“Que se terminen estas muertes para los jóvenes”
Con profundo dolor y tristeza, pero acompañados por el fuerte sentido de justicia de un importante grupo de vecinos y vecinas, este jueves 22 de febrero pasado familiares, amigos y referentes de diferentes organizaciones sociales concretaron una intervención urbana donde exigieron justicia por Franco Amaya.
Por Villanos Radio
La actividad se realizó en la calle Los Gigantes casi esquina Alem, el lugar donde Franco fue asesinado. Allí se colocaron carteles con su rostro y detalles sobre sus gustos y aspiraciones: “Tenía 18 años”, “le gustaba andar en skate”, “tenía muchxs amigos”, “quería ser peluquero”.
En la misma intervención hubo carteles referidos a la problemática del gatillo fácil y los abusos policiales. Porque hay algo que queda bien en claro: el caso de Franco no es un hecho aislado. Las frases que colocadas en la calle recuperan datos del último informe de la CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional).
“Cada 23 horas, el Estado mata a una persona”, “La mitad de las víctimas, son menores de 25 años”, “En 2017 hubo 11 casos de gatillo fácil en Córdoba. FRANCO AMAYA fue una de las víctimas”, fueron algunas de las frases acompañadas por otras consignas como “Las balas no construyen seguridad, fabrican muerte”, “¿La policía nos cuida?” y “El Código de Convivencia sigue habilitando detenciones arbitrarias”.
Hubo organizaciones cordobesas que también se acercaron para acompañar a la familia de Franco y unirse en el reclamo de Justicia. Tal es caso del Colectivo de Jóvenes por Nuestros derechos. Se trata de un espacio de lucha que desde hace más de 10 años lleva adelante la Marcha de la Gorra, una actividad que ha permitido darle visibilidad a los abusos policiales y detenciones arbitrarias que son posibles por la vigencia del Código de Convivencia y que tiene como principales destinatarios a jóvenes de barrios populares.
“Es necesario que como comunidad generemos espacios de encuentro y de discusión. Este es un problema que nos convoca a todos y todas, no sólo a la familia que le pasó. De ahí se desprenderán debates sobre qué seguridad queremos y a qué responde que la policía ande matando gente”, dijo Agustín, integrante de la organización y remarcó: “Justicia es que esto no suceda nunca más”.
También estuvieron en la intervención Romina y Victoria, de la Coordinadora de Familiares de Victima del Gatillo Fácil. Allí, las mujeres hicieron hincapié en que pese a las amenazas y a los intentos de amedrentar, seguirán exigiendo justicia para lxs pibxs. “No les tenemos miedo, porque lo peor ya nos lo hicieron”, dijo Romina.
A lo largo de la actividad, Analía Córdoba plasmó el nombre de Franco en el asfalto. Debajo de ello, una estrella roja y la fecha del nefasto día donde un policía le disparó y acabo con su vida. La intervención contó con el acompañamiento, además, de los músicos Maive Sol, Francisco Llorens, Jonatan Cretari y Tomas Da Cunha.
En cierre de la actividad, Laura Cortez, mamá de Franco se acercó al micrófono y con un hilo de voz, agradeció el acompañamiento de los y las presentes. “No es fácil para mí. Pareciera que todo pasó ayer. No es fácil para ninguna madre. Que te maten a un hijo y que lo hagan de esa forma, como si fueran la perdición”, dijo entre lágrimas.
Seguidamente Silvia Aguirre, tía de Franco, gritó: “Lo único que pedimos es justicia. Que se terminen estas muertes para los jóvenes”.
La frase encierra un profundo sentido de justicia que insiste en la idea de que no queremos que esto se vuelva a repetir. Que consideramos necesario y urgente discutir (y cambiar) el paradigma de seguridad vigente. Porque está claro que no hay seguridad posible militarizando nuestras calles y espacios públicos, ni sometiendo a vigilancia permanente nuestras vidas.
En la calle quedó el nombre y el rostro de Franco, plasmado. Para que no nos olvidemos de lo que sucedió. Para que, como comunidad, sigamos acompañando a su familia en el reclamo de justicia.
Al final del acto un vecino propuso cambiar el nombre de la calle “Los Gigantes” y ponerle el nombre de Franco Amaya. Quizás esa pueda ser la forma en la que todos los días podamos tener presente que no podemos seguir tolerando que en nombre de la “seguridad” se siga dejando trunca la vida de cientos de jóvenes. Porque no hay futuro posible si no es para todxs, porque la democracia no significa gobierno para unos pocos, sino el derecho de todos a acceder a las condiciones que hacen posible vivir y disfrutar de la vida.
¿En qué está la causa judicial?
El asesinato de Franco Amaya ocurrió en la madrugada del 22 de febrero de 2017. Franco venía en moto con su primo Agustín, quien es un testigo clave de todo lo sucedido. Al llegar al control vehicular, no pudo detenerse porque a la moto le fallaban los frenos.
La investigación de instrucción, a cargo de la fiscal del Tercer Turno de Villa Carlos Paz, Jorgelina Gómez, dio cuenta de que Franco recibió el disparo a quemarropa y de frente. Y que la bala ingresó a la altura del tórax. El joven fue trasladado hasta el hospital Gumersindo Sayago, donde ingresó sin vida.
Por su crimen hoy se encuentran imputados los oficiales Rodrigo Maximiliano Velardo Bustos (de 25 años), autor del disparo; y José Ezequiel Villagra (de 22 años), quien era el responsable del control. Bustos está acusado de «homicidio doblemente calificado», agravado por uso de arma de fuego y la calidad funcional y se encuentra detenido en Bouwer. Villagra, en tanto, está imputado de “omisión de los deberes de funcionario público” y se encuentra en libertad.
El análisis retrospectivo que realizó la fiscal, determinó que Bustos tenía 0,84 de alcohol en sangre y Villagra 0,87 al momento del hecho. En la investigación también se realizaron pericias en la motocicleta de Franco, que dieron como resultado que el vehículo no tenía frenos.
Se espera que el juicio comience antes de la primera mitad del año.
*Por Villanos Radio.
