Florencia Guimaraes: la cámara de la furia travesti

Florencia Guimaraes: la cámara de la furia travesti
6 noviembre, 2017 por Redacción La tinta

Cuando se anotó en un curso de fotografía lo hizo sin demasiada esperanza de una salida laboral pero con la convicción de seguir un deseo: las ganas de poner su “mirada trava en el lenguaje del fotoperiodismo”. Florencia Guimaraes García se define orgullosa como una travesti conurbana de La Matanza, comunista y abolicionista.

Por Matias Máximo para Cosecha Roja

Todavía recuerda la angustia que sintió cuando no la quisieron contratar para cubrir eventos por su identidad de género: “Me dijeron que las personas no iban a querer toda la noche a una travesti sacando fotos en un casamiento, que lamentablemente no era un puesto que me pudieran dar”. Era 2012, y durante unos meses dudó si seguir. Venía de años sin encontrar posibilidades de empleo formal, de “estar condenada al sistema prostituyente” y de constantes puertas que se cerraban.


Fue Lohana Berkins, su amiga y referente en la militancia travesti, quien le dijo que no había tiempo para perder: “Oíme marica, cómo vas a dejar de hacer lo que te gusta, vos tenés que seguir y meterte en todos los lugares como hice yo, Diana Sacayán y muchas más. Tenés que pelear por lo que querés”.


Desde entonces, Guimaraes tomó la cámara como punta de lanza y retrató carnavales, protestas y escenas callejeras para diferentes espacios, entre ellos el suplemento SOY del diario Página 12. “Furia travesti” es una selección de esas obras, que tuvo una muestra en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados bonaerense y que en octubre también se expuso en la Biblioteca del Congreso de la Nación.

Entre sus referentes, Guimaraes menciona a Kike Arnal, el fotoreportero venezolano que retrató desde las mutilaciones sufridas por civiles en la frontera palestina-israelí a las culturas indígenas de América Latina.


“Arnal me despertó las ganas de retratar a mis compañeras en lo cotidiano, desde mi ojo trava. A partir de la fotografía me crucé con compañeras en un montón de lugares que quizá antes no había visto, y pienso que se daba así porque yo también estaba parada en una esquina y para mí no había otro mundo. Ahí arranca mi pasión con la fotografía y sobre todo con el fotoperiodismo, para visibilizar lo que yo veía y mostrarlo desde mí: para mostrar que podemos ser tapa de revista no solo cuando nos encuentran asesinadas”, dijo.


En “Furia travesti”, Guimaraes busca salir de ciertos lugares comunes en los que siente que se encasilla a las personas travestis y trans: “Trato de visibilizar el otro lado de la comunidad que nunca se muestra, no sólo como militante y activista sino como fotógrafa. Me pasó varias veces que otros fotógrafos se me acercaran para hacer trabajos con las típicas fotos de las travestis y sus tacos con los reflejos de la luz de un coche, o de la trava parada en la esquina bajo la lluvia, por ejemplo. Yo quise romper con eso y mostrar otras cosas que nos atraviesan a las travestis y trans: que somos sujetas políticas que luchamos por nuestros derechos y que vamos a las marchas no solo por lo nuestro, sino por lo que consideramos que son derechos negados a toda la sociedad, como las manifestaciones por la libertad de Milagro Sala o los 24 de marzo en memoria de los desaparecidos”.

La muestra, que fue declarada de interés legislativo por la Cámara de Diputados bonaerense, también reúne fotos tomadas en los carnavales y murgas del conurbano: “Estos espacios se levantaron como un territorio de resistencia, tanto en democracia como en dictadura. Son esa fiesta popular en la que una vez al año podés salir a mostrarte, a divertirte, a copetear arriba de un micro o comerte chongos sabiendo que esa noche estás tranquila y volvés a tu casa. Porque cuando estaban los códigos contravencionales, las compañeras no podían salir ni a comprar el pan que se las llevaban detenidas por vestirse como se les daba la gana. Era ilegal. Y el carnaval significaba la oportunidad para muchas de sentirse libres”.

El título de esta selección, “Furia travesti”, se alza como un grito de batalla frente a la impotencia cotidiana de las de las personas T ante las negaciones. No es un grito vengador, como el de las furias mitológicas: es un grito de exigencia hacia el Estado y la sociedad, en busca de que la cultura de la exclusión termine, no a partir del asistencialismo sino desde las oportunidades.

Guimaraes pide, a través de sus fotografías, que se entienda que las travestis y trans pueden estar en todos los espacios de la ciudadanía: “Queremos que nuestra expectativa de vida supere los 40 años y para eso precisamos más posibilidades de trabajo. Esto significa posibilidades en todas las áreas, más allá de las capacitaciones en maquillaje, peluquería o costura; quizá no tengamos ganas de hacer siempre estas tareas. Para este objetivo, es urgente la implementación en la provincia de la ley de cupo laboral travesti trans “Diana Sacayán”, lo que sería una forma de generar empleos formales en el Estado. Por otra parte, pedimos que se cumplan con todos los derechos básicos, como son el acceso a la vivienda y a la salud. Esas son demandas urgentes”.

*Por Matias Máximo para Cosecha Roja / Fotografías: Florencia Guimaraes

Palabras claves: Diana Sacayán, Lohana Berkins

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