrera musical, ¿por qué elegiste la murga como género?

No sé, quizás sea un tema para hablar con el analista. Tal vez fue para diferenciarme de mis padres o lo que culturalmente me rodeaba. Porque en ese momento mis amigos del barrio, del colegio, del club, en el barrio donde vivía… otra que murga, no te escuchaban un tema en español ni a palos. Eras un “terraja” si escuchabas música en español. Encima, en ese momento, en el primer año del secundario, yo cantaba en el coro del Liceo Suárez, con la impostación lírica y con todo lo que eso conlleva. Y vi la murga, y eran todos unos “gordos”, que cantaban como se les ocurría, todo “nasal”, y me encantó. Me gustó y atrapó lo desfachatado.

—¿La vida del músico en esta parte del mundo es más compleja y difícil?

Sí, tal vez sea un poco más difícil que en otros lugares. Pero me parece que en general, la vida del músico es complicada en cualquier lugar del mundo.

—¿Cómo fue el proceso que te llevó a ser solista?

Uhh! Es un proceso muy largo, veinte años de proceso. Cantar en el coro de la murga tiene una postura, cantar sólo en la murga tiene otra postura, y cantar sólo canciones tiene otra postura distinta. Fui transitando entre una y otra, durante mucho tiempo. Al principio era difícil despegarse de la postura vocal del cantor segundo de la murga. Porque es más exagerada, no sólo hay que cantar grave sino que hay que parecerlo. El solista de la murga tiene otra postura, donde todo tiene que ser bello.

—Los artistas uruguayos siempre fueron muy bien recibidos por la gente en nuestro país, y más en los últimos tiempos, ¿cómo es tu relación con el público de Córdoba?

Mi relación con el público de Córdoba hasta ahora ha sido hermosa y creciente. Siempre se llena el lugar donde nos presentamos, y con un fervor muy importante. Gente que sabe las canciones, que ha explorado sobre lo que uno ha realizado como artista. Me conocen de Falta y Resto, de la Bersuit, de La Vela Puerca y obviamente, de mi propio material. Son personas que han logrado atar todos esos cabos, que en algún momento fueron todos cabos sueltos.

Alejandro Balbis.  Viernes 11 de mayo a las 22 en Cocina de Culturas (Julio A. Roca 491).

*Por Manuel Allasino para La tinta. Fotos: La Diaria y Nicolás Mañez. 

Palabras claves: Alejandro Balbis, murga, Música, Uruguay

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