Boxeo Sin Cadenas: «Lo importante es el rol social que cumplimos»

Boxeo Sin Cadenas: «Lo importante es el rol social que cumplimos»
17 octubre, 2017 por Redacción La tinta

La experiencia de Boxeo Sin Cadenas se desarrolla desde hace seis años en diferentes cáceles de Buenos Aires. Sus impulsores destacan la importancia de la práctica pugilística para los internos. Con elementos que ellos mismos fabrican a través del reciclado, aprenden una nueva disciplina que los invita a vencer bajo un reglamento y sobre todo que el rival es un otro que merece respeto. Algunos ya se recibieron de profesores. “Lo fundamental es eso, darle herramientas para que se puedan reincorporar en la sociedad”, dice Fernando Pereira, uno de los mentores de la iniciativa.

Por Sergio Gómez, Iván González, Ángel Madera y Luciano Zdravlje (ETER) para APU

El espacio pugilístico Boxeo Sin Cadenas, que lleva adelante en distintas cárceles bonaerenses hace seis años el coordinador y mentor, Marcos Arienti y el profesor de Educación Física, Fernando Pereyra, logró notoriedad luego de los reconocimientos recibidos por el Senado de la Nación, la Cámara de Diputados y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

El programa para enseñar la práctica del boxeo en estos espacios, que comenzó en febrero 2012 cuando Arienti era profesor y directivo de Almagro Boxing Club, dio sus primeros pasos en la Unidad Penitenciaria Nº 38 de Sierra Chica, en donde su amigo Pereyra es profesor de Educación física desde que se inauguró la cárcel en 2003. “Yo tenía miedo al principio, íbamos a trabajar con personas que están cumpliendo una condena y que no sabés qué se les está pasando por la cabeza en el momento de encierro. Pero fueron unos meses, porque la relación interno-profesor fue creciendo, nos fuimos dando a conocer”, comentó Pereyra, el otro mentor del programa.

Además de las clínicas, el programa, junto con la Federación de Boxeo, lleva adelante los cursos de director técnico, árbitro y juez de boxeo para que los presos se puedan recibir y puedan obtener el carnet una vez que estén en libertad. A lo largo de los más de cinco años que el programa lleva activo salieron en libertad varios internos que siguen en contacto con los distintos coordinadores de Boxeo Sin Cadenas. “No los monitoreamos, pero tratamos de tener contacto permanente, por ejemplo tres de ellos se ganan el sueldo como directores técnicos de boxeo. Ninguno de los chicos que participó del programa y salió en libertad repitió lo anterior hecho para volver a estar encerrado, con eso rompimos la lógica del retorno eterno, porque a los chicos no les enseñamos sólo a pegar, sino un montón de valores”, dijo orgulloso Arienti. (Ver más)

Entrevistado por los chicos de la escuela de comunicación ETER, Fernando Pereyra habló sobre el trabajo realizado en estos años y la importancia de lograr sostenerlo y expandirlo.

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— ¿Cómo se creó Boxeo Sin Cadenas?

— El proyecto comenzó por el año 2011 por una iniciativa de dos internos. Nos reunimos con el jefe del penal de ese momento y le comentamos que los internos querían practicar boxeo en la unidad, ya lo estaban realizando dentro del pabellón, pero querían ampliar la práctica al resto de los internos; así que en ese momento me lo propusieron a mí, yo dije: “boxeo”, con todo lo que ese deporte conlleva, más allá del lugar que estamos (la cárcel), los implementos que necesitas para realizar este deporte implican salir a buscar apoyo de alguien porque no es lo mismo que conseguir una pelota para jugar al futbol, hay que comprar guantes, cabezales, bolsas y soportes. Era una cantidad de dinero en insumos que no teníamos, así que me acordé de Marcos Arienti, un amigo mío, que estaba ligado al boxeo. En ese momento era el presidente del Almagro Boxing Club, le propuse la idea, le dije que quería arrancar este proyecto de boxeo en la Unidad, juntos inventamos un proyecto para adaptarlo a las Unidades y así surgió la idea, se hizo una primera visita para asesoramiento del lugar físico y a partir de ahí ya ellos se conformaron como padrinos nuestros y en ese año arranco todo, ya en el 2012 estaban dadas las condiciones para dar la primera clase de boxeo.

— ¿Boxeo Sin Cadena sólo existe en la Unidad 38?

— La práctica de boxeo se está realizando en muchas unidades, hoy día el proyecto Boxeo sin cadenas está en la Unidad 38 que es donde inició y donde sigue y en la Unidad 40 de Lomas de Zamora. Hace poco tiempo se firmó un contrato con el Ministerio de Justicia para darle un marco legal al proyecto. La idea es ir incorporando el proyecto en todas las cárceles que están en la provincia, y así armar el día de mañana una súper liga de internos. Lograr el marco legal fue un gran paso. Los seis años que venimos trabajando, de a poco se comienzan a ver.

— ¿Cuáles son las primeras enseñanzas que tiene que adquirir un interno?

— Los primeros conceptos básicos que uno enseña desde este punto de vista es el respeto, o sea, saltamos la etapa de decir lo primero que hago es enseñarle a caminar, bueno no, primero les enseño que la disciplina del boxeo es un deporte de combate, pero que también se trata del respeto hacia el otro, eso es fundamental, que empiecen a respetar y a respetarse, que más allá que sea un deporte violento, tengo que respetar a la persona que tengo en frente mío, que también va a competir de la misma forma legal que yo, para eso están las reglas y todos los reglamentos; los golpes correctos, la reglamentación, dónde puedo golpear, dónde no puedo golpear, termina el combate y somos dos personas, eso es lo fundamental; después viene la enseñanza donde aprenden como caminar, como enfrentarse, como moverse en el ring, como pegarle a la bolsa, cuales son los golpes correctos, como esquivar los golpes, eso es todo bien defino al boxeo, pero lo primero que hay que enseñarles siempre es el respeto, que hay conductas y reglas que seguir y que ellos el algún momento no cumplieron y que por eso se encuentran detenidos.

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— ¿Cómo es la relación profesional que tenés con los internos? ¿Son reacios al aprendizaje de la disciplina o están bien predispuestos?

— La relación profesional con los internos siempre fue buena, nosotros somos las personas que por un momento a través del deporte, los libera mentalmente de lo que están pasando, es una salida del pabellón, es una salida para ellos. Hacen de cuenta que es una clase personalizada, siempre contentos y bien predispuestos, los que no tienen ganas de entrenar no se suman al proyecto, esto lo hacen porque lo eligen, es una activad programada, cuatro veces a la semana, su parte de entrenamiento, su descarga; su “cablecito a tierra” como dice uno de ellos.

Hay algunos que el día de mañana serán boxeadores, otros que no, pero aprendieron una disciplina nueva, lo que trato siempre de enseñarles es que el día de mañana pueden enseñar, por eso hay veces que algunas clases las conduzco yo y en otros casos son ellos mismos los que entrenan a sus compañeros, cosa que si el día de mañana salen a la calle y dicen yo hice boxeo y quieren enseñar tengan las herramientas necesarias como para poder abarcar y enseñarle a algún chico de un barrio; lo fundamental es eso, darle herramientas para que se puedan reincorporar en la sociedad; con lo difícil que es decir “el boxeo en la cárcel”, dado el contexto, lo primero que dice la gente es que es un deporte violento, ellos (los internos) ya son violentos y si, es un deporte violento, pero como decimos nosotros, es un deporte legal, son dos personas que combaten a puños, con un reglamento, con técnicas y estrategias, toda una disciplina, no es solamente golpearse, es tratar de atacar al contrario sin que a uno lo ataquen, eso lleva toda una disciplina y un reglamento.

— ¿Por qué crees que a los internos les interesa aprender la disciplina?

— Respecto a la predisposición, siempre están pendientes del horario y el momento de entrenar, firmes paraditos esperando la clase de boxeo. La verdad que la relación es más que buena, el proyecto apunta a reinsertarlos y ayudarlos. Hace dos años se había hecho un convenio con la Federación Argentina de Box (FAB) que nosotros necesitábamos darle un marco social al proyecto y se hizo un convenio. Fueron desde la Federación un árbitro y el señor Arturo Doffi a tomar el examen a algunos internos para dar las licencias de entrenadores de la FAB. Tuvimos cinco internos que se recibieron de entrenadores, ese fue un marco social y legal para los internos, el día de mañana cuando salga a la calle va a tener su licencia para poder enseñar boxeo, eso fue un golpe muy importante para ese proyecto. También se hizo un festival en la unidad, se hicieron 15 peleas amateur donde participaron gente de la ciudad de Olavarría. Eso lo hacemos periódicamente, se invitan a los boxeadores locales compartimos de una clase, hacemos el ring y hacen un poco de guanteo como boxeadores profesionales. Básicamente eso es lo que tratamos de hacer, si bien cuesta mucho el tema de conseguir los insumos, lo más importante es el rol social que logramos cumplir con este proyecto.

*Por Sergio Gómez, Iván González, Ángel Madera y Luciano Zdravlje (ETER) para APU

*Fotos: facebook Boxeo Sin Cadenas

Palabras claves: Boxeo, cárceles

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