Ana Frank por los estadios italianos

Ana Frank por los estadios italianos
26 octubre, 2017 por Redacción La tinta

El delantero argentino Mauro Icardi fue el designado para dar comienzo a una campaña que busca expresar el rechazo a las pegatinas antisemitas que realizaron los barrabravas de Lazio en el Estadio Olímpico de la capital. Identificados como los Irriducibili (Irrompibles) pegaron imágenes de Ana Frank con la camiseta de la Roma, su clásico rival. En medio de la creciente ola fascista en Europa, los «ultras» hacen gala de su racismo.

Por Redacción La tinta

“Veo que el mundo se transforma lentamente en un desierto, oigo el trueno que se acerca y que algún día nos destruirá también. Siento el sufrimiento de millones de personas. Y, sin embargo, cuando miro hacia el cielo, de alguna manera siento que todo va a cambiar para mejor, que esta crueldad también terminará, que la paz y la tranquilidad volverán una vez más”.

Estas palabras fueron pronunciadas por Mauro Icardi el pasado martes, en la previa del partido que luego Inter ganaría 3-2 ante Sampdoria. La autora de esas palabras es Ana Frank.

Junto al capitán del equipo rival, Fabio Quagliarella, el delantero de la selección argentina repartió libros entre los niños que los acompañaban en un acto que tuvo como objetivo responder los mensajes racistas y antisemitas que los hinchas de Lazio se ocuparon de dejar en el Estadio Olímpico de Roma.

Las imágenes de una joven Ana Frank con la camiseta de la Roma -clásico rival de Lazio- no sólo fueron pegadas en los muros del sector sur del Estadio (lugar que suele ocupar ocupar la parcialidad romana en sus partidos de local) sino que también recorrió los muros de todas las páginas web y redes sociales de país.

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Si bien es conocido que los «ultras» de Lazio se identifican permanentemente con fascismo europeo, la «intervención» que desarrollaron en el partido del pasado domingo ante Cagliari, en medio de una creciente ola de discursos y expresiones racistas en el continente, las autoridades del fútbol italiano consideraron necesaria una rápida respuesta.

Más aún cuando se sospecha que la propia dirigencia del club celeste permitió que los barras ocuparan ese sector del estadio al que suelen tener prohibido su acceso. Sucede que, como estrategia para lucir un estadio repleto, el presidente del club Claudio Lotito, decidió suspender los abonos y fijar las entradas al precio simbólico de 1 euro. De ese modo, los ingresos y ubicaciones quedaron disponibles para cualquiera.

Ante las críticas y el repudio que recibió el accionar de los ultras, y las sospechas por el accionar de la dirigencia, el portavoz de Lazio salió a minimizar el hecho reduciéndolo a un problema de un grupo de inadaptados: «Siempre condenamos cualquier forma de racismo, preocupa que un pequeño número de desconsiderados nos suponga un daño enorme a nivel de imagen y material», dijo a la agencia ANSA.

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Las lecturas del Diario de Ana Frank continuaron en los diferentes partidos de la décima fecha de la liga italiana que se jugó entre semana. En tanto el plantel de Lazio se sumó a la campaña y los jugadores del plantel salieron a enfrentar al Bologna luciendo unas remeras con el rostro de la joven judía.

Mientras resuenen los «truenos» del fascismo, el repudio y la deslegitimación pública de esas expresiones dentro de la cancha y en manos de sus verdaderos protagonistas dibujan en miniatura un contexto que se respira cada vez más en las sociedades del viejo continente.

*Por Redacción La tinta

Palabras claves: Italia, neo-fascismo, racismo

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