Los Molinos: “En 3 o 4 años vamos a terminar con un lago contaminado como el San Roque”
El lago Los Molinos abastece de agua al 30% de la población de la ciudad de Córdoba y está contaminado desde hace más de una década por la ausencia de redes cloacales, desmontes e incendios forestales. Entrevista a Claudia Arias, integrante del grupo “Hagamos algo por nuestro lago” y del Foro en defensa del lago Los Molinos.
Por Carolina Ozán para Ecos Córdoba
El dique Los Molinos, ubicado a unos 70 kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba, es el segundo embalse de agua más grande de Córdoba y fue construido en 1948. Actualmente representa uno de los principales atractivos turísticos y motor económico de los departamentos Santa María y Calamuchita. Se trata de una de las cuencas hídricas más importantes de la provincia, de la que se abastece de agua para consumo humano a la región y al 30% de la ciudad capital.
Detrás de la belleza de las postales turísticas se oculta el embalse más contaminado de Córdoba, superado sólo por el lago San Roque. Agua y contaminación: dos términos incompatibles que sirven para describir la problemática ambiental tanto de Punilla como de Calamuchita. Lugares distantes geográficamente están unidos por el agua: 1 millón y medio de cordobeses residentes en el Gran Córdoba y el sur de la ciudad consumen agua de Los Molinos.
En marzo de este año, Carlos Paz fue noticia nacional por la aparición en la superficie del lago de algas azules y verdosas (similares a las que actualmente hay en Los Molinos) acompañadas de un olor nauseabundo. Era la manifestación de la putrefacción de unas bacterias cuyos compuestos químicos surgen de la falta de redes cloacales y la proliferación de la deforestación, los incendios y los basurales en las cuencas de esa región. Luego de años de mirar para otro lado, al Ejecutivo Municipal debió responder a los acalorados reclamos de toda una sociedad que vio peligrar su principal fuente de ingresos, y de líquido vital para su consumo.
¡Hagamos algo por nuestro lago!
Mientras los medios difundían la preocupante situación del San Roque, Claudia Arias, vecina de la localidad de Potrero de Garay, comenzó a compartir junto a vecinos y vecinas sus preocupaciones respecto a la salud de Los Molinos, donde era evidente la presencia y el olor de las algas en el agua que luego salía de sus canillas. Así surgió el grupo de vecinos autoconvocados “Hagamos algo por nuestro lago”, que reúne a habitantes de Potrero de Garay, Villa Ciudad América, Los Reartes y Villa Ciudad Parque.
Claudia es contundente al afirmar que “20 años es lo que podría demorar en sanearse completamente el lago, siempre y cuando dejemos de contaminarlo. Si la contaminación se detuviera a cero, de 15 a 20 años es lo que demora el lago en limpiarse”. Y cuenta, con palabras simples, cómo fue que comenzaron a informarse sobre esas algas, el fuerte olor a podrido, y sobre como tomar muestras que comprueben y determinen lo que estaba pasando con el agua de uno de los diques más pintorescos de la provincia.
“Nosotros, que somos vecinos comunes y que no estábamos especializados en el tema, concurrimos a la ingeniera civil Rocío Fernández. Ella, que está en el saneamiento del San Roque y es una experta en el tema, fue quien nos brindó el conocimiento para saber cuáles eran los pasos a seguir y nos dijo que la Universidad Nacional, con Aguas Cordobesas y la Dirección de Aguas vienen de manera frecuente al lago a tomar muestras”, recuerda Claudia.
Así los damnificados se enteraron que desde hacía 10 años un equipo de profesionales, académicos y funcionarios provinciales se encargan de analizar el grado de contaminación del lago. “Lo que ve en esos estudios Aguas Cordobesas es cuánto de potabilizante le tiene que poner al agua para que sea apta. En Córdoba se percibe el olor, por mas que el agua esté transparente, porque el olor es muy difícil de sacar. Lo verde logran filtrarlo pero el olor sigue estando. Y mientras más sustancia le sigan poniendo tampoco será saludable”, explica la entrevistada.
El relato continúa y los datos compartidos sobre el estado del lago cada vez son más preocupantes: “El lago está de una escala de bueno a malo, del 1 al 4, en 3, nivel eutrófico, es decir, con presencia de cianobacterias -exceso de fósforo y nitrógeno-. Lo que nosotros vemos como algas verdes, parecen algas, pero en realidad no son algas, son bacterias que están en el agua y que en invierno se asientan en el fondo del lago, y cuando la temperatura empieza a subir, o cuando empieza a entrar agua con mayor temperatura de los ríos, en primavera y verano suben a la superficie. Las algas tienen un ciclo de vida y cuando mueren se ponen azuladas, que es lo que vemos en el San Roque. Y eso genera olor. Todo eso es tóxico, no solo para la piel, si lo ingerimos mucho más”.
Un espejo de agua con toxicidad para los humanos y para la biodiversidad acuática vulnera el derecho a un ambiente sano. El plazo es de pocos años para llegar al grado máximo de contaminación, si se continúa con los índices actuales. “Estamos en un nivel 3, yendo al 4, que es el hipertrófico. Que es como está el San Roque. ¿Qué nos va a pasar si la gente, si nosotros, si las autoridades no toman conciencia? En 3 o 4 años vamos a terminar con un lago contaminado como el San Roque”, sostiene Claudia.
Ausencia de redes cloacales, desmontes del bosque nativo, pastoreo en las márgenes, balsas y agrotóxicos, además de otros contaminantes: “No es sólo gente que tira líquido cloacal sin tratar desde las urbanizaciones, hay un pequeño porcentaje de balsas, también esta la gente que deja que los animales que pastoreen en las orillas, eso también contamina”.
A esa lista debe sumarse un pasado y presente vinculado a la presencia de cultivos con agrotóxicos en Calamuchita. Si bien existen ordenanzas que regulan las fumigaciones en la localidad de Villa Ciudad Parque y desde 2007 rige una prohibición (Resolución N 01/2007 de Recuperación de Suelos de Los Grandes Lagos) para cultivar papas en la región -dada la gran cantidad de agrotóxicos utilizados y que terminaban por arrastre en el lago-, el resto de las localidades colindantes no poseen legislación al respecto.
Pero además hay que sumar a esta larga lista de presiones ambientales, las consecuencias de los incendios forestales, en su mayoría intencionales: “La deforestación también esta presente. Cuando hay incendios toda esa ceniza baja sin que nada la frene, porque no hay árboles y llega y se asienta. También contribuye al estado general del lago, la presencia de agroquímicos. A pesar de que existe, bajó el aporte. Sin embargo, siguen presentes”, explica Claudia.
El mandamiento de las Comunas: De esa agua no hablarás
Según los integrantes de «Hagamos algo por nuestro Lago», hace 10 años que se sabe que el lago está eutrófico. Lo saben las Comunas, lo sabe el Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de Córdoba, lo sabe la Dirección de Agua y lo sabe la misma UNC.
«Todos los jefes comunales tienen conocimiento de esto. El que no lo tiene es porque no lo quiere tener, porque hay otro tipo de interés. Hay mucha urbanización en la costa del lago. Hay grandes empresas y gente con mucho poder adquisitivo que construye sin ningún tipo de control. Vemos la costa donde hay lugares donde no se puede acceder directamente porque te cierran la bajada al lago y nadie controla eso. Se adueñan de arroyos, de cotas, del perilago”.
En el año 1990, durante el gobierno de Eduardo Angeloz, se sancionó la Ley N° 8005 que creó el Comité de Cuenca del Dique Los Molinos. Con esta regulación se estableció que tanto jefes comunales como ciudadanos de Villa Ciudad América, Potrero de Garay, San Clemente, Villa Ciudad Parque, Los Reartes y La Cumbrecita inclusive, debían participar activamente para prevenir la contaminación del lago a través de acciones de información y difusión. Como así también estableció una serie de normas y sanciones en caso de contaminación del lago. Sin embargo, y pesar de haber sido sancionada hace 27 años, todavía no está reglamentada.
“Pedimos que los jefes comunales se reúnan para tratar este tema y se concienticen para que asuman la gravedad de esto. En Carlos Paz al menos está internalizado. Acá no esta asumido. Hay que hacerlo visible. Hay que admitir que el lago está contaminado”, pide Claudia y remarca: «Además de ser el agua que tomamos, el agua con la que nos bañamos, es la principal fuente de ingresos, la actividad económica de toda la zona y todo el valle está en el lago, aunque sea tomemos conciencia por eso. Si seguimos así no solo se va a arruinar la vista, sino que ni siquiera van a poder abrir una ventana”.
Políticas públicas comunales conjuntas de remediación y un ordenamiento territorial participativo son las acciones que pueden mitigar la contaminación actual y prevenir que en pocos años el lago se muera. Pero primero es necesario que quienes detentan la representación política de los habitantes de los pueblos que rodean el dique dejen de mirar hacia un costado y asuman, de una vez, que el lago está contaminado.
» A partir del simposio “Nuestros Lagos en Coma”, realizado por la Asociación Civil Solar de Los Molinos-El Cuatro de Villa Ciudad Parque, se conformó el Foro en Defensa del Lago Los Molinos, compuesto por instituciones, organizaciones sociales y asociaciones civiles.
* Por Carolina Ozán para Ecos Córdoba