Abran cancha

Abran cancha
25 abril, 2018 por Redacción La tinta

Saira Millaqueo, la jugadora de hockey que, tras haber sufrido la transfobia del mundo deportivo en carne propia, impulsa el proyecto de una Ley Nacional de Deportes inclusiva y con perspectiva de género para que nadie se quede fuera de juego. «Hay muchas chicas trans que no están jugando. Es difícil exponerse a la situación de llevar adelante un juicio, a ese proceso dentro y fuera de la cancha, defenderlo mediáticamente. Yo lo hice porque estaba decidida, y no solo por mí».

Por Paula Jiménez España para Página / 12

Cada fin de semana, además de los partidos, Saira Millaqueo disfruta de salir con sus compañeras de hockey, charlar o ir a bailar. Pero para ella esto fue una conquista, porque integrar este equipo y pasar de amateur a nivel competitivo le requirió dar una batalla pública. Saira salió en los diarios y en la televisión, le habló de sus derechos vulnerados al periodismo y también a la ley. Porque el test de testosterona que la Federación Internacional le pidió hacer para profesionalizarse pretende definir identidades con un análisis de sangre, en total transgresión a nuestra legislación. “Jugué en categoría amateur cuatro años en un club de barrio. Cuando tuve ganas de pasar a primera, inicié los papeles en el club Palihue. Ahí fue cuando la Asociación Bahiense de Hockey (ABH) no me quiso fichar. Le pidieron una recomendación a la Confederación Argentina de Hockey y esta a la Federación Internacional. Entonces lanzaron una circular con ese comunicado que decía que tenía que hacerme ese análisis”.

¿Sabías que te esperaba eso?

–Sí. En abril del 2017 consulté a un abogado que me recomendó hacer una demanda. Yo buscaba que la causa tuviera la perspectiva de la ley de Identidad. Planteamos una estrategia para empezar a jugar directamente porque ya había largado el torneo y yo no podía entrar a la cancha. El abogado pidió una medida precautoria y solicitó que la jueza se expidiera. Me dio la aprobación. Intimó a la Asociación a que levantara la restricción por considerarla violencia de género y discriminación. En diciembre salió el fallo del expediente final que dejó sin resolución la circular y ya no la pueden utilizar porque tienen que recurrir a ese fallo.

¿Podrían sacar una parecida?

–Calculo que sí, modificándola. Pero no creo que usen el mismo fundamento de los análisis de testosterona, que era lo que estipulaba la circular. El cuestionamiento que hacían era que, como es un deporte de competición y roce físico, yo podía tener más fuerza que una competidora cis. Entonces tenía que demostrar el mismo nivel que ellas.

Ya se usó este argumento contra otrxs deportistas…

–Sí. Hay muchas chicas trans que no están jugando. Es difícil exponerse a la situación de llevar adelante un juicio, a ese proceso dentro y fuera de la cancha, defenderlo mediáticamente. No todas tenemos la misma predisposición. Yo lo hice porque estaba decidida, y no solo por mí. Con la ley pensamos que es un objetivo más a cumplir, un paso gigante. Pero este criterio -medir testosterona- también se aplicó contra Semenya, una atleta africana. Es cis género, pero tenía un nivel alto y le sacaron la medalla olímpica…

Biologicismo puro…

–Y muy violentos, porque exigen intervención en el cuerpo para demostrar la identidad. Y aparte, la exposición te deja muy vulnerable. Es horrible. Lo viví como un escrache cuando subieron la circular a la web.

Si ellos te terminaban expulsando, ¿te quedaba dejar el deporte, retroceder a categoría amateur, o jugar en el equipo de hombres?

–Ellos no me reconocían como mujer ni como varón, pero si mi nivel de testosterona era alto tenía que ir al equipo de varones o quedar afuera. Pensé muchas veces esa posibilidad, la de no jugar más. ¡Jamás podría jugar en el equipo de hombres! Yo no entro en sus parámetros, es imposible. Es un nivel distinto, una locura. Las mujeres trans no entramos en ese sistema masculino que es más fuerte. Hay una cuestión cultural, no reconocen la identidad independiente de la genitalidad.

¿Sacaste un proyecto de ley?

–Sí, lo presentó el senador provincial Federico Susvielles y busca modificar la Ley Nacional de Deportes, que es completa, pero le falta el lado inclusivo, incorporar las identidades disidentes. Cuando hay un chico gay, por ejemplo, que no quiere jugar a la pelota en la escuela y se resiste a ir a gimnasia por eso –siempre se destina para el varón el futbol y para una chica el vóley–, el chico se queda sin practicar el deporte que quisiera y se termina llevando la materia. Un sistema rebuscado que genera exclusión por fuera del desarrollo como persona, y de la salud. Cuando sos grande y querés incluirte siendo trans, siempre está esa dicotomía. Porque te van a querer encajar dentro de los casilleros, si no cumplís con las normas te expulsan.

hockey-trans-lgbt-generos-latinta

¿Cómo sigue el proyecto?

–Tiene media sanción, pasa a diputados y después empieza a regir. Tiene competencia provincial. En un futuro sería genial que se nacionalizara porque es ampliación de derechos. Yo creo que eso sería por medio del Senado Nacional. Son pasos que vamos dando, porque lamentablemente la burocracia demora. No vamos a tener sanción ya, pero esperemos que se trate dentro de este año para que no siga quedando gente afuera de su deporte, ni exponerla a demostrar su identidad por vías inhumanas…

¿Vos llegaste a hacerte el test?

–Me negué. No conozco a ninguna chica que lo haya hecho. Me esperanza el proyecto que presentó Federico, abre posibilidades de trabajar perspectiva de género, visibilizar los deseos, cumplir sueños truncados. Una pena es tener una legislación como la nuestra, que no se la aproveche y a eso se le sumen complicaciones.

*Por Paula Jiménez España para Página / 12

Palabras claves: hockey, LGBT

Compartir: