Río IV: desalojo de familias en Bº Cola de Pato
Vecinas y vecinos de Bº Cola de Pato están preocupados ante un inminente desalojo de 12 familias que viven sobre la Avenida de las Américas, en el sector de la costa sur del río Cuarto. Una empresa encargada de llevar adelante una obra impulsada por el Gobierno provincial les exigió que abandonen el lugar. Tienen miedo de quedar en la calle y perder lo que tanto esfuerzo y sacrificio les costó construir.
Por Nano Nusbaum para Retruco Noticias
El problema surge a partir de que la Provincia decidió avanzar con la obra de embellecimiento y vías de circulación entre los puentes “Colgante” e Islas Malvinas por la costanera sur, lugar que actualmente es habitado por 11 familias y una más que había empezado a construir su casa pero se la “derrumbaron a patadas”.
En diálogo con el portal Retruco, los vecinos de ese sector de la ciudad manifestaron su impotencia y preocupación ante el avasallamiento de la empresa contratada para la obra que les exigió, sin notificación por escrito, que abandonen el lugar para continuar con las tareas. A algunos les ofrecieron dinero y a otros un terreno, pero todo de palabra y sin ningún respaldo legal.
Estado ausente
Los vecinos se mostraron sorprendidos por la situación que les toca vivir. Señalaron que en ningún momento se acercaron autoridades locales o provinciales para plantearles la situación y comentarles sobre la necesidad de trasladarse a otro sector de la ciudad o acordar una instancia de relocalización. Solamente han tenido contacto con una persona de la empresa encargada de la obra. Por ahora, el único que los recibió fue el Defensor del Pueblo, quien se comprometió en ayudarlos.
Las familias que viven en ese lugar carecen de recursos económicos para pagar un alquiler, y mucho menos para comprar un terreno y construir una casa en otro lugar. Son trabajadores informales, marginados del mercado laboral que a fuerza de changas resisten en las costas del río. Hay familias que hace varios años que están asentadas allí. Lugar en el cual han crecido, forjaron sus amistades y han desarrollado un sentido de pertenencia muy fuerte con el barrio.
“No nos podemos ir de un día para el otro de acá y empezar a construir en otro lugar porque no tenemos plata”, coincidieron algunos de los vecinos que conversaron con Retruco, entre ellos: Yamila Ortega (21), Deysi Ferreira (28), Lionel Vivas (30), Viviana Cechín (42), Elena Rodríguez (42) y Julio Caballero (43).
Abiertos al diálogo
A pesar de esto, manifestaron que son conscientes que “por el crecimiento de la ciudad y ante una obra que embellecerá el lugar, nos tenemos que ir, pero necesitamos que nos ayuden con el terreno y la vivienda porque no tenemos dinero para eso”, dijo Deysi Ferreira. “No queremos que nos regalen nada, pero que tengan en cuenta nuestra situación y vean qué es lo que podemos pagar”, remarcó Yamila Ortega. “Sería un cambio muy grande porque acá tenemos el colegio cerca de los chicos y el Hospital. Nos pasa cualquier cosa y sabemos que caminando podemos ir, eso en otro lugar sería muy difícil”, agregó.
Los vecinos de esta parte del Bº Cola de Pato viven en hogares precarios que han construido ellos mismos con mucho sacrificio. Algunos grupos familiares están integrados por jóvenes que buscan una oportunidad para salir adelante, otros conformados por jubilados que no tienen mayores ingresos que las pensiones o asignaciones y también hay familias numerosas con serias dificultades para convivir por el poco espacio que tienen.
Por una vivienda digna
Julio Caballero (43 años), alias “El porteño”, contó a Retruco las dificultades que deben sortear día tras día. Viven en una pequeña habitación de tres por cuatro y son 11 las personas que integran el grupo familiar. Además no tiene un trabajo formal y se las debe rebuscar con changas para poder salir adelante.
“Me vine de Buenos Aires porque ahí no se puede vivir más, compré un pedacito de terreno y construimos una habitación. Resulta que ahora me salen con esto que tenemos que desalojar el lugar”, relató Julio Caballero.
También comentó que es muy difícil vivir en ese lugar tan pequeño, pero peor sería quedarse en la calle. “Durante la noche tenemos que sacar los muebles afuera para poder dormir porque de otra forma no entramos todos”, expresó Julio y agregó: “Y ahora nos quieren sacar esto que es lo único que tenemos. ¿A dónde me voy con mis hijos?”.
Esta situación que hoy viven estas 12 familias en nuestra ciudad nos interpela a reflexionar sobre cambios radicales en la distribución de la tierra, el acceso al techo y los derechos laborales. Estos ejes junto a la salud, la educación, el ambiente y la paz, constituyen los puntos centrales de un debate necesario para avanzar en una propuesta alternativa a este modelo económico de pobreza y exclusión, a fin de construir una sociedad cada vez más justa e igualitaria.
Mientras tanto, algunas políticas de Estado apuntan a embellecer la ciudad mientras que hay familias siguen bregando por tierra, techo y trabajo.
*Por Nano Nusbaum para Retruco Noticias.
