El gesto poético de las patas en la fuente

El gesto poético de las patas en la fuente
17 octubre, 2017 por Redacción La tinta

Sobre el borde de una de las fuentes de Plaza Mayo hay a un grupo de jóvenes sentados de espaldas, uno de ellos tiene sus pantalones arremangados hasta la rodilla y ha metido sus pies en el agua como todos los que están en la escena. En el vertedero de la fuente se ve a un grupo de niños, pareciera que buscan agua para beber. Sobre el otro borde se ve a más gente refrescándose y más allá una multitud, que está atenta a lo que sucede en la Casa Rosada. El 17 de octubre de 1945 el calor fue agobiante, según contaron Armando Ponce y Juan Molina, dos de los hombres que podemos ver en la imagen. El primero está de camiseta blanca y a su lado está Molina con su hermano mayor. Los protagonistas de esta imagen histórica volvieron a reunirse en 1999.

Por Redacción La Tinta

Fermín Chávez, historiador y biógrafo de Perón, fue quien años más tarde descubriría que uno de los que aparecía en la imagen era Juan Molina, que en ese momento era dirigente del gremio de la sanidad. Pero en la fotografía se lo ve con apenas 17 años.

Sobre ese día Molina recuerda: “El 17 hicimos huelga. Trabajaba en una fábrica de aguas gaseosas con mi hermano mayor. Los dos tomamos el tren en Caseros, nos bajamos en Palermo, y fuimos caminando desde ahí por la avenida Santa Fe hacia la Plaza. Por todos lados se veían pañuelos blancos y banderas argentinas. Cantábamos `La patria sin Perón es un barco sin timón´, y caminábamos. Llegamos a Plaza de Mayo como a las cinco de la tarde, hacía calor y no había agua en los bebederos. La foto la deben haber tomado a esa hora”.

La caminata, un calzado inadecuado y el calor hicieron que se le hincharon los pies a Molina por lo que cuando llego a la plaza necesitaba refrescarlos.

En julio de 1999, en el marco de una entrevista periodística, los dos jóvenes que estaban sentados uno al lado del otro en la fuente, volvieron a reunirse luego de más de 50 años, para recordar lo que sucedió aquel día.


“Yo era cadete en una sastrería militar, la sastrería García. Estaba en la calle 25 de Mayo, a media cuadra de la Plaza. Y esa mañana, el delegado, que admiraba a Perón, nos convocó a ir a pedir por el coronel. `Está en Martín García y lo quieren fusilar, porque nos defiende a nosotros´, dijo. Allá fuimos. Y nos encontramos con una plaza recontrallena”, contaba Ponce en aquel reencuentro.


Las multitudes de trabajadores llegaron a Plaza de Mayo desde distintos lugares de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, de barrios populares como La Boca, Barracas, Parque Patricios y sectores fabriles como Lomas de Zamora, Avellaneda, Lanús, Quilmes, Berisso. Si bien la Policía levantó los puentes del Riachuelo para evitar el paso de las columnas que venían de Provincia, muchos lo cruzaron nadando o en balsa.

Esta imagen histórica no solo se convierte en icónica por el nacimiento del peronismo sino también porque los sectores populares se apoderaron de los espacios que monopolizaban los sectores del poder. La oligarquía y la alta sociedad habían liderado la década infame que castigó duramente a los trabajadores. Por eso “Las patas en la fuente” es un gesto poético, político y social que de manera simbólica inaugura una etapa en nuestro país.

*Por Redacción La Tinta / Fotografía: Archivo General de la Nación

Palabras claves: Juan Domingo Perón, peronismo

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