Mujeres Kurdas en Córdoba

Mujeres Kurdas en Córdoba
4 octubre, 2017 por Redacción La tinta

El último fin de semana de septiembre recibimos en Córdoba la visita de Melike y Zilan, integrantes del Movimiento de Mujeres del Kurdistán. En su breve paso por nuestra tierra regaron la semilla de la provocación, esa que nos mantiene en movimiento, nos cuestiona y desafía.

Por Redacción La tinta

Arribarían a las 7 am, lo que les daría tiempo para descansar unas horas antes de comenzar una agenda apretada, que finalizaría recién al otro día, horas antes de subir al avión. Pero el vuelo sufrió un retraso y llegaron tres horas más tarde de lo previsto. Salvo alguna cuestión puntual, y con 40 minutos de descanso, cumplieron cada compromiso del viernes, cerrando la jornada con un intercambio de bailes típicos cerca de medianoche. Disciplina, amor, convicción, compromiso, libertad. El conjuro de su lucha.

Primera estación: el barro

Las lluvias habían caído sobre la ciudad por más de tres días. En barrio Maldonado la calle del salón de la asamblea Libres en Lucha (EO) era un lodazal. Unas diez compañeras esperaban ansiosas, mate en mano, la visita. Cerca del mediodía llegaron las dos mujeres junto con compañeros del Comité. Bajaron del auto, se miraron y hablaron entre ellas sonriendo con complicidad. Ante la mirada intrigada, Melike explicó: “Esto es como Kurdistán, trabajamos en el barro. El barro es el mismo para todos los pueblos, todos los pueblos salen del barro”.

El Comité de Solidaridad con el Kurdistán está integrado por cuatro organizaciones en la ciudad de Córdoba: Pañuelos en Rebeldía, Encuentro de Organizaciones (EO), Federación de Organizaciones de Base (FOB) y Frente Popular Darío Santillán (FPDS). Desde este colectivo se las acompañó en el paso por los espacios de base, ese barro que compartimos y nos hermana. Después de un enriquecedor intercambio en Maldonado, las compañeras del Espacio de Mujeres y Diversidad del FPDS las esperaban, con las mismas ansias, para el almuerzo.

Sin descanso de por medio, visitaron los estudios de radio Zumba La Turba. Allí Zilan habló a través de Melike, quien ofició siempre de intérprete. Desde hace años ella es parte del Comité de Investigación de Jeneology, o “la ciencia de las mujeres”. Córdoba fue uno de los lugares elegidos en una larga gira de compartición de este nuevo paradigma para la liberación de la mujer. Con la convicción de que la lucha es una sola, y que la liberación es una necesidad de la humanidad, no sólo de las mujeres de Kurdistán, las compañeras recorren el mundo difundiendo sus saberes construidos, y nutriendo sus investigaciones con las luchas hermanas.

Segunda estación: la lucha es una sola

Mujeres-kurdas-feminismo-02“Este espacio de intercambio militante, feminista, antipatriarcal, anticapitalista, anticolonial, que son los ejes que nos encuentran hoy con las compañeras del Movimiento de Mujeres del Kurdistán, no nos podía encontrar de otra manera que tomando las calles”. Con estas palabras las presentó Natalia, y es que cada 29 de septiembre salimos a exigir por la despenalización y legalización del aborto en América Latina y el Caribe. Esta vez no fue la excepción, y Melike y Zilan acompañaron nuestros pasos en las calles cordobesas, levantando un solo puño en la lucha por un derecho fundamental para que las personas gestantes podamos decidir sobre nuestros cuerpos.

La cita era a las 19:30 en el Centro Social Casa Caracol, de la FOB. Las personas llegaron de a poco. Esta vez el retraso no fue sólo a causa de la impuntualidad general, sino por la espera paciente a las compañeras que venían de la movilización. Para las 20hs el local estaba repleto de personas que esperaban expectantes.

Las compañeras de la FOB tomaron la palabra para recibirnos y hacer presente a Mayte Amaya, referente de esta organización, que abandonó materialmente este mundo hace pocos meses. Judith sintetizó con fuerza: “Mayte no se fue, Mayte está acá”. El resto asentimos gritando tres veces: “Mayte Amaya ¡presente! ¡Ahora y siempre!”.

Melike también reconoció el rol motorizador de la compañera en conectar la cuestión de las mujeres kurdas con las luchas en Córdoba. Nos trasmitió un conmovedor saludo: “Las compañeras desde la montaña mandaron su saludo y dijeron que Mayte vive en nuestra lucha”. Hacer presentes a los compañeros caídos, es entender, en palabras de Melike, que “una de nuestras principales tareas es recordar a nuestros mártires y completar su tarea”.

“Nosotras confrontamos cada día con los compañeros que pierden la vida. Si hoy van a Kurdistán y tocan cualquier puerta, seguro en cada familia hay un mártir, un preso político, un luchador o un guerrillero”.

Tercera estación: La lucha de las mujeres kurdas

Durante casi dos horas escuchamos la historia de su lucha, las resistencias y ataques, la lucha ideológica, el apoyo de su líder, y el armado del rompecabezas de este nuevo paradigma para la liberación de las mujeres: Jeneology.


La guerra que están librando en Kurdistán, desde hace más de 40 años, es también y sobre todo una revolución: “Las mujeres luchaban por la liberación de la nación, pero también por su existencia (…) en la época donde se fundó el movimiento, las mujeres sufrían la opresión y el servilismo. Las primeras compañeras que participaron del movimiento lo hicieron para salir de la sociedad feudal y hablar de la liberación”.


Una revolución que, como todas, cuesta miles de mártires y un esfuerzo difícil de medir, desde aquellas primeras guerrilleras que tuvieron que igualarse a los hombres para ser consideradas revolucionarias, hasta las que impulsaron el Partido de las Mujeres del Kurdistán, o la Confederación de las Mujeres, atravesando las resistencias machistas de la sociedad y de sus propios compañeros.

Me pareció reconocer en los rostros de muchas de las oyentes, una sonrisa de complicidad, una mirada de entendimiento. Zilan seguía en su discurrir: “El líder (Abdullah Öcalan) abría el espacio para que las mujeres luchen, uno de los espacios fue el ejército de las mujeres. Un espacio no solo a nivel militar sino un lugar donde las mujeres podían tener su formación autónoma, su logística autónoma y su formación como mujeres. Pero no solo en la lucha armada”. De lo que se trataba era de “tener los debate para cambiar la mentalidad”. Parafraseando a su líder, explican: “Hay que matar al machismo o la masculinidad, en primer lugar los comandantes y los compañeros tienen que dar su autocrítica al respecto de la liberación de las mujeres, y cambiar la mentalidad patriarcal”.

Como adivinando la vieja discusión de priorizar una lucha por sobre la anti-patriarcal, Melike aclara que «todo esto se dio en medio de una guerra caliente, contra los estados, y sin embargo hacia adentro estaba la discusión ideológica. Desde lo teórico pero también desde pasos prácticos (…) y parte de eso fue crear un partido de las mujeres”.

Tan caliente estaba que en medio de esas álgidas discusiones Öcalan fue capturado. Las mujeres entonces supieron que para profundizar esta lucha debían redoblar la apuesta. “Los hombres vieron paso a paso la voluntad de las mujeres y tuvieron que cambiar”. Después del 2000 la perspectiva de liberación de las mujeres se popularizó ampliándose dentro de la sociedad, trascendiendo la montaña, construyendo ese tipo de sociedad donde todas puedan participar.


“La liberación es necesaria para toda la humanidad. Para quienes se inmolan y para quienes están acostumbradas en su casa a trabajar para el hombre”. Fueron casa por casa para crear comités de mujeres, convencidas de que la liberación de la mujer es la más urgente tarea. Así, en espacios autónomos, las mujeres kurdas del pueblo se formaron y comprendieron que la organización es la gran autodefensa de las mujeres.


Zilan sigue su cronología con el rostro apacible y una pequeña sonrisa dibujada. Cuenta que en el 2005 el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, se asienta en un nuevo paradigma de tres patas: la democracia entendida como autodeterminación del pueblo, la liberación de la mujer y la ecología no antropocentrista. A partir de esto la realidad de la lucha cambió. Por un lado porque el partido seguía siendo una estructura vertical, entonces para avanzar en la democracia, comenzaron a delinear lo que llamaron confederalismo democrático, posibilitando que en 2014 las mujeres crearan su propio sistema confederal.

Por otro lado, la inclusión de la liberación de la mujer como parte central de su programa, permite entender desde dónde comprenden actualmente la revolución. “Para nosotras la primer contradicción de la historia no fue cuando se creó la plusvalía sino cuando cayó la mujer, cuando robaron lo que creaba la mujer. La primera clase oprimida no fue la trabajadora, sino la mujer. Si no reconocemos eso no podemos avanzar. Hay que empezar a analizar el papel de las mujeres en la historia”.

Un nuevo paradigma para nuestra liberación

¿Qué es Jeneology entonces? Pregunta Zilan, y en la voz de Melike responde: “Se puede explicar con un discurso de Abdullah Öcalan: los sistemas antes de construir las instituciones, sus instrumentos, se construyen una nueva mentalidad”. Jeneology funciona así como una herramienta de conocimiento para, necesariamente, cambiar la mentalidad.


“Nosotras no queremos la igualdad, queremos romper completamente el patriarcado, nuestra causa es la causa de la liberación y queremos construir una sociedad donde todos nos liberemos”.


Las mujeres explican que lo central de Jeneology es buscar los método de los que se valió el patriarcado para la caída de la mujer, investigando la mitología, la religión, la filosofía y todas las ciencias sociales. Jeneology es una ciencia social y como tal critica un aspecto fundamental de las ciencias: la manipulación que se hace de la mujer y categorización o la directa no existencia de la misma.

El Comité de Jeneology tiene siete años dentro del movimiento y consideran que llegaron a un conocimiento fundamental para el proyecto revolucionario. La fuente de su investigación es variada, “llegamos al conocimiento de la mujer a través de sus experiencias en la vida, de la trasmisión de generación a generación, que es más importante que otros conocimientos científicos”. Además reconocen la importancia de las teorías feministas, las luchas de las mujeres en todo el mundo y la vida de cada compañera.

“Jeneology no es solo una investigación sino que también crea la alternativa. Tiene áreas prácticas: ética y estética, política, economía, historia, salud, ecología, formación. En todas estas áreas hay dos principios fundamentales: romper la mentalidad construida por el sistema y crear la alternativa propia. Y con esa alternativa y nueva mentalidad crear las nuevas instituciones”.Mujeres-kurdas-feminismo-03

Actualmente existen academias específicas de esta ciencia, y proyectan una facultad. Además realizan un intensivo trabajo en los Comités de Jeneology, existentes en Kurdistán, como en otras partes del mundo, brindando seminarios, conferencias y talleres, como el que se desarrollaría al otro día. Editan también una revista trimensual que intenta construir la teoría y el pensamiento del nuevo paradigma.

“No es una ciencia de las mujeres, es una ciencia de la sociedad, y en el futuro tendremos un área donde los hombres puedan trabajar, sin manipular. Esto es posible porque se viene haciendo desde hace muchos años un trabajo de formación con ellos. En un mundo donde todo fue construido por la mentalidad de los hombres, queremos crear nuestro propio lugar, tener nuestro propio espacio de investigación”.

Próxima estación: esperanza

Antes de terminar la jornada, las mujeres kurdas compartieron con nosotras un grito que repiten en cada encuentro, simples palabras de lucha que sintetizan el propósito último de la lucha que llevan adelante hace más de 40 años.

Melike sacó su celular y pidió filmar para mostrarle a las compañeras que están “en la montaña”. Zilan repetía las palabras que debíamos aprender: Jîn jiyan azadî. Lo gritamos tímidamente al comienzo, en una voz colectiva cada vez más fuerte, algunos puños se levantaron en alto: “¡Jîn jiyan azadî! ¡Jîn jiyan azadî! ¡Jîn jiyan azadî! ¡Mujer, vida y libertad!”.

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Foto: Colectivo Manifiesto

*Por Redacción La tinta / Foto de portada: Colectivo Manifiesto.

Palabras claves: feminismo, Kurdistán

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