Colonialismo interno y contrarreforma universitaria en Perú

Colonialismo interno y contrarreforma universitaria en Perú
6 abril, 2018 por Redacción La tinta

Estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima tomaron la totalidad de la Ciudad Universitaria en defensa de la educación pública. A cien años del Manifiesto Liminar en Córdoba, las y los manifestantes citan en su pliego de reivindicaciones fragmentos textuales de algunos de los principios reformistas de 1918.

Por Aluza Ramal para La tinta

La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) en Lima es Universidad hermana de la Nacional de Córdoba. Se la conoce como “Decana de América” y con sus 467 años, es la más antigua del continente. El movimiento de Reforma de 1918 que por estos días cumple un siglo, tuvo fuertes repercusiones en Perú así como en otros territorios latinoamericanos. Tal como sucede en la UNC con la ciudad y provincia mediterráneas, los acontecimientos que tienen lugar en la UNMSM a la costa del Pacífico, repercuten en gran medida en la sociedad limeña y también en la peruana en general. Y viceversa.

Este jueves 5 de abril de 2018, la UNMSM experimenta un despertar después de una especie de letargo. Lxs estudiantes han tomado la totalidad de la Ciudad Universitaria cuyas instalaciones se sitúan entre los distritos del Centro de Lima y el Callao. A cien años del Manifiesto Liminar en Córdoba, lxs hoy defensores de la Universidad Pública en Perú citan, en su pliego de reivindicaciones, fragmentos textuales de algunos de los principios reformistas de 1918.

Detrás de las rejas verdes de las puertas, se ven estudiantes en protesta pacífica. Algunxs están enmascaradxs para proteger sus identidades (es deslumbrante, algunxs incluso llevan una máscara similar a las de la serie La casa de papel). Se ven montículos de piedras, maderas y otros objetos como secuelas del enfrentamiento entre oficiales policiales y estudiantes. La policía reprimió con gases lacrimógenos en el transcurso de la mañana. En la puerta central se generan debates entre lxs mismxs estudiantes.

La prensa de medios hegemónicos se hace presente a la siesta e irrumpe en el debate para dar voz en la cámara a un estudiante (casualmente es bastante más gringo que el resto) quien critica de su estamento las vías de acción y sostiene un ping-pong con el vocero referente en defensa de la toma. El letargo y la pasividad nunca son gratuitos, y como consecuencia del duro sistema de vigilar y castigar que opera aquí, la cara que será visible en las tv´s del país deslegitima abiertamente la medida de fuerza de la Toma de la Universidad, aunque reconoce que acuerda con la mayoría de los reclamos del pliego. Gracias al susodicho, se enriquece la retórica del referente en defensa de la autonomía de la universidad pública. En los debates, se asegura que se han agotado los intentos de resolver por la vía del diálogo y que como toda medida de fuerza, esto sucede hoy porque se ha llegado a un límite de silenciamiento y negativa ante los intentos previos. 


Este jueves debían comenzar las clases de los Estudios Generales -la nueva malla curricular según las disposiciones del Rector Cachay- contra la cual se manifiestan lxs estudiantes. Las últimas novedades de la tarde indicaban una amenaza: determinaron un horario límite y si para entonces lxs estudiantes no permitían el ingreso de las autoridades, las fuerzas de seguridad avanzarían con el tanque que aguarda en la esquina de la Avenida Universitaria. 


Disciplinamiento, control de la población, burocracia potenciada, dispositivo de vigilancia, amenazas, represión, medios hegemónicos avalando, aparato represivo en plena acción y resquicios de resistencia: un festín kafko-foucaulteano en duelo.

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(Imagen: Colectivo MaldeOjo)

De cómo es habitar esta Universidad en la actualidad

A la UNMSM ingresan aproximadamente 5.000 estudiantes por año, aunque en las asambleas se escucha que este año son 6.000 lxs ingresantes. La estructura edilicia es inmensa (hay una gran huaca sagrada dentro del campus, a veces hay chicxs sacándose selfies). El predio de la Ciudad Universitaria está completamente perimetrado por larguísimas paredes y alambrados de manera tal que los ingresos y egresos al espacio están absolutamente controlados a través de las “puertas”. Se trata de grandes portones de rejas normalmente controladas por policías y guardias (todos los barrios de la ciudad que he conocido comparten esta misma estructura: son “cerrables” o “cercables” con portones de reja y casillas de “serenazgo”). Sin cédula de identidad y sin explicar por qué motivo se está ingresando al predio de la U, no es fácil acceder. Según criterios arbitrarios, se revisan las mochilas o no, tanto al ingresar como al salir del predio.

A partir de la aprobación de la Ley 30.220 en el año 2014, se ha creado la denominada “SUNEDU”, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria, que vino a reemplazar a la Asamblea Nacional de Rectores. Una de las características más singulares que hacen de este órgano un atentado contra la Autonomía Universitaria es la ausencia total de Representación estudiantil, entre muchos otros aspectos. En los espacios centrales de circulación, tales como la Biblioteca Central, se leen inmensos carteles tipo banners -con la firma del Rector- que rezan: “Todos comprometidos con el Licenciamiento” (sólo falta el dibujo macabro con el dedo índice del Tío Sam reclutando armies). Una de las principales funciones de la SUNEDU es otorgar el famoso licenciamiento que consiste, en pocas palabras, en una habilitación formal para que la Universidad sea validada como tal, bajo una serie de condiciones y requisitos que llevan a uniformar todas las unidades educativas. Además, también las carreras tienen, por su parte, los respectivos procesos de acreditación.


La característica singular que tiene la Universidad -la posibilidad de ser cercada- es en el contexto de estas medidas de fuerza una ventaja: hoy los custodios del umbral son lxs estudiantes. En cada una de las puertas hay un grupo cuidando que quienes ingresan y salen del espacio sean solo lxs compañerxs que están sosteniendo la lucha.


Se lxs ve y escucha tranquilxs y confiadxs: tienen las máscaras y tienen el control de las puertas. Sin embargo, desde afuera el aire se corta con cuchillo: alrededor del cerco perimetral, un móvil de la Policía seguido de 4/5 motos con sirenas hace sus rondas, provocando.

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(Imagen: Colectivo MaldeOjo)

Contexto actual de la Educación Pública de nivel Superior en Lima

En la ciudad de Lima existe hoy un sinnúmero de Universidades Privadas que han proliferado en las últimas décadas y cuya injerencia en el estado de decadencia de la Educación pública es total (y escandalosa). Una cifra concreta aclara la relación entre sector público y privado en la educación: hace tres décadas se registraban aproximadamente cien mil estudiantes universitarios. El 70% desarrollaba sus estudios en la universidad pública y el 30 % en privadas. En la actualidad, hay alrededor de un millón de estudiantes. El 30% está inscripto en universidades públicas y el 70%, en privadas. La educación pública está muy menospreciada en la mayoría de las voces que se escuchan en el entorno.

Es útil recordar que el Perú tiene gobiernos democráticos desde hace muy poco tiempo, desde el año 2001. Procesos normales de sucesión democrática apenas se han dado tres veces consecutivas y recordemos que hace apenas diez días el presidente Pedro Pablo Kuczynski renunció acusado de corrupciones varias y asumió el vice, Martín Vizcarra. Incluso en democracia, la Universidad Nacional ha sufrido periodos muy duros de intervenciones directas. La intromisión de un ente extraño como es la SUNEDU en el espacio universitario ha provocado la sumisión de muchxs estudiantes y el consecuente letargo.

Colonialismo interno y contrarreformas universitarias

Las problemáticas que azotan a los sectores estudiantiles y populares en nuestros territorios nos muestran que éste no es un caso aislado. Salvando las diferencias, es válido recordar los procesos de la ilegítima “reforma” impulsada por el rector Hugo Juri a fines de 2016, en la que tampoco se abrieron los canales de discusión previa para tratar los distintos proyectos, que se llevó a cabo en una fecha en que la universidad estaba cuasi vacía por la inminencia de fin de año, y se atropelló al cuerpo político estudiantil que intentaba postergar la asamblea para que se diera en las condiciones pertinentes para lxs estudiantes. En Córdoba -como ahora en Lima- lxs estudiantes tomaron uno de los pabellones centrales de la Ciudad Universitaria. Las voces plebeyas que sostuvieron la toma y las asambleas entonces, auto-percibieron como «contrarreforma» lo que estaba ocurriendo. En ese contexto en Córdoba se constituyó la Coordinadora en Defensa de la Universidad Pública.


Tender redes y articular las distintas comunidades educativas nos permitiría adquirir más fuerza en cada uno de los casos. Cada uno de estos casos constituye un síntoma que indica una serie de malestares del estado actual de la Educación Pública en Latinoamérica, o el estado de la educación pública como síntoma. Los avances de las políticas neoliberales que atentan contra la autonomía y autarquía universitarias disfrazan (sin máscaras bizarras pero con corbatas, vía discursos prometedores) lo que no es más que un vuelco hacia una mayor mercantilización de la educación.


La pensadora boliviana Silvia Rivera Cusicanqui nos ayuda -una vez más- a seguir con mayor claridad política los procesos latinoamericanos de resistencia. Cusicanqui nombra con lucidez aquello contra lo que más nos cuesta luchar: el «colonialismo interno» que se sostiene en base a la inhibición de los discursos propios, en base al disciplinamiento burocrático, a las violencias que condensan horizontes del pasado en el presente, a las formas arcaicas y modernas de dominación, al nexo tenaz con el imperialismo que lleva al sometimiento. La noción alude específicamente a las subjetividades de las personas, comunidades y sociedades, a lo molecular y no a lo molar.

Quizás lo terrible de estas geografías sean los procesos de internalización de lo colonial. La sensación es que, en situaciones de concretas opresiones de quienes acumulamos capas abigarradas de vulnerabilidades, lo que más duele es escuchar a familiares, colegas, vecinxs, estudiantes y gente en el bondi reproduciendo y defendiendo enunciados indefendibles (como los del muchacho del ping-pong en la tv). Pero ya hemos aprendido: las sensaciones de lxs oprimidxs que nos quedan, son las certezas que nos faltan. Dice Silvia, la maestra: «Cada situación en su aquí-ahora nos presenta unas determinadas tareas liberadoras posibles, no allá lejos en una futura revolución social a escala macro, sino en gestos y praxis concretas». Revolucionarixs o no, estos días con sus noches, lxs compañerxs de San Marcos no están en casa: comen y duermen en las aulas históricas, que vuelven a ser hoy un poco más suyas. (“Mañana, clarito será”).

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(Imagen: Colectivo MaldeOjo)

El pliego

La Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) está sosteniendo la lucha poniéndole el cuerpo a una “PLATAFORMA REIVINDICATIVA MÍNIMA” con propuestas de reformas en tres ejes: Académico, De bienestar universitario, y Político.

«El rector Cachay busca imponer unos estudios generales cuya elaboración no ha contado con participación estudiantil; no ha previsto salones ni docentes; busca hacer de la universidad centro exclusivamente de formación de mano de obra técnica formada en competencias al servicio del mercado, negando así el carácter científico, democrático y nacional que el movimiento estudiantil busca desarrollar; y busca hacer de los universitarios, ciegos frente a problemas como la pobreza, nuestra condición de primario-exportadores, sometimiento cultural, etc», sostienen desde la Federación.


Desde la Reforma de Córdoba de 1918, se han ido gestando los Principios Democráticos de la Universidad Peruana de Co-gobierno, autonomía universitaria, gratuidad de la educación, libertades académicas (asistencia libre de los estudiantes, libertad de cátedra, tacha docente, cátedra paralela) y libertades políticas (libertad de pensamiento, expresión, organización y protesta). El desarrollo de estos principios busca hacer de la Universidad, tierra fértil donde germine ciencia, cultura, profesionales críticos que contribuyan a solucionar los problemas más sentidos de nuestro país. Lógicamente, ni a Cachay ni a las clases dominantes les conviene esto.


Por esta razón, con la imposición de sus Estudios Generales vulneran:
– El principio de Co-gobierno: al negar la participación estudiantil en su elaboración;
– El principio de Autonomía Universitaria: al imponerse su orientación anticientífica desde la SUNEDU, órgano del Estado.
– La libertad de pensamiento, la libertad de expresión; ejemplo: si cuestionas a algún profesor por mediocre o autoritario, serás sancionado por “dañar su imagen”.
– Desliga al estudiante de su gremio: debilita al movimiento estudiantil al estigmatizarlo.
– Trae consigo el despido de profesores del integrado y la mayor flexibilización laboral de los profesores contratados.

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(Imagen: Colectivo MaldeOjo)

Frente a este problema, la posición de la FUSM (acordada en sucesivas Asambleas Generales) es anular los estudios generales actuales para luego desarrollar jornadas curriculares en las que los estudiantes organizados elaboren un Plan de Estudios Generales a partir del análisis de las necesidades de nuestra sociedad y contribuyan en su solución.

«La imposición de los EEGG es parte de la política del Estado en la Educación, por lo cual, a los estudiantes nos corresponde hacerle frente también con una política clara: Reforma Académica con orientación científica, nacional y democrática que contribuya a la transformación de nuestro país», exponen desde la FUSM.

* Por Aluza Ramal para La tinta / Imagen de tapa: La República. Imágenes interiores: Colectivo MaldeOjo)

Palabras claves: Perú, Reclamo estudiantil, Reforma universitaria

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