En este partido nos jugamos la vida

En este partido nos jugamos la vida
29 diciembre, 2017 por Redacción La tinta

Por Analía Fernández Fuks para La tinta

“A toda la hinchada se le notifica que la mítica e histórica relación monogámica entre el fútbol y el hombre ha sido rota. Las pibas en jugada magistral hemos robado la pelota y enhebrado un centro de ensueño dentro del área chica de la cultura patriarcal que concluyó en impecable y certero gol de cabeza y al ángulo”, eso dice el manifiesto de Fútbol Descolonizador.

Las pibas tenemos la pelota, las gambetas, las jugadas preparadas de córner, los tiros libres en la puerta del área, los laterales rápidos, los caños de taco, los achiques de la arquera, los goles de volea. Tenemos los abrazos en mitad de un partido, la bronca como patada al alambrado, los festejos con baile, el puño bien apretado y alto. Tenemos las cervezas frías, los cuerpos transpirados, la parrilla prendida después de haber jugado.

Jugamos al fútbol adentro y fuera de la cancha. Cuando robamos la pelota no robamos sólo la pelota. No nos contentamos con eso. Y tal vez haya que dejarlo en claro: a las canchas, que ganamos a piedrazos en algunos casos, venimos por todo.

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El fútbol se juega adentro y afuera de las líneas blancas que delimitan la cancha. El fútbol es, también, el relato que se construye de él. Entonces, quebrar la voz hegemónica de las identidades masculinas, de ese fútbol profesional, que muchas veces es legitimador (no por el deporte en sí sino por clubes, futbolistas, prensa, etc.) de la violencia machista, es también una necesidad y un desafío. Tomar la palabra es nombrarnos. Es decirnos partícipes y protagonistas del mundo futbolístico. De este, del que estamos re-creando.


Esa necesidad de contar-nos llevó a que en febrero de 2017 comencemos “La música de los domingos”, un taller de escritura y lecturas del mundo del fútbol donde exploramos los distintos universos que lo conforman y buscamos nuestras propias voces. Doce pibas pasaron por el espacio durante todo este año. Vimos películas, documentales, cortos, leímos crónicas, cuentos, poemas. Escuchamos relatos radiofónicos.

Escribimos más de cuarenta textos. Varios de ellos fueron publicados en este medio, otros están en proceso de corrección aún y algunos quedarán desparramados impresos arriba de la mesa o guardados como archivo virtual.

En los textos escritos y publicados en La tinta hay una crónica de un gol de un hermano en La Bombonera, una carta a un yo pretérito, un partido jugado contra el patriarcado, un poema que es un manifiesto y otro sobre el partido donde nos jugamos la vida, un ensayo filosófico sobre el anti-fútbol escrito por una pincha, un cuento sobre el machismo que se filtra en un insulto durante un partido, la historia de Rogelio el hermano de…, una reflexión sobre una posible y fantasiosa muerte en la cancha, una crónica de una lesión, un narración sobre los orígenes de la palabra “hincha”, una reflexión personal sobre la pausa en un equipo y la crónica del mundial de Brasil vivido con la Ritó.

En los textos, las voces que narran son distintas, la búsqueda de cada uno recorre caminos diferentes de memorias, anécdotas y reflexiones. Todos exploran territorios personales que devienen en un decir colectivo: estamos acá reinventando la cancha y la forma de jugar adentro y fuera de ella.

Escribir sobre fútbol es una forma más de hacer cuerpo el feminismo. Y en este partido, como dice Maia Slipczuk en su poema, nos jugamos la vida.

* Por Analía Fernández Fuks para La tinta

Palabras claves: Fútbol Femenino

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